La pandemia crea una enorme burbuja de ahorro de un billón de euros en la eurozona

La economía europea está a punto de recuperar los niveles de PIB previos a la pandemia. Pero no todo volverá a ser igual en el plano estrictamente económico. Europa ha acumulado durante 2020 y 2021 una gran hucha que el Fondo Monetario Internacional (FMI) ha estimado en casi un billón de euros. Es decir, una cifra equivalente a nada menos que el 8% del PIB de la eurozona.

Esto es así porque si en tiempos normales los europeos ahorran alrededor del 12% de su renta disponible, durante la pandemia la tasa de ahorro se ha disparado hasta el 19% de sus ingresos. Se trata de un ahorro forzado debido a las restricciones a la movilidad que impusieron los gobiernos para luchar contra la pandemia, pero también por el fuerte aumento de las transferencias sociales para paliar los efectos económicos del desempleo temporal, y que no se han gastado.

En total, estima el FMI, con datos de Eurostat, 907.000 millones de euros que suponen un 50% más de lo que hubieran ahorrado los europeos en una situación normal. Los economistas del Fondo recuerdan que este comportamiento de los hogares es coherente con lo que ha sucedido históricamente durante otras pandemias u otras situaciones análogas. Durante la última crisis financiera también el ahorro se disparó, aunque en este caso como medida de precaución ante las incertidumbres de las familias sobre el futuro económico. La recuperación posterior, de hecho, se ancló, en parte, en la utilización del ahorro.

Esto hace pensar a los autores del estudio que si los hogares deciden ahora comenzar a tirar de sus ahorros para financiar sus compras, la economía crecería con fuerza. Es decir, la eurozona dispone de una bala en la recámara equivalente a cerca de un billón de euros que podría impulsar de forma decisiva el crecimiento y el empleo. Ahora bien, como reconoce el FMI, esto también podría suponer mayores riesgos de subida de los precios, que son muy sensibles a la evolución del consumo de los hogares.

El Fondo, en todo caso, estima que si la hucha se aligera de forma moderada, por ejemplo utilizando alrededor de un tercio de sus ahorros excedentes para aumentar el consumo durante dos años, la economía crecería de forma adicional 2,5 puntos porcentuales de PIB, mientras que la inflación se podría incrementar hasta 0,75 puntos al final del segundo ejercicio.

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Ahorro forzado

La rapidez de este proceso sería elevada debido a que alrededor de la mitad del excedente de ahorro de la zona del euro se encuentra depositado en cuentas bancarias a la vista, lo que significa que, en principio, se podría acceder a ellas y gastarlo fácilmente una vez que se levanten todas las restricciones por la pandemia. Sin olvidar que en muchos países, incluso, el mantenimiento de depósitos tiene un coste en comisiones bancarias. El FMI, además, recuerda que la mayoría de los ahorros fueron forzados, no por precaución, como es habitual durante las recesiones, cuando los hogares se preocupan por los ingresos futuros, “lo que sugiere que pueden gastarse pronto”, concluye.

Este ahorro, en todo caso, se ha acumulado de forma muy desigual. La crisis ha castigado fundamentalmente a las rentas medias y bajas, mientras que, por el contrario, el ahorro se ha concentrado en las rentas altas, cuya propensión al consumo es menor. Precisamente, porque pueden ahorrar más.

El FMI pone el ejemplo de Francia, donde el 10% de los hogares más ricos incrementó sus ahorros sustancialmente incluso cuando algunas familias más pobres redujeron sus ahorros, según muestran los datos bancarios. Otro factor a tener en cuenta que debe favorecer tirar del ahorro es la existencia de problemas en las cadenas globales de suministro, lo que significa que si estos cuellos de botella desaparecen se facilita que los hogares puedan gastar sus ahorros. El FMI lo llama demanda reprimida por circunstancias de mercado.

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El fuerte incremento del ahorro, como es lógico, también se ha registrado en España. Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en concreto, estiman que si se eliminan los efectos estacionales y de calendario, la tasa de ahorro de los hogares se situó en el tercer trimestre de 2021 en un 10,9% de su renta disponible, lo que supone un punto y siete décimas superior a la del trimestre anterior. Esta tasa es prácticamente el doble de la que había inmediatamente antes de la pandemia, en 2019.

En lo peor de las restricciones, incluso, se llegó al 22,3% de la renta disponible de las familias, lo que supone un récord histórico, incluso por encima de los niveles de la anterior crisis económica. Un estudio publicado por la economista María Jesús Fernández, de Funcas, ha estimado que el exceso de ahorro generado durante la pandemia ha servido fundamentalmente para impulsar la inversión real de los hogares, más que su consumo, sobre todo en vivienda. De hecho, sostiene, la inversión supera con creces el volumen anterior a la pandemia, mientras que el consumo se encuentra todavía un 5% por debajo en términos nominales.

Su conclusión es que se trata de un comportamiento “algo diferente” al de los países de nuestro entorno, donde el consumo de los hogares superaba ya en el tercer trimestre de 2021 en casi un 2% el nivel anterior a la pandemia. Funcas estima que el excedente de ahorro en 2020, el primer año de la pandemia, respecto del considerado ‘normal’, fue equivalente a unos 60.000 millones de euros. En 2021, la cantidad debió ser algo inferior, aunque todavía no hay datos.