España tira la casa por la ventana y se dispone a comprar cuatro baterías antimisiles Patriot por 2.600M

España está a un paso de darle un significativo impulso su defensa antimisiles con la adquisición de cuatro nuevas baterías estadounidenses Patriot por unos 2.650 millones de euros tras el visto bueno del Pentágono. El plan original del Ministerio de Defensa contemplaba una partida de 1.400 millones de euros para la actualización de tres equipos que ya operan las Fuerzas Armadas, la compra de una nueva batería y los misiles de última generación. Pero el contrato anunciado este jueves, que todavía debe recibir una última certificación del Congreso norteamericano, detalla que se trata de cuatro nuevas baterías configuración 3+, con 51 misiles PAC-3 mejorados, 24 estaciones de lanzamiento M903 y varios equipos adicionales.

Este es una de las grandes inversiones presupuestarias en armamento para 2023 que todavía no ha pasado por Consejo de Ministros, donde el Ministerio de Defensa ha puesto el turbo con la autorización de más de 10.000 millones de euros para actualizar y modernizar el equipamiento de las Fuerzas Armadas. La adquisición reforzará la estrategia de defensa antiaérea nacional, cuyo primer punto fue la modernización de los misiles de corto alcance Mistral III, para los que el Gobierno autorizó la compra el mes pasado de 500 unidades por 324 millones de euros.

Los proveedores son Raytheon y Lockheed Martin, pero España aspiraba a que la operación incluya la participación de empresas españolas como Sener o SMS (ambas socias de Raytheon en varios proyectos). Los componentes adicionales del Patriot son muy variados, e incluyen estaciones de radar, de control, de coordinación de información, mástiles de antenas y plantas de energía. El paquete también incluye los equipos de comunicaciones, pruebas y diferentes kits de soporte, como telemetría, generadores, capacitación, asistencia técnica, reparación y repuestos. Además, el plan original era adaptar los equipos para integrarlos en vehículos Iveco de la Fuerzas Armadas.

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"Este contrato apoyará la política exterior y la seguridad nacional de Estados Unidos mediante la mejora de la seguridad de un aliado de la OTAN, que es una fuerza importante para la estabilidad política y el progreso económico de Europa", explicaron las autoridades estadounidenses en su informe para permitir la exportación de esta tecnología militar. EEUU también anunció que viajará una representación del Gobierno y los contratistas a España para una "estancia prolongada" en la que concretar la operación, capacitación y apoyo logístico.

Ejército de Tierra opera actualmente tres baterías de misiles Patriot en configuración 2+ en el Regimiento de Artillería Antiaérea 74 en Marines (Valencia). Los equipos fueron comprados de segunda mano a Alemania (la primera hace casi 20 años y las dos siguientes en 2014). Una de las baterías está desplegada en Turquía desde 2013 como parte de una misión de la OTAN para proteger al país de posibles ataques desde la vecina Siria. La actualización a configuración 3+ aumenta la precisión y alcance efectivo de las baterías, que pueden derribar ataques balísticos a más de 100 kilómetros.

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La gran novedad del misil PAC-3 es que emplea la colisión directa para neutralizar la amenaza, en vez de estallar en un área cercana, lo que mejora la eficacia y el poder de destrucción del sistema. Además, incorpora nueva tecnología de seguimiento y capacidad para iluminar un blanco. Además, las nuevas lanzadoras permiten disparar hasta 16 misiles, frente a los cuatro que manejaba el lanzador M902.

España ha encargado este año en EEUU 271 proyectiles tácticos M982A1 Excalibur (44 millones de euros) y ocho helicópteros multipropósito Romeo MH-60R (820 millones de euros). Expertos apuntan a que todavía quedaría una gran compra que gestionar con Washington; la de los cazas F-35 para la Armada, una partida de más de 6.000 millones de euros de alto voltaje político e industrial. Aunque Defensa ni niega, ni confirma qué modelo se acabará comprando, los requerimientos para sustituir a los Harrier de despegue vertical hacen que los analistas solo vean una opción. Y también pasa por llamar al Pentágono.