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Los Patriot más patriotas: Oesía y Sener ponen 'sello español' a los misiles antiaéreos más estadounidenses
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Los Patriot más patriotas: Oesía y Sener ponen 'sello español' a los misiles antiaéreos más estadounidenses

Oesía y Sener se han metido de lleno en la cadena de suministro global de fabricación de los dos principales misiles que utilizan las baterías antiaéreas Patriot. Esto tiene implicaciones industriales, estratégicas y diplomáticas para España

Foto: Batería Patriot disparando. (Raytheon)
Batería Patriot disparando. (Raytheon)
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Las baterías Patriot han copado buena parte de la agenda estratégica de las últimas semanas. Por un lado, Alemania está presionando a sus aliados europeos —empezando por España y Grecia— para que manden este sistema estadounidense de defensa antiaérea a Ucrania. Por otro, Israel comienza a retirar sus propias unidades después de tres décadas de servicio, escandalizando a los que piden que las manden a Kiev. Pero otras dos noticias recientes vinculadas a este armamento han pasado más desapercibidas que, conectadas y contextualizadas, explican el futuro de la defensa antiaérea nacional.

Dos empresas españolas de defensa, Grupo Oesía y Sener, firmaron en abril sendos acuerdos con los fabricantes del Patriot —Raytheon y Lockheed Martin— que las mete de lleno en la cadena de suministro global de fabricación de los dos principales misiles que utiliza este sistema tierra-aire.

El pasado 30 de abril, Raytheon adjudicó a Sener el desarrollo de la sección de control electromagnético del misil Patriot GEM-T (Guidance Enhanced Missile-Tactical), que luego producirá en su fábrica de Tres Cantos, en Madrid. Este contrato materializa el acuerdo estratégico suscrito por ambas firmas el año pasado para cooperar en sistemas de actuación y control.

Unos días antes, el 17 de abril, Lockheed Martin y Grupo Oesía firmaban un memorando de entendimiento para la producción futura en España de varias partes del Patriot PAC-3. El acuerdo, concretado tras un primer acercamiento entre ambas compañías el año pasado en la feria de defensa parisina Eurosatory, contempla la asistencia y transferencia de know-how para que la firma madrileña fabrique cables y arneses electrónicos para la versión más avanzada de los misiles Patriot.

Foto: Batería Patriot de España en Turquía. (EFE/Javier Lizón)
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Actualmente, 18 países en el mundo (ocho de ellos europeos), utilizan los Patriot para su defensa antiaérea contra misiles balísticos, de crucero o aeronaves enemigas, tripuladas o no tripuladas, a medio alcance (unos 40-160 km, dependiendo del tipo de munición). El GEM-T es una actualización del misil PAC-2 (Patriot Advanced Capability 2) con mejoras de precisión y extensión de vida útil. Utiliza una cabeza de fragmentación que detona cerca del enemigo para que la metralla elimine la amenaza, por lo que es especialmente efectivo contra aeronaves y misiles lentos hasta 160 km.

El PAC-3 es una evolución completa del proyectil y complementa el modelo GEM-T. Es más pequeño y ligero, por lo que una lanzadera puede cargar más unidades. Su cabeza de guerra está diseñada para "impactar y destruir", eliminando la amenaza por colisión directa. La optimización electrónica permite lidiar con amenazas más pequeñas y avanzadas, incluyendo los misiles balísticos más rápidos y con tecnología furtiva, pero su alcance efectivo es de entre 40-80 km.

También SMS, el consorcio especializado en misiles conformado por Escribano M&E, GMV, Instalaza y Sener, firmó el año pasado un memorando de entendimiento con Raytheon para establecer un modelo de apoyo logístico para apoyar el ciclo de vida de las baterías Patriot españolas. Una vez se aterricen los términos, supondrá una mayor imbricación del tejido industrial nacional con este sistema de armas.

Compromiso Patriot

Esto es significativo para España a varios niveles. En el plano industrial, supone un impulso para el sector defensa nacional. Lockheed Martin y Raytheon son las dos mayores compañías de defensa del mundo, con una facturación combinada superior a los 100.000 millones de euros. Una colaboración más estrecha aporta capacidades tecnológicas e industriales que pueden abrir nuevas oportunidades.

