Es noticia
Sánchez y Conte se plantan ante la negativa a medidas europeas ante el Covid-19
  1. Mundo
  2. Europa
Más tensión por la solidaridad europea

Sánchez y Conte se plantan ante la negativa a medidas europeas ante el Covid-19

El Consejo Europeo tenía decisiones importantes sobre la mesa, pero también divisiones profundas. Italia y España fuerzan un cambio de conclusiones para seguir explorando opciones

Foto: Pedro Sánchez y el primer ministro italiano, Giuseppe Conte (i), en una cena de líderes europeos, el pasado verano. (Reuters)
Pedro Sánchez y el primer ministro italiano, Giuseppe Conte (i), en una cena de líderes europeos, el pasado verano. (Reuters)

El material del que están hechos los lazos de la Unión Europea soporta una fuerte presión. Son flexibles, y eso es lo que permite que el club se mantenga unido incluso cuando las visiones son muy distintas. Pero esos lazos están empezando a estar más tensionados de lo que deberían. Con un debate que empieza a abandonar el campo técnico y empieza a entrar en el emocional, el Consejo Europeo de este jueves fue una muestra de la fórmula que puede poner en serios aprietos al proyecto europeo: insolidaridad, malas formas y nervios.

Los líderes de la UE buscan desde hace días una solución europea coordinada para sacar adelante una economía que se va a ver, y de hecho ya está viéndose, seriamente dañada por los efectos devastadores del coronavirus. Y las recetas de unos y otros están a años luz. Europa se parte en dos, entre los que piden más coordinación europea y los que se niegan a ir en esa dirección o consideran que todavía no es el momento. Y el drama para el proyecto europeo es que esa división coincide con la del coronavirus: son los países más golpeados los que piden ayuda, son los menos golpeados los que la niegan. El coronavirus ha metido a otro paciente inesperado en la UCI: la solidaridad europea.

Foto: Un operario, desinfectando una calle en Niza, Francia. (Reuters)

El debate es complejo y cargado de emociones, al mismo tiempo que las posturas son muy distantes. Todo ello quedó demostrado este jueves en una reunión telefónica del Consejo Europeo, en la que España e Italia se negaron a firmar las conclusiones y pedían algo de tiempo para que se presentaran nuevas propuestas. El lenguaje del texto era vago, no era ambicioso e incluso podía acabar jugando en contra de Madrid y Roma, así que ambos líderes anunciaron que se plantaban. Al final, y con la voluntad de lograr un acuerdo sobre un comunicado, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, logró la luz verde de España e Italia al incluir que el Eurogrupo debe ofrecer propuestas a los líderes en las próximas dos semanas.

Michel logra la luz verde de España e Italia al incluir que el Eurogrupo debe ofrecer propuestas a los líderes en las próximas dos semanas


Eso significa que los ministros de Finanzas, que pasaron la pelota a los líderes para la reunión de este jueves, vuelven ahora a tenerla en su tejado. Tendrán que continuar el debate sin una clara guía por parte de los jefes de Estado y de Gobierno, lo que garantiza que el bloqueo seguirá siendo la tónica general. Los ministros deberán ofrecer propuestas en las próximas dos semanas, aunque es difícil prever cuáles serán los efectos del virus en ese momento.

Foto: Pedro Sánchez charla con la presidenta del BCE, Christine Lagarde, y el presidente francés, Emmanuel Macron, en una cumbre europea. (EFE)

No de Alemania y Países Bajos

Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, llegaba al encuentro con una carta firmada junto a los líderes de Francia, Portugal, Italia, Grecia, Eslovaquia, Luxemburgo, Bélgica e Irlanda, en la que pedían la emisión de deuda conjunta, también llamados eurobonos o coronabonos, que representaría el reparto de riesgo entre socios europeos. Esa es una idea tóxica para Alemania y Países Bajos, que durante la cumbre volvieron a rechazar la idea.

Y lo hicieron a pesar de que Christine Lagarde, presidenta del Banco Central Europeo (BCE), pidió expresamente que se considere la posibilidad de emitir eurobonos para financiar la recuperación. Una postura que, además del eurobanco y los nueve países firmantes, que representan al 50% de la población de la Unión, también comparte la Comisión Europea.

