El beso de Rubiales le estalla al Gobierno tras un año protegiéndolo por sus escándalos

La protección que el Gobierno de Pedro Sánchez brinda a Luis Rubiales tras un año de escándalos e investigaciones judiciales le ha estallado ahora con uno de los asuntos más sensibles para el Ejecutivo: el machismo y la violencia sexual. Así describen colectivos feministas y Sumar el beso que le propinó el presidente de la Federación a la futbolista Jennifer Hermoso durante la entrega de medallas como campeonas del mundo. Es la última controversia protagonizada por el máximo mandatario del fútbol español mientras el Consejo Superior de Deportes (CSD) acumula en el cajón varias denuncias presentadas en su contra sin adoptar ninguna medida que afecte a su mandato, marcado por la aspiración de organizar el Mundial 2030.

“Me parece inaceptable”. De este modo valoró el ministro de Cultura, Miquel Iceta, el beso de Rubiales a la jugadora ante los ojos de todo el mundo y en presencia de la reina Letizia. Sin embargo, al ser preguntado en RNE por el futuro en el cargo de Rubiales, el cargo socialista echó balones fuera: "Lo primero que hay que hacer es dar explicaciones y presentar excusas". La reacción del Gobierno sobre la última polémica de Luis Rubiales sigue, de momento, el guion de todas las anteriores, cuando el Ejecutivo no pasó de las palabras a los hechos.

Miquel Iceta utilizó el mismo término cuando El Confidencial desveló que Rubiales había grabado sus comunicaciones con miembros del Gobierno. El ministro lo tachó de “inaceptable”. Aquella información constituyó un capítulo más del caso Supercopa Files en el que este periódico arrojó luz sobre el pelotazo de la venta del fútbol español a la dictadura de Arabia Saudí y una serie de presuntas irregularidades en torno a la Federación. El entonces presidente del Consejo Superior de Deportes, José Manuel Franco, salió al paso de aquellas revelaciones y cuestionó los negocios entre Rubiales y el jugador del Barça Gerard Piqué: “No me parece ni ético ni estético”. Pero tampoco pasó de ahí.

El CSD es un organismo que depende del ministerio de Iceta. Es, por tanto, una estructura del Gobierno que tiene la capacidad de elevar las denuncias que recibe contra algún dirigente ante el Tribunal Administrativo del Deporte (TAD). Es la máxima autoridad en materia deportiva y tiene competencias para inhabilitar a Rubiales. El presidente de la Federación considera este organismo hostil a sus intereses. El TAD lo integran siete juristas designados por el CSD. En conversaciones a las que tuvo acceso este periódico, Rubiales les acusaba de estar “todos vendidos”. “El TAD es un puto desastre”, le espetó a la exsecretaria de Estado para el Deporte Irene Lozano en 2020.

Opinión

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Las decisiones del Gobierno siempre han librado a Rubiales de llegar a esa pantalla, lo que podría suponer su final. Distintas plataformas y afectados han presentado denuncias contra Rubiales, pero el Gobierno las metió en un cajón y nunca ha dado el paso de permitir al TAD que las estudie. Mientras eso pasaba, los tribunales ordinarios sí encontraron indicios de delito suficiente en las informaciones desveladas por El Confidencial. Tanto la Fiscalía Anticorrupción como un juzgado de Majadahonda investigan desde hace más de un año los llamados Supercopa Files. Parte de sus pesquisas se encuentran bajo secreto de sumario.

Son varios los denunciantes que han acudido al CSD sin que conste ningún éxito en sus pretensiones. Uno de ellos es el presidente de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), David Aganzo. También el presidente del Centro Nacional de Formación de Entrenadores de Fútbol (Cenafe), Miguel Ángel Galán, y el máximo dirigente de un equipo de la Primera RFEF, el DUX Internacional de Madrid. Todos ellos apuntaban a que los hechos desvelados por El Confidencial serían constitutivos "de infracción administrativa" y pedían la incoación de un expediente disciplinario en el TAD. Citaban encargos para espiar a rivales, grabaciones a miembros del Gobierno o el uso de fondos de la RFEF para disfrutar de una vivienda de lujo en Madrid. El Gobierno ganó tiempo en su día con una petición de explicaciones por carta y la cuestión no fue a más.

Franco compareció en noviembre como secretario de Estado para el Deporte en la Comisión de Cultura del Congreso de los Diputados. Según dijo, en el CSD "tienen entrada numerosas denuncias", entre ellas las presentadas contra Rubiales, y pidió la "presunción de inocencia" para el directivo. También se escudó en que si la Justicia ordinaria investiga, el Consejo no puede elevarlo al TAD: "El CSD obra de acuerdo a la regla de subordinación de la Administración a la jurisdicción. Actuamos y actuaremos conforme a la ley en los plazos previstos y ajenos a cualquier tipo de injerencia o presión. Ese es el motivo por el que el CSD no elevó el caso al TAD". El calendario desmiente este argumento.

