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Por qué Carles Falcón siguió el camino del corazón y encarna el "espíritu del Dakar"
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ADIÓS AL PILOTO ESPAÑOL

Por qué Carles Falcón siguió el camino del corazón y encarna el "espíritu del Dakar"

La figura del piloto español Carles Falcón representa el Dakar en su expresión más salvaje. Con sus aventuras y tribulaciones, pero también grandes riesgos que pueden ser letales

Foto: Carles Falcón, con la medalla de 'finisher' del Dakar. (TwinTrail Racing Team)
Carles Falcón, con la medalla de 'finisher' del Dakar. (TwinTrail Racing Team)

"Carles Falcón, también conocido como simplemente Charly o el Charly, con Feliu es una persona absolutamente adorable. Con un corazón enorme que no tiene ningún tipo de maldad dentro. Apasionado de las motos y feliz de mostrar al mundo las maravillas que este tiene". Las palabras pertenecen a Isaac Feliu, amigo, hermano de moto y de la vida de Carles Falcón.

"En todos los años que le conozco no me ha dado más que buenas sensaciones, felicidad, alegría, pasión y entendimiento. Ahora necesita que los demás le devolvamos una pequeña parte de todo lo que él ha repartido. Cariño, amor, paciencia y saber estar", añadía Feliu.

"Porque Charly volverá. Agradecemos mucho vuestra comprensión, cariño y paciencia para que las cosas se pongan como se tienen que poner y que el camino mejore. Carles: t'estimem, t'estimem molt. Y por ello el VLOG queda en pausa hasta que Charly vuelva". El piloto español las escribía en su vlog personal de YouTube. Charly no volverá. Al menos físicamente.

placeholder Falcón, en la segunda etapa del Dakar, antes de su accidente. (DPPI/AFP7/Antonin Vincent)
Falcón, en la segunda etapa del Dakar, antes de su accidente. (DPPI/AFP7/Antonin Vincent)

El Dakar es como esa Gran Sirena homérica que con su canto atrae una y otra vez a quienes buscan su voz, embriagadora pero letal. Todos repiten el mantra, sufren, juran no volver, pero lo hacen. Como el propio Carles Falcón, o su compañero Isaac tras un grave accidente hace algunos años. Como tantos que los sufrieron, o que pasan tantas penalidades con tal de escuchar la voz del Dakar.

Carles e Isaac personifican impecablemente ese "espíritu del Dakar". Pero la Gran Sirena dakariana se llevó a Carles, quien también siguió el camino del corazón, aquel que en la vida es fiel a su alma y su pasión. No todo el mundo puede hacer o decir lo mismo.

El Dakar es "en moto y los de atrás"

En una entrevista que se publicará mañana, El Confidencial le preguntaba a Marc Coma cuál es el espíritu del Dakar". Nadie como el catalán para responder por su experiencia como piloto —cinco veces ganador— y director de la carrera: "El Dakar es una carrera de amateurs, donde participan profesionales. Creo que esta combinación es la descripción correcta de qué es el Dakar".

"Aquí es donde está el espíritu, y especialmente si te vas a los amateurs en moto. Sobre todo. Además, sin olvidarnos que uno conduce y navega, lo que complica todo mucho. Destinar el tiempo preciso a 150 km/h para leer el road book, el terreno, anticipando el peligro, es algo brutal. Para mí el Dakar auténtico es en moto, y los de atrás", explica Marc Coma.

Él identifica la esencia de la aventura dakariana con los Falcón y compañía. Sus palabras ponen el marco y justo valor para quien se arriesga a correr en moto en el Dakar. Como Falcón y sus colegas.

Pero Falcón fue más allá. Porque el piloto catalán era ingeniero informático, hasta que decidió cambiar radicalmente su vida para vivir de y con la moto junto a su amigo. Solo se vive una vez, por qué languidecer cada día. Trabajando como instructor, a Carles y a Isaac se les ocurrió acudir al Dakar.

