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La amenaza de crisis retrasará la subida de tipos del BCE más allá de 2019
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El mercado también descarta subidas en EEUU

La amenaza de crisis retrasará la subida de tipos del BCE más allá de 2019

El mercado ya descarta un endurecimiento de la política monetaria este año y así se refleja en los tipos de interés de la deuda: el bono español marca mínimos desde el pasado mes de julio

Foto: El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. (Reuters)
El presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. (Reuters)

Los vientos de cola que impulsaron la economía europea en 2018 se han convertido en turbulencias que amenazan el horizonte de los próximos meses. El frenazo de la actividad ha sido más profundo de lo que se esperaba hace unos meses, en gran medida provocado por la guerra comercial. Alemania esquivó la recesión en el último trimestre de 2018, pero se quedó a las puertas; Reino Unido afronta unos meses de gran inestabilidad por el Brexit e Italia sigue sumida en su estancamiento crónico.

La situación es tan delicada que ha puesto al Banco Central Europeo contra las cuerdas. Si hace solo tres meses nadie dudaba de que la entidad empezaría a subir los tipos de interés en la segunda mitad de 2019, hoy los mercados ya descartan esta posibilidad. La opinión es casi unánime: no habrá subida de tipos este año.

El indicador de probabilidad de subida de tipos que elabora Bloomberg a partir de los datos de rentabilidad del mercado señala que los inversores apenas dan un 36% de posibilidades a que el BCE empiece a endurecer su política monetaria este año; por el contrario, el rango de posibilidades de que se mantengan sin cambios sube hasta el 61%. Eso significaría que se quedarían en el mínimo histórico del 0% para estimular la economía o, al menos, para evitar la próxima crisis. Esta política expansiva seguiría abaratando el crédito a familias y empresas y así se fomentaría el consumo y la inversión frente al parón del sector exterior.

Foto: Ilustración: Raúl Arias.

En el punto de incertidumbre en el que se encuentra la economía europea una subida de tipos podría ser el desencadenante de una crisis de deuda. Conviene recordar que este es el gran punto débil de la economía europea, ya que los países no han aprovechado los años de bonanza para reducir su endeudamiento. España tiene una deuda neta próxima al 100% del PIB, pero en Italia supera el 130%. Cualquier subida brusca de los tipos de interés supondría una gran amenaza para la sostenibilidad de sus cuentas públicas, un escenario al que el BCE no quiere arriesgarse.

[Cambio de ciclo en la economía española]

La cotización de la deuda europea refleja hasta qué punto el mercado descarta ya una subida de tipos en los próximos trimestres. La rentabilidad que exigen los inversores al bono español a 10 años ha comenzado el año con un gran desplome hasta marcar su dato más bajo desde el pasado mes de julio.

En octubre, cuando los inversores esperaban una subida de tipos a lo largo de 2019, la rentabilidad del bono llegó a escalar hasta el 1,75%. Desde entonces se han sucedido las noticias económicas negativas y la rentabilidad ha caído en más de 40 puntos básicos. Los inversores muestran así su confianza en que el presidente del BCE, Mario Draghi, optará por la prudencia y no retirará todavía los estímulos.

Por cada 10 puntos básicos de caída en el tipo medio de las nuevas emisiones, España se ahorra unos 210 millones de euros

Esta noticia tendrá un importante impacto en los Presupuestos Generales del Estado que acaba de presentar el Gobierno. La estimación de gasto en intereses de la deuda, 31.400 millones de euros, se ha hecho teniendo en cuenta que el tipo medio del bono a 10 años se sitúa en el 1,8%. Sin embargo, actualmente está en el 1,3%, esto es, 50 puntos menos. Por cada 10 puntos básicos de caída en el tipo medio de las nuevas emisiones, España se ahorrará 210 millones de euros, por lo que no es descartable que esta noticia genere unos ahorros de 500 millones. Para que sirva como comparativa, equivale a un tercio del presupuesto dedicado a becas recogido en los PGE de 2019.

Crisis e inflación

La pregunta del millón que tienen que plantearse los bancos centrales este año es hasta qué punto los países desarrollados están a las puertas de la próxima crisis. Si es así, seguir la estrategia de los años dos mil podría ser suicida: en ese momento una fuerte subida de los tipos acabó por precipitar la crisis de deuda global.

Foto: La ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio. (EFE)

La curva de rentabilidades de los países que están más avanzados en el ciclo, como EEUU o Alemania, invitan a pensar que los mercados temen que la próxima crisis está cerca. Es lo que indica una curva invertida como la actual. Por ejemplo, en Alemania, la rentabilidad exigida a la deuda con vencimiento en uno, dos y tres años es más baja que la exigida a los bonos a un mes. En el caso de EEUU, la curva de rentabilidades se invierte en los plazos de vencimiento de dos a cinco años.

Este comportamiento anómalo de la rentabilidad exigida a la deuda indica claramente la incertidumbre de los inversores sobre la siguiente crisis. De ahí que los bancos centrales vayan a ser más prudentes en los próximos meses. Según el indicador de Bloomberg, el mercado también está descontando que no habrá subida de tipos de la Reserva Federal en 2019, con un rango de probabilidad del 63,3%.

[La próxima recesión llegará antes de 2020: ¿cómo y por qué ocurrirá?]

La caída del precio del petróleo y, por extensión, de las expectativas de inflación, tienen mucho que ver en este cambio. El precio del barril de Brent llegó a superar los 77 dólares en octubre y actualmente apenas cotiza por encima de los 62 dólares. Esta caída del 20% ha tumbado las previsiones de inflación.

El mercado descuenta que la inflación en Europa se mantendrá estancada en el entorno del 1,5% a medio plazo (este es el indicador de expectativas de inflación que más utilizan los bancos centrales). Esto significa que el BCE no tendrá que combatir las presiones inflacionistas y podrá mantener por más tiempo su política de estímulos con los tipos de interés en el 0%. De este modo, tendrá margen para seguir esperando y evitar un movimiento precipitado que pueda desembocar en la próxima crisis. Aunque tal vez no esté en su mano evitarla.

Los vientos de cola que impulsaron la economía europea en 2018 se han convertido en turbulencias que amenazan el horizonte de los próximos meses. El frenazo de la actividad ha sido más profundo de lo que se esperaba hace unos meses, en gran medida provocado por la guerra comercial. Alemania esquivó la recesión en el último trimestre de 2018, pero se quedó a las puertas; Reino Unido afronta unos meses de gran inestabilidad por el Brexit e Italia sigue sumida en su estancamiento crónico.

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