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La FIFA acaba con la huida de Rubiales y pone en jaque su resistencia ante Moncloa
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Acorralado y sin apoyos

La FIFA acaba con la huida de Rubiales y pone en jaque su resistencia ante Moncloa

El Gobierno de Sánchez, que protegió al presidente de la RFEF durante más de un año, ha convertido el caso en un asunto político de primer orden ahora, espoleado por el desafío

Foto: Sánchez y Rubiales, en una imagen de archivo. (EFE/Fernando Calvo))
Sánchez y Rubiales, en una imagen de archivo. (EFE/Fernando Calvo))
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La FIFA ha frenado en seco la huida hacia adelante que emprendió Luis Rubiales al grito de "no voy a dimitir". El máximo organismo del fútbol mundial ha tardado apenas unos días en abrirle expediente y apearlo provisionalmente del poder durante tres meses por su comportamiento en la final del último mundial femenino. Esta suspensión se adelanta así al proceso iniciado por el Consejo Superior de Deportes (CSD) y pone en jaque el desafío que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) le había lanzado al Gobierno de Pedro Sánchez. A su delicada situación se suma la dimisión en bloque del cuerpo técnico del equipo femenino y, sobre todo, los comunicados de los seleccionadores Jorge Vilda y Luis de la Fuente, que un día después de aplaudirle en la asamblea le han dado la espalda. El dirigente está abandonado por todos y sin apoyos.

El presidente del CSD, Víctor Francos, aseguró este sábado que la intervención de la FIFA no solo no frena, sino que avala los planes del Gobierno. En Moncloa confían en poder confirmar la suspensión de Rubiales a mediados de la semana que viene, siempre y cuando el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) adelante su reunión habitual de los jueves. El punto de partida del Ejecutivo es acelerar los plazos lo máximo posible. La caída puede ser cuestión de días, pero también son conscientes de que el dirigente y exfutbolista se revolverá. "Es imprevisible, nadie sabe qué va a hacer salvo él", apuntan.

Foto: La FIFA suspende temporalmente al presidente de la RFEF. (Reuters/Juan Medina)

En la Federación han reaccionado a este tsunami nombrando un sustituto provisional en la figura de Pedro Rocha, actual presidente del fútbol extremeño. Las fuentes consultadas por este periódico le ubican como una persona de la estrecha confianza de Luis Rubiales. De momento, el CSD ha pedido por carta a la RFEF que le confirme la nueva situación. Romper la disciplina férrea que ha demostrado la Federación en torno a su líder será uno de los principales objetivos tras la suspensión.

La desbanda ya ha comenzado. Los entrenadores de las selecciones absolutas, tanto masculina como femenina, han abandonado el barco. El primero ha sido Luis de la Fuente, que a través de un comunicado en EFE ha criticado la actitud de Rubiales. De la Fuente, que le respaldó 24 horas antes, censuró "sin paliativos el comportamiento equivocado y fuera de lugar del presidente de la RFEF". Horas después hizo lo propio Jorge Vilda, uno de los nombres a quien más nombró el presidente de la Federación durante su intervención en la asamblea. "Lamento profundamente que la victoria del fútbol femenino español se haya visto perjudicada por el comportamiento impropio que nuestro ahora máximo dirigente, Luis Rubiales, ha realizado y que él mismo ha reconocido", apuntó en otro escrito.

"Luchar hasta el final"

"Los que me conocen bien saben que voy a luchar hasta el final". Rubiales pronunció esta frase en la rueda de prensa en la que hasta en cuatro ocasiones anunció que no pensaba irse. La advertencia vaticinaba una lucha de resistencia a largo plazo. Tanto la decisión de la FIFA como la inhabilitación exprés que ha diseñado el Gobierno se presentan como un capítulo más, pero no necesariamente el último. Aunque tocado y enfrentado a un consenso social e institucional sin precedentes, Luis Rubiales plantea una lucha que hasta ahora le había protegido pese a sus escándalos. El hasta ayer máximo mandatario del fútbol español ha envuelto su defensa, además, en un desafío a lo que llama "falso feminismo". El Ejecutivo ha recogido el guante al presentar su actitud como un me too, en alusión a las denuncias abuso sexual en Hollywood.

Foto: Rubiales, en la asamblea donde aseguró que no dimite. (Reuters)

El último escándalo de Rubiales era inasumible para Moncloa. Una línea roja para el "Gobierno más feminista de la historia". Así lo evidenció la reacción casi inmediata de Sumar, que exigió la dimisión del dirigente y exfutbolista y presentó una denuncia ante el CSD días antes de que Francos anunciara la estrategia. E incluso entonces, con el proceso en marcha, reclamó una reacción inmediata. Lo cierto es que el beso a Jennifer Hermoso dejó al PSOE en una situación comprometida, obligado a actuar con contundencia tras un año de protección.

