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El Gobierno holandés estudia un plan para evitar la ‘huida’ de la joya europea de los chips
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ASML estudia crecer fuera del país

El Gobierno holandés estudia un plan para evitar la ‘huida’ de la joya europea de los chips

La preocupación en torno a las leyes laborales, la regulación de emisiones y los problemas de la red eléctrica son algunos de los problemas planteados por la tecnológica ASML

Foto: Logo de la compañía neerlandesa ASML.
Logo de la compañía neerlandesa ASML.

Apenas un año después de que Ferrovial encendiera las alarmas del Gobierno español con su plan de traslado a Países Bajos, ahora es la Administración neerlandesa la que se enfrenta a la amenaza de huida de una sus empresas enseña.

Según informa este miércoles la agencia Bloomberg, el Gobierno del país —actualmente en funciones, a la espera de la formación de un nuevo Gabinete tras las elecciones del pasado noviembre— se ha visto forzado a crear un equipo de trabajo para tratar de evitar los planes de ASML Holding de expandirse fuera de las fronteras del país.

La que está considerada como la gran tecnológica europea (produce máquinas de litografía para la elaboración de chips), con un valor de mercado superior a los 350.000 millones de euros (prácticamente el doble que Inditex), habría comunicado a las autoridades del país sus inquietudes por las posibilidades de desarrollo de su negocio en el contexto económico y de negocios neerlandés.

Entre las cuestiones que inquietan a la dirección de ASML, según las fuentes consultadas por Bloomberg, se encontrarían su capacidad para atraer trabajadores de otros países, la creciente congestión de la red eléctrica y las restricciones existentes para la emisión de nitrógeno. Según el medio De Telegraaf, el grupo habría trasladado al Ejecutivo sus intenciones de ampliar sus actividades fuera de las fronteras del país, lo que ha motivado la puesta en marcha del citado grupo de trabajo. Francia figura como una de las principales opciones para su expansión internacional.

Los Países Bajos ya han sufrido en los últimos años la salida del país de dos de sus empresas más grandes, debido a cuestiones relacionadas con el régimen fiscal. Así, el gigante del consumo Unilever (Magnum, Momosin, Maizena, Knorr, Signal) y la petrolera Shell trasladaron sus oficinas centrales a Reino Unido, lo que fue acogido con sorpresa y desagrado por parte de las autoridades.

Foto: El presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, durante la Junta General de Accionistas en la que se aprobó la marcha a Países Bajos. (Jon Imanol Reino)

Las preocupaciones de ASML entroncan con el resultado de las recientes elecciones, que dieron la victoria al Partido de la Libertad, de extrema derecha. Entre las principales propuestas en materia laboral de líder del partido, Geert Wilders, resaltan sus planes para frenar la afluencia de estudiantes extranjeros y reducir la exención fiscal de la que disfrutan los trabajadores expatriados que se localizan en el país.

ASML y otras empresas han mostrado su inquietud porque estas políticas puedan afectar a su capacidad de atraer talento, asegurando que no existen suficientes perfiles especializados en el país para cubrir sus necesidades. Alrededor del 40% de la plantilla del grupo tecnológico está formada por empleados extranjeros.

"Una empresa global"

"Somos una empresa global, iremos a donde necesitemos ir para asegurarnos de que la empresa pueda crecer y atender a nuestros clientes", dijo el director ejecutivo saliente, Peter Wennink, en una conferencia de prensa en enero. Christophe Fouquet asumirá el mando de la empresa cuando Wennink se jubile en abril.

Además de las tensiones generadas por los planes laborales del Gobierno en formación, las empresas del país vienen manifestando cierta preocupación por las limitaciones que les impone la congestión de la red eléctrica, así como por la presión regulatoria a la que se sienten sometidas, en cuestiones como las posibilidades de ampliar sus instalaciones, a menudo bloqueadas por las restricciones de emisiones.

En un debate parlamentario en febrero, el actual ministro de Asuntos Económicos, Micky Adriaansens, lamentó que el país a veces trata a sus empresas “muy descuidadamente” en términos de presión regulatoria y normativa fiscal. “Como resultado, estamos debilitando nuestro entorno empresarial. Eso no está exento de riesgos”, afirmó.

A estos problemas, los Países Bajos añaden los derivados de una grave escasez de vivienda. ASML anunció el mes pasado una colaboración para crear 130 apartamentos asequibles en Veldhoven mientras busca aliviar el impacto de su crecimiento en el mercado inmobiliario local.

Apenas un año después de que Ferrovial encendiera las alarmas del Gobierno español con su plan de traslado a Países Bajos, ahora es la Administración neerlandesa la que se enfrenta a la amenaza de huida de una sus empresas enseña.

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