Más de 1.300 economistas reclaman un fondo europeo contra la crisis

Algo se mueve entre los economistas. Más de 1.300 han firmado un manifiesto en el que reclaman a las autoridades europeas más recursos para evitar el colapso de la economía. En particular, para proteger los países más vulnerables, aunque sería de aplicación general para el conjunto de la Unión Europea, ya que la pandemia golpea a todos.

Lo que se propone, en concreto, es que los recursos necesarios para responder a las emergencias que afectan a todos los países de la Unión Europea se recauden en un fondo común centralizado bajo la responsabilidad de las instituciones de la Unión Europea, por ejemplo, la Comisión. El objetivo, como se dice, es evitar un aumento insostenible de las deudas nacionales.

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Según la propuesta de los firmantes, cualquier país miembro debe tener acceso a este fondo en función de las “necesidades documentadas” y los planes consistentes acordados con la institución encargada de gestionar los recursos. En caso de dificultades para llegar a una decisión, sostienen, los recursos deben distribuirse a los Estados miembros en proporción a la población con estos siete objetivos:

1. Proporcionar recursos a los sistemas de salud para curar a los pacientes infectados y prevenir nuevas infecciones.
2. Brindar beneficios temporales de desempleo a todos los trabajadores que perderán su trabajo.
3. Ayudar a las familias y a los individuos jóvenes, ancianos y discapacitados a satisfacer las necesidades adicionales derivadas de la crisis.
4. Brindar subsidios y asistencia financiera a las empresas que deben cesar o reducir su producción.
5. Financiación del sistema educativo para implementar el aprendizaje a distancia.
6. Financiar las operaciones de las organizaciones no gubernamentales en su función de apoyo social.
7. Financiar un plan de inversión a nivel europeo en infraestructuras y entorno capaz de relanzar de forma sostenible la economía europea.

La propuesta nada tiene que ver con la creación de un Tesoro europeo, que, como se sabe, cuenta con la oposición de los países del norte: se trata de emitir eurobonos, que podrían llamarse Bonos del Renacimiento Europeo, y que estarían respaldados por alguna capacidad fiscal común u otros instrumentos financieros creados expresamente.

El manifiesto precisa que esta nueva deuda común —cuya cuantía no cuantifica— no implicaría “ninguna mutualización” de las deudas soberanas existentes actualmente. Por el contrario, únicamente solo afectaría a los gastos necesarios para enfrentar el “enorme choque común” que afecta a todos los países de la UE. En su opinión, no hay razones técnicas que impidan poner en marcha este fondo. Ni siquiera se puede esgrimir un “riesgo moral”, habida cuenta de las circunstancias actuales.

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“Después de todo, ¿por qué se creó la Unión Europea? ¿Por qué los ciudadanos europeos deberíamos permanecer juntos si ni siquiera somos capaces de dar una respuesta común a la amenaza común que nos amenaza?”, se preguntan los firmantes del manifiesto. De ahí que consideren que, sin una respuesta común, el futuro de la zona euro y la Unión Europea estaría en grave peligro.

“Es hora de demostrar el verdadero significado del largo proceso de integración que han creado la Unión Europea y las instituciones de la zona euro”, finaliza el escrito.

El manifiesto está suscrito, entre otros, por Paul De Grauwe, Fabrice Collard, Michele Grillo, Sheila Chapman, Jens Hӧlscher, Hans-Michael Trautwein o Hans-Jürgen Wagener. Y entre los españoles, Javier Andrés, Leandro Cañibano, Olga Cantó, Julimar Da Silva, Bruno Estrada o Silvia Gómez-Ansón, de la Universidad de Oviedo.