Pedro Sánchez inició la ofensiva el pasado martes, durante la recepción a las campeonas del mundo. Después hicieron lo propio el ministro de Cultura, Miquel Iceta, y su homólogo de la Presidencia, Félix Bolaños. "Las cosas no pueden quedar así", dijo Bolaños. Entonces, dirigentes de Podemos ya habían hablado de "agresión sexual" y el PP amagaba con presentar una nueva denuncia ante el CSD. La crítica y el rechazo a Luis Rubiales era ya unánime a todo el arco parlamentario, marcando en parte el camino al presidente del Gobierno en funciones. Lo que nadie esperaba es la respuesta del presidente de la RFEF y el desafío a Moncloa.

Manual de resistencia

La propia asamblea de la RFEF en la que Rubiales anunció que se atrincheraba en el cargo, pese al clamor social que pide su cese, ya acredita su particular manual de resistencia. Una ironía del destino, tratándose de un pulso al Gobierno de Pedro Sánchez. Los medios de comunicación anunciaron en la previa que el mandatario presentaría su dimisión, abandonado por el Gobierno y por las federaciones territoriales. Fue una información que salió de su círculo más cercano. Diversos medios ya publicaron entonces el nombre de Pedro Rocha como la persona que iba a suceder a Rubiales de manera transitoria. Fuentes del CSD reconocen que también para ellos fue una sorpresa absoluta. La dimisión se daba por hecho y fue entonces cuando el Gobierno activó el botón rojo.

Entre algunos asambleístas existe la impresión de que todo fue una estrategia para fomentar la asistencia a una Asamblea que tendría un tono de despedida y no de cierre de filas, como pretendía Rubiales. La treta es relevante, dado que para dar inicio al cónclave es necesario un número mínimo de quorum. Que la reunión no se hubiese podido celebrar por la renuncia de los asambleístas a prestarse al baño de masas hubiese sido una muestra de debilidad de cara al desafío que Rubiales ha lanzado al Gobierno. Superado ese escollo, el máximo mandatario del fútbol desplegó un discurso de oposición en clave política.

Entre algunos asambleístas existe la impresión de que todo fue una estrategia para fomentar la asistencia

El discurso de Luis Rubiales encendió más si cabe a Moncloa. El tono de su intervención fue recibido como una suerte de "trumpismo" y una ofensa a los pilares de su argumentario y su gestión durante toda la legislatura. El dirigente, desatado, apeló incluso a la necesidad de invertir en vivienda o sanidad antes de anunciar acciones legales contra miembros del Ejecutivo por acusarle de agresor sexual por el beso que le propinó a Jennifer Hermoso en la entrega de medallas tras la final del Mundial. La Fiscalía de Madrid ya ha abierto expediente por estos hechos y lo ha remitido a la Audiencia Nacional al tratarse de un presunto delito de un español cometido en el extranjero. Rubiales avanza que responderá a todo. Este fin de semana difundió imágenes de la entrega de medallas con las que pretende rebatir la versión de la futbolista, quien el viernes admitió haberse sentido forzada en el beso.

El mandato de Rubiales al frente de la RFEF ha estado jalonado de escándalos casi desde el principio. "Presidente, ¿tú crees que yo me merezco esto?", le llegó a escribir al líder del Ejecutivo, Pedro Sánchez. El Confidencial tuvo acceso a los mensajes entre ambos en los que se aprecia que Rubiales tenía trato directo con la Moncloa, principalmente gracias a la candidatura de España, Portugal y Marruecos para celebrar el Mundial 20230. La mayor crisis de su mandato hasta ahora tuvo su origen en las informaciones desveladas por este periódico en el marco de los Supercopa Files: acuerdos secretos para la venta del fútbol español a Arabia Saudí, espionajes, dinero federativo para viajes o casas de lujo…

Foto: Imagen: Laura Martín.

El Gobierno manifestó su rechazo a las actitudes que recogían esas informaciones, pero no actuó contra Rubiales. La primera exclusiva se publicó el 18 de abril de 2022. Ese mismo día ya se registró la primera denuncia ante el CSD, pero este organismo tardó un mes y medio en iniciar unas actuaciones previas sobre Rubiales. Fue el 31 de mayo, pero apenas consistió en "la solicitud de determinada documentación", según la información a la que ha tenido acceso este periódico.

Ahora cunde en el Gobierno la preocupación de que la actitud frentista de Rubiales ponga en riesgo la candidatura de España, Portugal y Marruecos para organizar el Mundial masculino del año 2030. Víctor Francos anuncia que hablará con la FIFA para garantizar el apoyo del Estado al proyecto al margen de un Rubiales, cada vez más solo en su plan de resistencia.

La FIFA ha frenado en seco la huida hacia adelante que emprendió Luis Rubiales al grito de "no voy a dimitir". El máximo organismo del fútbol mundial ha tardado apenas unos días en abrirle expediente y apearlo provisionalmente del poder durante tres meses por su comportamiento en la final del último mundial femenino. Esta suspensión se adelanta así al proceso iniciado por el Consejo Superior de Deportes (CSD) y pone en jaque el desafío que el presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) le había lanzado al Gobierno de Pedro Sánchez. A su delicada situación se suma la dimisión en bloque del cuerpo técnico del equipo femenino y, sobre todo, los comunicados de los seleccionadores Jorge Vilda y Luis de la Fuente, que un día después de aplaudirle en la asamblea le han dado la espalda. El dirigente está abandonado por todos y sin apoyos.

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