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Laporta se inmola en la sala de prensa del Camp Nou y basa su defensa en el victimismo
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DOS MESES DESPUÉS

Laporta se inmola en la sala de prensa del Camp Nou y basa su defensa en el victimismo

El presidente del club catalán atacó al Real Madrid y a LaLiga, pero no supo dar respuestas contundentes a las preguntas planteadas sobre la relación con Enríquez Negreira

Foto: Laporta no convenció. (Europa Press/AFP7/Marc Graupera Aloma)
Laporta no convenció. (Europa Press/AFP7/Marc Graupera Aloma)

Joan Laporta apareció en el Auditori 1899 junto a unas cajas rojas ante una gran expectación que rápidamente se desvaneció. Más de dos meses después de la publicación del mayor escándalo arbitral en la historia de LaLiga, el presidente azulgrana no supo dar ninguna respuesta convincente y trató de justificar (sin éxito) los pagos por 7,5 millones de euros al vicepresidente en activo del Comité Técnico Arbitral (CTA), José María Enríquez Negreira desde 2001 hasta 2018. En su primera intervención, con nervios y confundiendo a Negreira con "Teixeira", el presidente azulgrana denunció una campaña de desprestigio trufada de victimismo y ataques al Real Madrid y a LaLiga. El hilo conductor de su exposición sería culpar a sus enemigos acérrimos de sus males y tirar balones fuera ante la tensión del jefe del área de Compliance, Sergi Atienza.

"El Barça está sufriendo una campaña de desprestigio internacional que nada tiene que ver con la realidad. A lo largo de sus casi 125 años de historia, el club ha sido un modelo de juego limpio dentro y fuera del campo. Es una campaña orquestada", sostuvo Laporta al comienzo de la comparecencia. Desde el inicio, apeló a la honradez del club y de sus dirigentes. "No nos gusta ganar con ayudas arbitrales. Como un gran club tenemos detractores; unos detractores que intentan erosionar nuestro prestigio", añadió. Después de catalogar al Real Madrid como el considerado "equipo del régimen" y afirmar que ha "sido favorecido arbitralmente en el pasado y en la actualidad, por lo que presentarse en la causa es un acto de cinismo", Laporta también cargó contra el presidente de LaLiga, Javier Tebas, al que calificó de "irresponsable".

placeholder Laporta, en plena comparecencia. (Reuters/Albert Gea)
Laporta, en plena comparecencia. (Reuters/Albert Gea)

En la primera rueda de prensa desde que estallara el caso, no todos los periodistas pudieron preguntar, como es el caso de El Confidencial. Laporta remarcó que "el FC Barcelona nunca ha realizado actuación alguna que tuviese como finalidad o intención alterar la competición con el fin de obtener alguna ventaja deportiva". Precisamente esa es la tesis que argumenta Fiscalía. Su escrito atribuía al FC Barcelona, los exdirigentes de la entidad deportiva y al propio Negreira, los presuntos delitos de administración desleal, corrupción en los negocios en su modalidad deportiva y falsedad documental, tras concluir que los pagos tenían como objetivo garantizar buenos arbitrajes para el conjunto blaugrana. Los pagos se dirigían "a favorecer al FCB en la toma de decisiones de los árbitros en los partidos que disputase el club" para influir en los resultados de las competiciones, dice tras meses de investigación de los hechos.

Sin respuesta a nada

"El informe indica que la prestación efectuada por estas empresas y personas investigadas se trata de servicios de asesoramiento deportivo (scouting y asesoramiento arbitral) que son habituales en el sector del deporte profesional. El pago no constituye ningún hecho ilícito ni mucho menos un ilícito penal", defendió Laporta. "Este asesoramiento arbitral lo tenemos ya internalizado muchos los clubes y es algo necesario. Lo hicimos con claridad y referencias detalladas por facturas y conceptos que se realizaron por transferencias bancarias. Todo se ha hecho de forma clara y transparente", añadió el dirigente.