Y a pelo. Como los aficionados de pura cepa, en la categoría Malle Moto, donde un piloto se guisa y se come todo solo. Son privados, pero acaban las mismas etapas que los profesionales, y luego deben dedicar su tiempo al mantenimiento o reparación de sus monturas.

El domingo, por ejemplo, la etapa consistía casi en 900 kilómetros entre cronometrada y enlaces. Llegas agotado al campamento, pero tienes que ponerte a trabajar en tu máquina, y mal duermes en una tienda. Según pasan los días, sus caras son un poema al cansancio acumulado. Muchas caídas llegan cuando el cuerpo y mente ya van a su bola.

"Peter & Pan Panadería y Fonería Ripollesa"

Toby Price, Kevin Benavides, Ross Branch y el resto de los profesionales de élite también se juegan la vida. Aunque cuentan con brutales condiciones físicas y mentales, el mejor entrenamiento y material e infraestructura a su disposición. Pero Carles Falcón, Isaac Feliu, Libor Podmol o Gioel Meoni, el hijo del mítico Fabrizio, dedican una parte importante del año a complementar sus respectivas profesiones y vida personal con el entrenamiento y la preparación para el Dakar.

También, a las mil tareas necesarias para lograr el presupuesto, que en ocasiones sale en parte de su bolsillo. ¿Algunos de los partners de Falcón o Feliu? "Peter & Pan Panadería, El Criptonauta, seQura o la Foneria Ripollesa…", entre otros. Sin bromas, porque espíritu más dakariano no puede existir.

Y es que los amateurs son personas que a la vida cotidiana de cualquier hijo de vecino suman la enorme carga de preparar y hacer un Dakar. Pero como desgraciadamente Falcón nos ha recordado, también se juegan la vida.

Por llegar a sus límites físicos y mentales conocidos, y superarlos. Por verse inmersos en paisajes que nunca hubieran soñado de no ser por el Dakar. Y escuchan los peligrosos cantos de la Gran Sirena por llegar a casa con la medalla de finisher del Dakar y una mochila cargada de múltiples historias que compartirán durante años con su familia y amigos. En definitiva, por pasión.

Con la cara desfigurada

Tomemos otro ejemplo de ese espíritu al que se refería Coma. El checo Libor Podmol, antes mencionado. Uno más en la categoría Original by Motul, como Carles Falcón o Isaac Feliu. Podmol se cayó en la cuarta etapa y recibió un golpe en el casco. Se hizo una enorme brecha en la cara. El médico le quería mandar para casa. Se negó. Sobre la marcha, el doctor le puso varios puntos y el checo siguió adelante.

El viernes pasado, en la brutal etapa de dos días, Podmol tuvo que pararse en las dunas porque su moto se había sobrecalentado. Su cara parecían dos en una, desfigurada por la hinchazón a resultas del accidente, llena de tiritas y hasta cinta aislante negra encima de los puntos para proteger la herida.

Quería seguir a toda costa. Para ello echaba el agua de su camelback personal al motor para refrigerarlo y seguir. Ya le dejaría alguien agua, pero había que seguir a toda costa. Carles Falcón era de esta estirpe. Falcón decidió apostar su vida a su verdadera pasión, la moto.

En todos los sentidos, en el día a día, y en el Dakar. Con todas las consecuencias. Su nombre no sonará por ganar la prueba, y pocos le hubieran prestado atención de no haber fallecido. Por ambas apuestas, Carles Falcón merece todos los honores, y que no se olvide su nombre en la historia del Dakar.

"Carles Falcón, también conocido como simplemente Charly o el Charly, con Feliu es una persona absolutamente adorable. Con un corazón enorme que no tiene ningún tipo de maldad dentro. Apasionado de las motos y feliz de mostrar al mundo las maravillas que este tiene". Las palabras pertenecen a Isaac Feliu, amigo, hermano de moto y de la vida de Carles Falcón.

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