El Confidencial comenzó sus revelaciones el 18 de abril de 2022. Las primeras denuncias ante el CSD se registraron ese mismo mes. No se conoció hasta el 19 de mayo que la Fiscalía empezó a investigar las actividades de Rubiales y todavía hubo que esperar a finales de junio para que el juzgado de Majadahonda abriese diligencias penales. El Gobierno tuvo tiempo de iniciar los trámites y no lo hizo. En los primeros compases del escándalo, el propio Franco admitió que estaban estudiando la vía del TAD: “Lo que hemos hecho ha sido enviarle una carta [a Rubiales] para pedirle explicaciones, espero que las dé. En todo caso, al margen de la carta, nosotros en el Consejo estamos estudiando las dos denuncias que han llegado y si después de estudiarlo consideramos que es necesario elevarlas al TAD, así lo haremos”. Entonces, Franco no hizo mención a la regla de subordinación.

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Sin relación con la investigación judicial, el CSD recibió en enero de este año otra denuncia contra Rubiales, esta vez por un caso de machismo. La Asociación Transparencia y Democracia en el Deporte pidió la destitución del presidente de la Federación por la escena de la entrega de medallas de la Supercopa femenina. En lugar de ser engalanadas con las preseas por algún dirigente federativo, las jugadoras del Fútbol Club Barcelona tuvieron que acercarse a un maletín en el que estaban todas las medallas de campeonas. Una a una fueron recogiendo la suya.

Este colectivo instó al Gobierno a actuar con arreglo a la nueva Ley del Deporte, según la cual hay obligación legal de impedir una situación de discriminación contra las mujeres. Preguntado el CSD sobre el destino que se dio a esta denuncia, no ha ofrecido respuesta al momento de publicar esta información. En las últimas horas, Cenafe ha presentado otra denuncia contra Rubiales por el beso a Jenni Hermoso, por lo que se le abre otra oportunidad al Gobierno para actuar.

El Mundial 2030: "Os lo vais a cargar con estas cosas"

No consta que el CSD haya variado su postura en los últimos meses. Rubiales ha continuado siendo un personaje habitual en los palcos y recepciones con altas autoridades del Estado, tanto con el Gobierno como con la Casa Real. Este periódico tuvo acceso a sus mensajes con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en los que se aprecia que la apuesta de España por organizar el Mundial de fútbol en 2030 constituye su principal llave de acceso a la Moncloa.

Cuando comenzaron las exclusivas de este medio en torno a la Supercopa de España, el presidente de la Federación acusó a la prensa de poner en peligro la candidatura que España comparte con Portugal y posteriormente con Marruecos, una de las prioridades del Gobierno en su política internacional. “Con estas cosas se lo van a cargar, se lo van a cargar ustedes”, dijo en su comparecencia ante los medios. La elección definitiva de la sede tendrá lugar en 2024 durante el 74º Congreso de la FIFA. Tras la renuncia de Arabia Saudí, la candidatura de España, Portugal y Marruecos se enfrenta a la opción que presentan Argentina, Uruguay, Chile y Paraguay.

La tradicional parálisis del Gobierno con Rubiales se enfrenta esta vez a la oposición directa de su socio principal. La portavoz parlamentaria de Sumar, Marta Lois, criticó la actitud de Rubiales, pidiendo su dimisión. "Este tipo de comportamiento sexista hacia la jugadora española Jennifer Hermoso es intolerable. El señor Rubiales debería dimitir. Una vergüenza", escribió en redes sociales, un mensaje compartido a su vez por la secretaria general de la formación y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz. El también dirigente y portavoz de Sumar, Ernest Urtasun, se expresó en el mismo sentido. A su juicio, Rubiales debería dimitir "mañana mismo". "La imagen que ha trasladado al mundo es de un machismo repugnante. No puede quedar impune", zanjó.

La reacción de las fuerzas a la izquierda del PSOE ha sido contundente. Desde las filas de Podemos criticaron con dureza el acto de Rubiales, hasta el punto de calificarlo como "violencia sexual". "No demos por hecho que dar un beso sin consentimiento es algo que pasa. Es una forma de violencia sexual que sufrimos las mujeres de forma cotidiana y hasta ahora invisible, y que no podemos normalizar. Es tarea de toda la sociedad. El consentimiento en el centro. Solo sí es sí", publicó en su perfil de Twitter la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero. La secretaria general de la formación morada insistió en la misma línea. "La violencia sexual contra las mujeres tiene que terminar", subrayó la dirigente, que criticó que este tipo de actitudes se reconozcan como "algo que pasa".