Lo que no explicó Laporta es por qué se escogió al vicepresidente de los árbitros en activo para ello, quien en su declaración ante la Agencia Tributaria declaró que él creía que "el Barça buscaba la neutralidad" y no dudó en amenazar al club con desvelar "irregularidades" tras la ruptura de la relación entre club y excolegiado, justo cuando este dejó pertenecer a la cúpula del Comité Técnico Arbitral dirigido por Sánchez Arminio. Tampoco explicó Laporta por qué se rompieron relaciones con Negreira, ni por qué el Barça pagó casi 1 millón de euros a Hacienda para no incurrir delito fiscal cuando no encontró archivos físicos que sostuvieran las supuestas "asesorías verbales" de Negreira. Los CD's e informes que amagó con enseñar Laporta eran del hijo, ni rastro de los del padre. Jugó a confundir a los oyentes deliberadamente.

placeholder Laporta respondió a las preguntas de los periodistas. (EFE/Alejandro García)
Laporta respondió a las preguntas de los periodistas. (EFE/Alejandro García)

El presidente, que balbuceó en algunas de las preguntas difíciles que le tocó responder, leyó las conclusiones de la investigación externa contratada: "no se han identificado conductas con relevancia penal vinculadas con el delito de corrupción deportiva, ni hay ningún indicio de afectación al fair play de la competición, ni se dan criterios para estudiar modalidades delictivas vinculadas al soborno". Laporta negó que Negreira tuviese mano en la designación de los árbitros y cargó el peso de los informes en Javier Enríquez Romero, su hijo. No habló de cómo el famoso "índice corruptor" de Victoriano Sánchez Arminio arreglaba, presuntamente, las clasificaciones de los árbitros que bajaban y subían de categoría, entre otras atribuciones, tal y como publicó este periódico.

En este sentido, Laporta argumentó el extraordinario crecimiento de la facturación durante su primera mandato a "la mayor cantidad de partidos que hubo". No fue capaz de enseñar ningún informe de Enríquez Negreira y colocó a su hijo en el centro de la diana. "Yo no estoy aquí para opinar. Estoy aquí para dar explicaciones [...] Eso imagino que Negreira y los investigados tendrán la opción de explicarse en el juicio. Quiero recalcar Javier Enriquez Romero no está investigado y ni tampoco como testigo. El principal prestador de los servicios no está en tela de juicio y era una persona cualificada para prestar servicios pro sus conocimientos en el fútbol", subrayó.

Por último, Laporta también redujo la importancia de Josep Contreras en el Barça, el intermediario que triangulaba las facturas de los Negreira: "No hablaré por terceros. El juicio determinará todas estas cuestiones. Además, se habla sin precisar, ya que el señor Contreras no fue directivo del FC Barcelona. Era una persona miembro de comisiones sociales o deportivas. Estaba vinculado en el club en este sentido. La actividad del club es tan intensa que hay varias comisiones por todas las disciplinas y él formaba parte de ellas, pero nunca tuvo un cargo de responsabilidad". El aplauso final de los miembros de su directiva cerró una rueda de prensa esperpéntica, donde Laporta perdió toda su aura como orador y no supo dar respuestas contundentes a las preguntas planteadas.

Joan Laporta apareció en el Auditori 1899 junto a unas cajas rojas ante una gran expectación que rápidamente se desvaneció. Más de dos meses después de la publicación del mayor escándalo arbitral en la historia de LaLiga, el presidente azulgrana no supo dar ninguna respuesta convincente y trató de justificar (sin éxito) los pagos por 7,5 millones de euros al vicepresidente en activo del Comité Técnico Arbitral (CTA), José María Enríquez Negreira desde 2001 hasta 2018. En su primera intervención, con nervios y confundiendo a Negreira con "Teixeira", el presidente azulgrana denunció una campaña de desprestigio trufada de victimismo y ataques al Real Madrid y a LaLiga. El hilo conductor de su exposición sería culpar a sus enemigos acérrimos de sus males y tirar balones fuera ante la tensión del jefe del área de Compliance, Sergi Atienza.

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