Hay detalles del MEDE que incomodan a Roma y Madrid, como que acarree una serie de condiciones, como ocurrió con los rescates durante la crisis

Ante la negativa alemana y holandesa a discutir los coronabonos, el debate al final acabó limitándose a un intento por parte de los líderes de concretar el trabajo que empezaron sus ministros de Finanzas este pasado lunes, cuando el Eurogrupo encontró un “amplio apoyo” a la posibilidad de que el fondo europeo de rescates, el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), ofreciera líneas de crédito a los países que necesitaran liquidez ante el impacto del coronavirus.

Sánchez pide al G-20 acciones sanitarias y económicas coordinadas contra el Covid-19

Al boceto le faltaban muchos detalles, y había detalles que incomodaban a los sureños, entre otros el hecho de que dicho programa acarree una serie de condiciones, como ocurrió con los rescates durante la crisis económica. Italia y España consideran todo eso un lenguaje tóxico y lo rechazan. Los nórdicos, así como Alemania y Austria, se niegan a que no haya condiciones si hay un programa del MEDE.

Ni Berlín ni La Haya estaban especialmente contentos este martes cuando el Eurogrupo discutía sobre el uso del MEDE. Pero las cosas avanzan tan rápido durante una semana que ambas capitales acaban la semana defendiendo este jueves que se incluyera el MEDE en las conclusiones del Consejo, y España e Italia oponiéndose a ello. ¿Por qué?

Foto: Camiones parados en la frontera entre Bulgaria y Turquía. (EFE)

"Contra el diseño de la UE", dice Rutte

Roma y Madrid ven en esa maniobra una encerrona. Por ejemplo, alemanes y holandeses intentaban incluir la palabra “tratado” junto a MEDE, algo que limitaría mucho la posibilidad de actuación del fondo de rescates. Y ante el riesgo de que Berlín y La Haya maniobraran para usar las conclusiones como un límite, no se puede hablar de nada más que del MEDE así que ni hablar de mutualizar deuda, sabiendo que hay un empuje público y mucha presión para abordar la idea de los coronabonos, cerrando así la puerta a ese debate, Sánchez y Giuseppe Conte, primer ministro italiano, decidieron que era mejor terminar la reunión sin nada. Al final, Michel salvó el comunicado incluyendo el nuevo ultimátum para el Eurogrupo y eliminando las menciones al MEDE.

Sánchez avisa: si no hay una respuesta "potente", el impacto de la crisis será más duro, sus efectos serán largos y se arriesgará el proyecto europeo

Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, señaló que las conclusiones no cierran la puerta a que durante las próximas dos semanas se estudien todos los instrumentos disponibles, algo que incluye los coronabonos. Este era el objetivo español e italiano al evitar que se incluyera la mención al fondo de rescate europeo. Pero la negativa nórdica parece garantizada. "No puede haber ninguna circunstancia en la que los Países Bajos acepten eurobonos. Esto va en contra del diseño de la Unión Económica y Monetaria", aseguró un tajante Mark Rutte, primer ministro holandés.

Tras el encuentro y a través de un comunicado [aquí en PDF], Sánchez defendió la postura española. "Si no proponemos ahora una respuesta unificada, potente y eficaz a esta crisis económica, no solo el impacto será más duro, sino que sus efectos durarán más tiempo y estaremos poniendo en riesgo todo el proyecto europeo", apuntó el presidente del Gobierno, que pidió "no cometer los mismos errores de la crisis financiera de 2008", que "sembraron semillas de desafección y división con el proyecto europeo y provocaron el ascenso del populismo". "Debemos aprender esa lección", advirtió.

placeholder Mark Rutte, primer ministro holandés, y Angela Merkel, canciller alemana, el pasado 20 de febrero en Bruselas. (Reuters)
Mark Rutte, primer ministro holandés, y Angela Merkel, canciller alemana, el pasado 20 de febrero en Bruselas. (Reuters)

Además a Conte, como a Sánchez, no les interesa demasiado ahora mismo hablar de MEDE. Cuando el BCE anunció la semana pasada su programa de compras de 750.000 millones los mercados se calmaron, y cuando este miércoles por la noche el texto legal confirmó que esta compra sería flexible y sin atender al límite autoimpuesto de no comprar más del 33% de deuda por país, los que se calmaron fueron los ministros de Finanzas y sus líderes. En este contexto el MEDE es sacrificable, y si se abre la ventana de oportunidad de la caza mayor, véase intentar explorar los eurobonos, los sureños tienen que pelearlo.