"Hay operadores del Patriot en todo el mundo, en Japón, Taiwán, Arabia Saudí. Y muchos OTAN en Europa. Precisamente, uno de los objetivos de la estrategia nacional de la industria de defensa de 2023 es conectar la base industrial española con la europea y esta es una vía muy interesante", reflexiona una fuente de la industria. "Estar presentes en la cadena [de valor] de dos de los misiles más importantes del momento es un excelente escaparate para nuestra industria, para demostrar de lo que somos capaces", agrega.

Foto: La ministra de Defensa, Margarita Robles. (EFE/Borja Sánchez-Trillo)

A principios de año, España, Alemania, Países Bajos y Rumanía —todos usuarios del Patriot— anunciaron un plan para adquirir 1.000 proyectiles GEM-T a través de la Agencia de Adquisiciones y Apoyo de la OTAN (NSPA por sus siglas en inglés). El acuerdo se firmó con Comlog, una empresa conjunta entre la estadounidense Raytheon y la europea MBDA, y está valorado en unos 5.000 millones de euros. En la negociación también se incluyó la necesidad de incorporar nuevos proveedores europeos al proceso de fabricación y ampliar la capacidad de producción de estos misiles en la región.

Además, el Gobierno de Pedro Sánchez optó por enviar a Kiev una partida de misiles Patriot de las existencias nacionales, así como una partida de ametralladoras ligeras y pesadas, vehículos logísticos, vehículos acorazados de infantería, armamento contra carro y obuses de artillería, para sacudirse la presión de los socios que le piden que entregue al menos una batería.

Los Patriot más patriotas

En el plano estratégico, estos acuerdos ponen el 'sello nacional' al sistema Patriot, un elemento que el Ministerio de Defensa considera clave para asignar fondos a los programas especiales de armamento. La transferencia tecnológica, industrial y logística es un factor esencial cuando se va a asumir un compromiso a largo plazo con suministradores extranjeros, comentan fuentes militares.

Así, el proyecto original de España para actualizar la defensa antiaérea nacional de 2022 contemplaba la adquisición de una nueva batería Patriot 3+ y la modernización de las tres Patriot 2+ operativas (dos en España y otra desplegada en Turquía) a capacidades 3+ por unos 1.400 millones de euros. Pero cuando en octubre del año pasado, Defensa hizo la petición oficial a la Agencia de Cooperación en Seguridad y Defensa del Departamento de Estado de EEUU (encargada de supervisar y autorizar todas las exportaciones de material militar), el pedido rondaba los 2.400 millones de euros para la adquisición de cuatro nuevas baterías Patriot 3+ con sus respectivos misiles (medio centenar) y equipos asociados.

Foto: Ejercicio militar Iron Spear en Letonia en 2022. (EFE/Toms Kalnins)

Este programa todavía no ha recibido luz verde del Consejo de Ministros y es uno de los que podría verse afectado o demorado por la prorrogación de presupuestos. Tampoco las cifras son definitivas, ni está claro qué sucedería con las baterías existentes. Pero el hecho de que Defensa haya prácticamente duplicado el presupuesto para los Patriot hasta convertirlo en una de las mayores inversiones previstas de las Fuerzas Armadas este ciclo, no es ajeno a la huella de empresas españolas en su sistema y su logística. Y está claro que a día de hoy, los Patriot son más patriotas que nunca.

"Cuando el Ministerio de Defensa adquiere sistemas y productos complejos a empresas extranjeras, como es el caso con Lockheed Martin, les solicita que establezcan un plan de participación industrial con empresas españolas. Ahí nosotros tenemos nuestra oportunidad", comentaban desde Grupo Oesía a El Confidencial poco después de firmar el primer acuerdo marco con la gran empresa contratista estadounidense el año pasado. "Si nuestras Fuerzas Armadas necesitan una capacidad o solución que no tenemos y no podemos producir, la vamos a comprar fuera. Pero si es una capacidad clave, inmediatamente vamos a establecer un programa de obtención para que la industria nacional la desarrolle y se implique", apuntaban entonces.

