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La gran empresa europea que se beneficia en bolsa de la guerra global por los chips
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La gran empresa europea que se beneficia en bolsa de la guerra global por los chips

El monopolio de ASML en los equipos de fabricación de chips más sofisticados del mundo la ha convertido tanto en la favorita de los inversores como en un campo de batalla geopolítico

Foto: Foto: EFE/Ritchie B. Tongo.
Foto: EFE/Ritchie B. Tongo.
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Cuanto más se preocupa el Gobierno estadounidense por las ambiciones de China en la industria de los chips, más equipos para fabricarlos parece comprar China.

Cuando ASML, la empresa holandesa que fabrica las máquinas litográficas más avanzadas del mundo para la fabricación de microchips, presente sus resultados del cuarto trimestre la semana que viene, una de las cifras más llamativas será el porcentaje de ventas que realizó en China. En el tercer trimestre, alcanzó un extraordinario 46%, frente a solo un 8% en los tres primeros meses del año.

Una de las razones de este aumento fue la ralentización de la demanda occidental, que dio a ASML la oportunidad de ponerse al día con los pedidos chinos. Pero otra fue el control de las exportaciones. Aunque nunca se ha permitido a la empresa enviar sus máquinas más sofisticadas de "ultravioleta extremo" a China, los Países Bajos y Japón acordaron el año pasado unirse a los EEUU en la prohibición de vender al país incluso algunos equipos menos avanzados. Es probable que los fabricantes de chips chinos se apresuraran a adquirir equipos antes de que las restricciones entraran en vigor este mes.

Incluso con las prohibiciones en vigor, las ventas de ASML a China podrían ser fuertes este año. La empresa ha afirmado que solo se verán afectados entre el 10% y el 15% de sus envíos al país. La mayor parte de su negocio con los fabricantes de chips chinos corresponde a tecnologías maduras que todavía están dentro de los límites. Para aplicaciones más avanzadas, China podría utilizar varias máquinas de generaciones anteriores para lograr resultados similares a los de las nuevas que no puede comprar, lo que podría dar un nuevo impulso a los pedidos.

China podría utilizar máquinas de generaciones anteriores para lograr resultados similares a los de las nuevas que no puede comprar

China está invirtiendo de forma agresiva en nuevas industrias, como los coches eléctricos y las turbinas eólicas, que requieren muchos semiconductores. El país sigue comprando la mayoría de ellos a fabricantes de chips occidentales: actualmente importa más microchips que petróleo. Pero Pekín quiere ser autosuficiente, y el temor de Estados Unidos a que China se ponga a la altura de la tecnología de chips occidental no ha hecho más que acelerar este esfuerzo.

Las empresas que venden chips a China están siendo sustituidas cada vez más por empresas locales. Cuando UBS desmontó un popular vehículo eléctrico fabricado por BYD, descubrió que el 36% del contenido de semiconductores del sistema de propulsión procedía de proveedores nacionales. Los actuales líderes mundiales en chips para sistemas de propulsión, la alemana Infineon, la suiza STMicroelectronics y la estadounidense Onsemi, sufrirán probablemente las consecuencias del auge de los vehículos eléctricos chinos.

Foto: Foto: Reuters/Florence Lo.

Pero China no puede sustituir fácilmente las máquinas para fabricar chips, por lo que depende de ASML y competidores como Applied Materials. Por eso el control de las exportaciones es tan delicado. En una llamada con la secretaria de comercio de EEUU, Gina Raimondo, la semana pasada, el Ministro de Comercio chino, Wang Wentao, expresó su "seria preocupación" por las restricciones de EEUU a las exportaciones de terceros de equipos de litografía a China, según el Ministerio chino.

Aunque las medidas muestran pocos signos de perjudicar a ASML, los inversores no pueden relajarse. Por un lado, el nivel subyacente de la demanda china se ha vuelto difícil de calibrar. Aunque la estrategia industrial del país requiera muchas máquinas litográficas, todo el mundo supone que ha estado haciendo pedidos excesivos, quizá por si las restricciones se endurecen aún más. Esto aumenta el riesgo de un desplome repentino.

A largo plazo, el control de las exportaciones obligará a China a desarrollar su propio ecosistema de semiconductores. Pero incluso si China solo consiguiera aplicar ingeniería inversa a las antiguas máquinas litográficas, eliminaría una importante fuente de ingresos para los proveedores occidentales.

Foto: Técnicos aprendiendo a montar una máquina de ASML. (Reuters/Ann Wang)

Ni siquiera los competidores más avanzados de ASML han conseguido copiar sus equipos de ultravioleta extremo, lo que otorga a la empresa holandesa el monopolio de uno de los fundamentos de la inteligencia artificial. Esta es una de las razones por las que sus acciones, 33 veces los beneficios futuros, cotizan con una prima respecto a sus homólogas, lo que contribuye a convertirla en la empresa tecnológica más valiosa de Europa.

Pero el dominio del mercado que la hace tan atractiva para los inversores también ha colocado a ASML en el centro de la guerra de chips entre Estados Unidos y China. Se trata de un acontecimiento inoportuno, aunque hasta ahora haya dado un impulso a las finanzas de la empresa. El precio de ASML no contempla la posibilidad de que la empresa se convierta en un balón de fútbol geopolítico.

*Contenido con licencia de The Wall Street Journal.

Cuanto más se preocupa el Gobierno estadounidense por las ambiciones de China en la industria de los chips, más equipos para fabricarlos parece comprar China.

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