Foto: Presidenta de la comisión europea Ursula Von der Leyen (EFE)

La pinza Rajoy-Monti de 2012

Con un documento muy tibio, que podía generar más problemas que beneficios, España e Italia han reeditado la pinza que en 2012 protagonizaron Mariano Rajoy y Mario Monti, cuando en el momento de máxima tensión se plantaron. Ahora, con una Europa partida en dos, las emociones están por todo lo alto. Ya no se habla únicamente de empleos, también se habla de vidas. Y eso hace que el debate trascienda la económico para algunas capitales.

El debate continuará durante los próximos días y seguirá siendo muy volátil. Algunas voces en Bruselas creen que el marco de las discusiones cambiará si Países Bajos y Alemania acaban siendo golpeados con dureza por el coronavirus. Lo que es seguro es que Berlín considera que es pronto para actuar, y los sureños creen que ya se va tarde. Y mientras tanto la fractura entre esas dos Europas se profundiza ante la incapacidad de llegar a acuerdos.

El Gobierno prorroga la alarma tras el sí del Congreso y agiliza los ERTE

Pedro Sánchez, antes de la reunión del Consejo Europeo, mantuvo un encuentro por videoconferencia con los integrantes del G-20, tal y como había pedido al presidente de turno del grupo, el príncipe saudí Mohamed bin Salman. Para España es prioritario "acelerar el trabajo, tanto científico como industrial, para poder disponer de vacunas accesibles a precios razonables que eviten que la vacunación suponga una carga financiera inasumible sobre los sistemas sanitarios", según informó la Moncloa.

Además, el Gobierno defiende, en el plano económico, "una acción concertada y contundente a nivel global, que transmita seguridad a los ciudadanos y confianza a los mercados en la estabilidad financiera y en la recuperación de la actividad económica y del empleo".

Ambas citas internacionales fueron el aperitivo, para Sánchez, del segundo Consejo de Ministros de esta semana. El Gabinete se reúne de forma extraordinaria este viernes, de nuevo de forma telemática

La cita era obligada porque el Gobierno ha de decretar formalmente la prórroga del estado de alarma después de recibir, este miércoles, la autorización preceptiva del Congreso por amplísimo respaldo (321 votos a favor, ninguno en contra y 28 abstenciones). El Consejo, por tanto, ha de dar el visto bueno a esa ampliación, en las mismas condiciones actuales, y con la sola incorporación de la propuesta del PNV, que planteaba información estructurada y periódica del Ejecutivo a la Cámara Baja sobre la evolución del coronavirus en España. 

Además, según indicaron fuentes de la Moncloa, está previsto que Trabajo lleve un decreto para agilizar la tramitación de los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE). Las empresas que se han visto obligadas a echar el cierre durante la vigencia de la alarma han presentado una avalancha de solicitudes que han generado un colapso en la gestión de las comunidades autónomas. Los ERTE demandados ya son 160.000, con un millón y medio de trabajadores afectados.

No se prevé, sin embargo, que el Ejecutivo dé el visto bueno a una renta básica ciudadana para aquellos que están padeciendo más esta emergencia sanitaria y económica. También tendrá que esperar una moratoria para los alquileres. Ambas cuestiones son muy demandadas por Unidas Podemos. 

El material del que están hechos los lazos de la Unión Europea soporta una fuerte presión. Son flexibles, y eso es lo que permite que el club se mantenga unido incluso cuando las visiones son muy distintas. Pero esos lazos están empezando a estar más tensionados de lo que deberían. Con un debate que empieza a abandonar el campo técnico y empieza a entrar en el emocional, el Consejo Europeo de este jueves fue una muestra de la fórmula que puede poner en serios aprietos al proyecto europeo: insolidaridad, malas formas y nervios.

Unión Europea Eurogrupo Banco Central Europeo (BCE) Comisión Europea Consejo Europeo Mariano Rajoy Pedro Sánchez Christine Lagarde Irlanda Austria Parlamento Europeo Crisis Ursula von der Leyen
El redactor recomienda