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Bruselas prevé que España siga a la cola de la recuperación económica poscovid en 2023
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UNA SALIDA DESIGUAL

Bruselas prevé que España siga a la cola de la recuperación económica poscovid en 2023

Nuestro país es el único de la zona euro que no conseguirá volver este año a los niveles de 2019. Para el que viene, solo habrá crecido un 3,3%, la mitad que la media

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (Olivier Hoslet/EFE)
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. (Olivier Hoslet/EFE)

España sigue a la cola de la recuperación en la zona euro... y lo seguirá estando hasta el final de la legislatura. Pese a corregir al alza las previsiones para nuestro país, la Comisión Europea ha vuelto a certificar este jueves que la economía española es, de entre las 27 que conforman el bloque comunitario, la más rezagada en el repunte tras la pandemia. De hecho, será la única que no recupere los niveles precovid este año, según se deduce de los datos aportados por el Ejecutivo comunitario.

La recuperación acelera, aunque no lo suficiente. El PIB de España aumentará un 5,6% en 2022 —una décima por encima de lo previsto en noviembre— y un 4,4% en 2023, mucho menos de lo que calcula Moncloa. La Comisión Europea se mantiene con el coro de organismos internacionales que dibujan un escenario económico mucho más pesimista que el que maneja el Gobierno. Mientras el Ejecutivo español sigue esperando que en 2022 la economía se expanda un 7%, otras instituciones, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), están en línea con Bruselas: ambos auguran una expansión del 5,8% para 2022 y del 3,8% para 2023.

El crecimiento del presente ejercicio no servirá para llegar a los niveles de 2019, los últimos para tener una referencia del músculo de la cuarta economía del euro antes de la irrupción del covid. Mientras que el PIB alemán cerrará el que, previsiblemente, será el último año de la pandemia un 1,6% por encima de los niveles previos a la misma, el español lo hará un 1,1% por debajo. Es el peor dato del conjunto de la eurozona: el PIB francés aumentará un 2,1% durante este periodo respecto a 2019, el italiano un 1% y la media, un 2,5%.

El mayor programa de estímulos de la historia europea no ha servido, de momento, para disipar los fantasmas que aparecieron en Madrid y Bruselas al principio de la crisis. Tras la irrupción del coronavirus, buena parte de la discusión económica en la capital comunitaria se centró en cómo lograr que las economías de los Veintisiete rebotaran lo antes posible. El objetivo es que los gráficos dibujaran una V, volviendo a los niveles prepandemia cuanto antes. Preocupaba y todavía preocupa una recuperación desigual, que fragmentaría todavía más el mercado interior y aumentaría las diferencias entre los Estados miembros. Y, precisamente por eso, se diseñó un inédito fondo de recuperación de 800.000 millones de euros. El primer objetivo se ha cumplido en gran medida, con un rebote extraordinario, pero el segundo sigue en duda: no todas las economías llevan la misma velocidad. Y la nuestra es la más lenta.

El golpe del confinamiento y los estados de alarma durante la primera fase de la pandemia aún pesan como una losa sobre la producción nacional. España fue el Estado miembro que más PIB perdió en 2020, con una caída del 10,8% que duplicó la media de la zona euro, y se quedó rezagado en el repunte de 2021, al crecer un 5%, cuatro décimas más que la previsión anterior y tres menos que el conjunto del bloque comunitario. La nueva proyección sitúa a nuestro país al frente de la recuperación este año, como destaca el Gobierno. Pero, si se amplía la fotografía, la situación sigue siendo negativa.

Foto: Ursula von der Leyen. (Reuters/Virginia Mayo)

La economía española no solo es la única de los Veintisiete que no habrá alcanzado el PIB prepandemia a final de año, sino que seguirá a la cola en 2023, cuando está previsto que expire la legislatura. En ese momento, nuestro país solo habrá crecido un 3,3% respecto a 2019, unas centésimas por debajo de Italia. Por contra, Alemania y Francia habrán despuntado un 4,2%, la media de la eurozona un 5,3% y la de la UE, un 5,9% En otras palabras: España se recupera a la mitad de velocidad que sus socios, pese a haber sido pionero en recibir los primeros pagos del Next Generation, unos 10.000 millones del total de 140.000 al que tiene derecho.

A diferencia de lo ocurrido tras la Gran Recesión de 2008, el marco comunitario es favorable para los intereses nacionales. Bruselas ha intentado desde el principio reducir lo máximo posible la brecha entre los países con un espacio fiscal suficiente para amortiguar la caída del PIB de 2020 y aquellos que no contaban con ese colchón. En ese sentido, la Comisión no solo ha impulsado el mayor programa de estímulos de la historia, sino que ha mantenido suspendidas las normas fiscales para que los Estados miembros pudieran pisar a fondo el acelerador y gastar más de lo que las reglas les permiten en tiempos normales. El mensaje enviado por la capital comunitaria siempre fue que había que tener mucho cuidado a la hora de retirar el dopaje a la economía, y que cualquier paso atrás debería ser gradual.

Pese a estar a la cola de la recuperación, nuestro país fue uno de los dos únicos de toda la Unión que presentó unas cuentas contractivas

Aunque los presupuestos de 2022 también se elaboraron con las normas fiscales suspendidas, el Ejecutivo comunitario empezó hace unos meses a recomendar cautela a aquellos socios con unos altos niveles de deuda pública, como España o Italia. En 2023 está previsto que se reactiven las reglas, de manera que Bruselas prefería que, poco a poco, las capitales fuesen ajustándose de nuevo el corsé en los planes presupuestarios que tenían que enviar en octubre. Y eso es, precisamente, lo que hizo España: pese a encontrarse a la cola de la recuperación, nuestro país fue uno de los dos únicos de toda la Unión que presentó unas cuentas contractivas, lo que le valió el aplauso del Ejecutivo comunitario.

Además, los presupuestos españoles se elaboraron cuando las previsiones de crecimiento de la Comisión Europea seguían siendo del 6,2% para 2021 y del 6,3% para 2022, muy por debajo de las conocidas este jueves. Los cuellos de botella en las cadenas de suministro, el aumento de los precios de la energía y la aparición de ómicron han dado al traste con los planes del Ejecutivo.

España sigue a la cola de la recuperación en la zona euro... y lo seguirá estando hasta el final de la legislatura. Pese a corregir al alza las previsiones para nuestro país, la Comisión Europea ha vuelto a certificar este jueves que la economía española es, de entre las 27 que conforman el bloque comunitario, la más rezagada en el repunte tras la pandemia. De hecho, será la única que no recupere los niveles precovid este año, según se deduce de los datos aportados por el Ejecutivo comunitario.

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