El otro Mbappé, un millonario volcado con acciones solidarias y contra el racismo

Mientras que en París está caliente el futuro de Mbappé, a la espera de que la próxima semana se presente a los entrenamientos con Luis Enrique y pueda aclarar dónde y en qué condiciones va a jugar la temporada que viene, la estrella francesa está volcada en sus proyectos sociales. No habla de su futuro porque ya ha dejado clara su postura de cumplir su contrato que finaliza en 2024 y no activar la tercera temporada. El órdago público que le ha lanzado Nasser Al-Khelaifi no es lo más importante en la vida de Mbappé, en estos momentos. Así lo ha demostrado en la última entrevista en una televisión de Costa de Marfil. Tenía pactado que no se le hicieran preguntas sobre su futuro.

Mbappé viajó a Camerún, el país de nacimiento de su padre, para conocer de primera mano cómo está funcionando el proyecto de rehabilitación de una escuela benéfica para niños. Se le ha visto jugar al fútbol y al baloncesto con ellos, se ha reunido con las autoridades para certificar que están igual de implicados que él en las ayudas sociales. Es el lado solidario de Kylian Mbappé. Un ídolo de masas que tiene una imagen deteriorada tras conseguir en mayo del año pasado firmar un contrato millonario con el PSG y dejar plantado al Real Madrid. El escenario ha cambiado y tampoco le beneficia. Ahora es el PSG el que califica su comportamiento de decepcionante si no renueva y es capaz de marcharse libre.

Mbappé es visto como un futbolista caprichoso, manipulador y egoísta, que se mueve por el dinero. Tiene el rechazo de los que consideran que utilizó al Real Madrid para firmar el mejor contrato de la historia del fútbol y los que se le echan encima por querer aguantar la temporada de contrato que le queda en el PSG para no perder los 80 millones de euros que le corresponden del bonus de fidelidad. Esta es la mala fama que acompaña a una persona y estrella del fútbol que tiene un lado comprometido con la sociedad, en el que deja ver sus valores y su generosidad.

Donó la prima del Mundial

El primer gran gesto que tuvo Kylian Mbappé lo conocimos después de ganar, con solo 19 años, el Mundial de Rusia en 2018. El francés donó las primas que le correspondían por el título a la asociación Premiers de Cordée, de la que es padrino y se dedica a organizar actividades con niños discapacitados. La cifra que entregó rondó los 300.000 euros. Mbappé fue el único futbolista de la Selección francesa que tuvo este gesto y cuando se conoció lo justificó diciendo que no le tenían que pagar por jugar con su país. Es cierto que ha tenido discusiones con la Federación de Fútbol por los derechos de imagen, pero su abogada, Delphine Verheyden, lo justifica como una elección personal. No quiere dar publicidad a marcas de comida que no considera saludable. No es un referente para este tipo de alimentación.

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Dos años después de proclamarse campeón del mundo con Francia, creó la Fundación Inspired by KM (Inspirado por Kylian Mbappé) como una organización benéfica que tiene el objetivo de apoyar a los niños de París en su formación para la vida laboral. Reciben diferentes asignaturas de un plan de educación de que se rige por cuatro valores: aprender, entender, compartir y transmitir. De su evolución está muy pendiente. Se muestra participativo con los niños. Uno de ellos le llegó a comentar que le gustaría convertirse en el Mbappé de las matemáticas.

Colabora también con la Fundación Abbe Pierre con donaciones a familias en situación de fragilidad, que no tienen hogar, viven en la precariedad, la pobreza y la escasez de alimentos. Su ayuda fue destacada en los momentos más críticos que sufrieron estas familias durante la pandemia del coronavirus. Donó una gran cantidad de dinero que la asociación destacó en un comunicado, pero no quiso hacer pública. Viral se hizo su videollamada para darle ánimos a un niño peruano diagnosticado con leucemia que estaba ingresado en un hospital de Nueva York y en el que se conoció que Mbappé hablaba un perfecto castellano.

Lucha contra la xenofobia

Este es lado solidario de muchos proyectos en los que coopera con financiación, se involucra con su presencia en París y ahora con su viaje a Camerún para asistir a la escuela que rehabilitó su Fundación en un suburbio de Yaundé. Hay también un Mbappé comprometido en la lucha contra el racismo, que le llevó a plantearse dejar la Selección tras fallar un penalti contra Suiza en la Eurocopa. Supuso la eliminación de Francia y sufrió, vía redes sociales, con los insultos que le llamaban mono. Reconoció que quería dejarlo, que no podía permitir estos ataques. Pero recapacitó y siguió para demostrar que no podían ganar los agresores y xenófobos.

Igualmente, sigue implicado en la lucha contra el racismo con su apoyo a Vinícius tras las denuncias que hizo el brasileño en los hechos sucedidos en Mestalla. "No estás solo. Estamos contigo y te apoyamos", es el mensaje que publicó en sus redes sociales para apoyar al jugador del Real Madrid. Otra de sus apariciones públicas, durante las revueltas en Francia por el disparo de un policía que causó la muerte del joven Nahel, fue manifestar que se sentía conmocionado. Con firmeza aseguró que no se podía permanecer insensible. Después, con la escalada de tensión social, pidió que se detuviera la violencia, los disturbios, porque no resolvían nada.

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El niño que se crio en Bondy, un barrio periférico pobre de París, de clase obrera y conflictivo, se convirtió en una estrella del fútbol en edad de adolescencia. Se calcula que su patrimonio está en torno a 180 millones de euros, según el sitio Celebrity Net Worth. Es un millonario que no olvida sus raíces, que se siente feliz con su compromiso solidario con los niños y los más desfavorecidos. "La gente puede hablar de lo que quiera, pero no me conoce todo el mundo", dijo en una ocasión en la que se le preguntó por asuntos económicos y sus finanzas.

El futbolista que tiene en vilo al Paris Saint-Germain y el Real Madrid, con la incertidumbre de su futuro y al que se le señala como un pesetero, demuestra que durante el año y en sus vacaciones se vuelca con los proyectos de su Fundación, con más asociaciones benéficas y está comprometido en la lucha contra el racismo. Es el lado humano de Kylian Mbappé, continuamente en tela de juicio por sus estrategias para obtener ventaja en las negociaciones de sus contratos.