¿Qué le debe el Barça de Laporta a Rubiales?

El titubeante comunicado del Barça sobre el escándalo del beso "sin consentimiento" de Luis Rubiales a Jennifer Hermoso desató una ola de indignación entre la afición azulgrana. El club catalán publicó un escrito tibio y poco contundente, donde ejecutó malabarismos para no pisar ninguna mina: "Las explicaciones de Rubiales han resultado suficientes para los miembros presentes de la asamblea que tenían la potestad de ratificarlo en el cargo. Sin embargo, el FC Barcelona quiere dejar bien claro que considera totalmente impropia y desafortunada la actuación del presidente de la RFEF durante la celebración del Mundial de fútbol. Son unos hechos que consideramos lamentables, que el propio Sr. Rubiales consideró un error y por los que pidió disculpas".

Pocas horas después, la FIFA suspendió a Luis Rubiales como presidente de la RFEF y vicepresidente de la UEFA y le prohibió presionar más a Jennifer Hermoso y a su entorno. Solo entonces, ya con Rubiales privado de su poder, en la lona y prácticamente muerto a nivel político, Laporta salió en Movistar+ en la previa del encuentro de ayer para subir el tono: "Quiero reiterar lo dicho en el comunicado. El comportamiento de Rubiales es inapropiado, incluso vergonzoso, diría. En ningún caso quisimos disculparlo. Estamos con las jugadoras, Jenni, estamos contigo, pensábamos que Rubiales iba a dimitir".

TE PUEDE INTERESAR

Por qué Vilda aplaudió a Rubiales, pero su cuerpo técnico dimite en bloque: "¡Ole tus huevos, Jorge!"

Kike Marín

Las explicaciones del club, que en un primer momento evitó pronunciarse, no convencieron a la mayor parte de su masa social, escandalizada por la poca protección a Jennifer Hermoso, la máxima goleadora histórica del equipo catalán. Especialmente cuando el Barça es el actual campeón de la Champions League femenina y uno de los mayores motores del fútbol femenino mundial. De hecho, de las 23 convocadas para el Mundial de Australia y Nueva Zelanda, nueve pertenecían a la disciplina azulgrana: Alexia Putellas, Cata Coll, Laia Codina, Irene Paredes, Salma Paralluelo, Aitana Bonmatí, Ona Batlle, María Pérez y Mariona Caldentey.

Además, el Barça fue el conjunto con la representación más numerosa en la Selección femenina y en sus filas tiene a la Balón de Oro actual, Alexia Putellas, y a la que probablemente será la próxima, Aitana Bonmatí. Ambas levantaron la voz mucho más que su propio club. "Hay límites que no se pueden cruzar y esto no lo podemos tolerar", afirmó Aitana en su cuenta de Twitter, mientras que Putellas remarcó "Esto es inaceptable. Se acabó". Incluso Xavi Hernández se mostró más duro que el club, aunque sin pedir su dimisión: "Quiero condenar la conducta del presidente de la Federación, que me parece inaceptable. Quiero dar todo mi apoyo incondicional a Jenni y a las jugadoras de fútbol femenino por lo que están viviendo".

El Barça no atacó a Rubiales (y le devolvió el favor)

Unas palabras en la línea de lo que comentó Jonatan Giráldez, técnico del Barça femenino: "Fue una imagen muy desagradable como representante de una institución tan importante como es la Federación española y que nunca se tendría que haber producido. Está fuera de lugar. Tendría que valorarse, analizarse y tomar decisiones, porque es la única manera de poder avanzar". Futbolistas como Sergi Roberto o Jules Koundé también apoyaron a Jennifer Hermoso.

Sin embargo, el posicionamiento del FC Barcelona como club fue radicalmente distinto. Hasta el punto de negar a una periodista de TV3, Laura Brugués, el preguntar a Mapi León, una de las 15 jugadoras que se amotinaron contra Jorge Vilda, sobre el beso a Jennifer Hermoso. Y no solo eso, la vicepresidenta institucional, Elena Fort, tuvo que utilizar su Twitter personal para pedir la "dimisión de Rubiales a título individual". La directiva, que ya se manifestó en contra de jugar en Arabia Saudí un amistoso que el Barça disputó contra Boca Juniors, afirmó: "Manifiesto mi total rechazo a la actuación de todos aquellos miembros de los estamentos oficiales y no oficiales que permiten y amparan actuaciones reprobables y a todo lo sucedido, y considero necesaria su dimisión inmediata. Se necesitan aires nuevos".

En esta línea, Fort siguió: "Las únicas víctimas, como mujer y ciudadana, servidora pública y culé, quiero dejar de nuevo patente, como he hecho siempre, todo el apoyo a todas aquellas mujeres que sufren el inaceptable y asqueroso machismo imperante". La visión de Elena Fort, que tuvo que usar sus propias redes sociales para distanciarse del Barça, ejemplifica la división de la junta de Laporta en el escándalo de Luis Rubiales y el poco peso de ciertos directivos en una estructura personalista y concentrada en el presidente.

Y es que los nuevos estatutos, modificados bajo la segunda etapa de Laporta, recogen que el Barça "luchará por la erradicación de todas las actitudes machistas, homófobas y racistas en el ámbito social y del deporte en sus actuaciones, tanto de carácter público como privado, y velará por la igualdad de derechos y la dignidad de todas las personas". Tal fue el malestar en el barcelonismo que un grupo de socios liderado por Jaume Llopis pidió a la junta directiva un posicionamiento más "claro y contundente. Es momento de calma y reflexión. En caso de que nuestros representantes no estén en disposición de enderezar el rumbo, los socios y socias tenemos el deber de exigírselo".

"El viernes fue un día muy triste. Los representantes del club y, por tanto, del Barça no estuvieron a la altura de nuestra historia centenaria en el tratamiento de los vergonzosos y graves hechos protagonizados por el presidente de la RFEF hacia varias futbolistas y, en concreto, Jenni Hermoso, con pasado azulgrana. La entidad puso unos determinados intereses por encima de nuestra historia, de nuestros principios y, especialmente, de nuestras deportistas", denunció el escrito.

TE PUEDE INTERESAR

Luis Rubiales, el subastador del fútbol español que prefería dar miedo que asco

Alejandro Requeijo

Rubiales se ha cobrado ahora el blindaje de Rubiales a Laporta como miembro de la junta directiva de la RFEF y su actuación de puente con la UEFA para que el Barça saliese indemne y pudiese jugar la Champions League. Cuando estalló el escándalo del pago por valor de más de siete millones de euros durante 17 años al vicepresidente de los árbitros en activo, José María Enríquez Negreira, la RFEF no atacó al Barça.

Incluso Laporta agradeció al propio Rubiales su postura en plena rueda de prensa. "Hay dirigentes que se han comportado como obliga su cargo. Por eso, quiero agradecer el posicionamiento responsable y coherente del presidente de la Federación española, el señor Luis Rubiales, también al presidente del Consejo Superior de Deportes, al señor Franco, al presidente Infantino, de la FIFA, quiero agradecer esa actitud prudente". Ahora Laporta, capaz de fundirse con el poder y medrar en las estructuras del fútbol español, paga el favor que le hizo Rubiales en su día al mantenerle en la junta directiva.