Fricciones aliadas

Este modelo de transferencia (conocido como offset) está bastante extendido en la industria. Los países buscan algún beneficio para las empresas nacionales en sus acuerdos de compra de sistemas de armamento extranjero. Por ejemplo, cuando Rumanía negoció la compra de sus Patriot 3+ en 2017 por casi 4.000 millones de dólares, Raytheon suscribió un acuerdo para la fabricación de los misiles Skyceptor con la firma estatal Romarm y su filial Electromecanica Ploiesti. Por su parte, Polonia llegó a asegurar que Raytheon accedió a invertir al menos un 50% del valor de adquisición de sus sistemas antimisiles (más de 5.000 millones de dólares). Y esto tiene su derivada diplomática.

Mediante esta fórmula, el Patriot se ha convertido en el sistema antiaéreo de referencia en Europa, donde Suiza se sumó el año pasado como el octavo usuario regional, tras firmar con Raytheon un contrato de 1.200 millones de dólares para adquirir cinco lanzadores y una cantidad no especificada de misiles guiados GEM-T. En la licitación volvió a perder la alternativa europea SAMP/T y sus misiles Aster, que comercializa el consorcio europeo Eurosam (Thales y MBDA). El sistema quedado atrás en varios concursos europeos en los últimos años (incluyendo en Suecia, Polonia y Rumanía) y tan solo lo emplean sus desarrolladores, Francia, Italia y Reino Unido.

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La defensa antiaérea ya ha causado serias fricciones en el eje franco-alemán a cuenta de las diferentes estrategias por las que abogan París y Berlín. Alemania impulsa el escudo antimisiles europeo (European Sky Shield), en el que los países cooperaran en logística y compras conjuntas, pero cada uno decide qué sistemas implementar. En su caso, el Arrow 3 israelí para el largo alcance, los Patriots estadounidenses para el medio alcance y el IRIS-T alemán para el corto alcance. Francia, por su parte, cree que esta premura y enormes gastos en material no europeo supone un tiro en el pie a la autonomía estratégica e industrial de defensa comunitaria, que lleva ños desarrollando varios proyectos alternativos en este segmento militar.

"En España llevamos usando los Patriot 20 años, así que no tenemos motivos para cambiar ahora. Sería caro y, además, es parte de nuestra diplomacia miliar con Estados Unidos, que es fundamental. Así que esa es una polémica entre franceses y alemanes no debería afectarnos", explican fuentes militares. "Donde España está apostando fuerte en Europa, y donde debe seguir apostando, es en todas esas capacidades que todavía no tenemos, como los interceptores hipersónicos. Lo que tenemos hay que modernizarlo y mantenerlo operativo", agregan.

Este modelo de transferencia (conocido como offset) está bastante extendido en la industria. Los países buscan algún beneficio para las empresas nacionales en sus acuerdos de compra de sistemas de armamento extranjero. Por ejemplo, cuando Rumanía negoció la compra de sus Patriot 3+ en 2017 por casi 4.000 millones de dólares, Raytheon suscribió un acuerdo para la fabricación de los misiles Skyceptor con la firma estatal Romarm y su filial Electromecanica Ploiesti. Por su parte, Polonia llegó a asegurar que Raytheon accedió a invertir al menos un 50% del valor de adquisición de sus sistemas antimisiles (estimado en unos 5.400 millones de dólares).

Mediante esta fórmula, el Patriot se ha convertido en el sistema antiaéreo de referencia en Europa, superando la alternativa franco-italiana SAMP/T y sus misiles Aster. En 2023, Suiza se convirtió en el octavo usuario europeo, tras firmar con Raytheon un contrato de 1.200 millones de dólares para adquirir cinco lanzadores y una cantidad no especificada de misiles guiados GEM-T.

Las baterías Patriot han copado buena parte de la agenda estratégica de las últimas semanas. Por un lado, Alemania está presionando a sus aliados europeos —empezando por España y Grecia— para que manden este sistema estadounidense de defensa antiaérea a Ucrania. Por otro, Israel comienza a retirar sus propias unidades después de tres décadas de servicio, escandalizando a los que piden que las manden a Kiev. Pero otras dos noticias recientes vinculadas a este armamento han pasado más desapercibidas que, conectadas y contextualizadas, explican el futuro de la defensa antiaérea nacional.

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