Hay vida después de Mbappé: por qué el PSG aprieta para venderlo y hacer un equipo

En el Paris Saint-Germain dibujan un equipo sin Kylian Mbappé. No es imposible desde el momento en el que el futbolista franquicia es considerado como un ingrato y ha llegado Luis Enrique para ejercer un liderazgo. Mbappé pierde apoyos en Francia con la campaña de desprestigio a la que está sometido desde dentro del club. Nasser Al-Khelafi se encarga de demonizar al francés, de que se sepa que es un egoísta, un jugador que mira más por el dinero. Un tipo problemático. Habla de él como una decepción.

Cuando el presidente del PSG aseguró que no se va a salir con la suya de jugar una temporada más, sin renovar, se refería a que le destrozarían su imagen si no acepta las condiciones que impone el club. Hay hartazgo mutuo, pero la novedad es que en París imaginan que hay vida después de Mbappé.

La crisis entre Nasser Al-Khelaifi y Kylian Mbappé es más grande desde que el presidente del club parisino se reunió con Luis Enrique y le explicó quién es Mbappé. Lo define como un caprichoso que quiere influir en la planificación deportiva, que puede alterar la estabilidad de un vestuario con sus exigencias económicas y un manipulador. Forma parte del plan para que Luis Enrique esté en sintonía con el club. Hay que tener determinación con un caso en el que se habla de los malos detalles de un jugador al que se le ha dado todo y nunca está conforme.

La complicidad de Luis Enrique

No es una casualidad que después de que salieran unas declaraciones de Mbappé en France Football y L'Equipe, tras ser nombrado como el mejor jugador de la pasada temporada en Francia, apareciera una información confidencial en RMC Sport. Mbappé está en la diana. De él se dice que hay hasta seis compañeros que piden su salida inmediata. El vestuario contra Mbappé, a quien se le califica de tóxico. Este es el nuevo escenario que presenta el club para cargar contra una estrella que dice que jugar en el PSG no le ayuda mucho para ganar el Balón de Oro y la Champions.

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El plan del Paris Saint-Germain es embarrar unas conversaciones en las que Mbappé se niega a perdonar dinero. Hay que echarle encima a los compañeros, a la opinión pública y tener la complicidad de Luis Enrique para contrarrestar la estrategia si se niega a renovar y pretende irse libre. Es un acoso y derribo para que se decida cuanto antes y no esperar al 22 de julio, día en el que comienza la gira por Japón. Mbappé está citado antes, el próximo 17 de julio, para incorporarse al trabajo de la pretemporada. El club pone la maquinaria para seguir presionando a Fayza Lamari, madre y agente del jugador.

Mbappé es el malo y en Qatar, con su orgullo, no quieren ceder. Es la postura intransigente del club para desbloquear las conversaciones con un traspaso que no esté por debajo de los 200 millones de euros y la renuncia de un bonus de fidelidad que asciende a los 80 millones de euros. El PSG tiene un proyecto sin Mbappé y en él deja claro que el líder está ahora en el banquillo. Con Luis Enrique quiere apostar por un equipo unido, un vestuario comprometido, en el que vayan todos a una, sin egoísmos y una propuesta de fútbol más colectiva. Aquí no tiene cabida Mbappé si no renueva. No puede empezar la temporada si no cambia una actitud que desde dentro del club se sigue viendo como desafiante.

Contactos con el Real Madrid

A Luis Enrique le han presentado un Mbappé incómodo, que está con la cabeza en otro sitio y tiene contactos con el Real Madrid. Esta forma de comportarse no encaja en los planes del entrenador. Luis Enrique deja claro que va a construir un gran equipo, competitivo y con el que está seguro de poder ganar. Si lo consigue sin Mbappé, el proyecto estará mejor valorado y habrá demostrado que hay vida después de Mbappé.

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Tampoco es casualidad que el exdirector deportivo del club parisino, Leonardo, haya aprovechado este momento de ruptura entre Mbappé y el PSG para cargar contra el futbolista francés y decir que es difícil construir un equipo en torno a él o que no es un líder. Mbappé se encargó en su última renovación de que no siguiera Leonardo en la dirección deportiva. Llegó Luis Campos. Leonardo le pasa factura, aprovecha que hay un divorcio entre el jugador y el club. Hace unas manifestaciones contundentes que le sirvan al PSG para darle la puntilla al futbolista francés. "Por el bien del PSG es el momento de que Mbappé se vaya. No importa cómo", dice el exdirector deportivo. Es una opinión relevante, de quien le conoce a fondo y le ha tratado, que puede dar luz al recién llegado Luis Enrique.

En Qatar no van a poner fácil la venta de Mbappé. Siguen dando pasos, con presiones y chantajes, para que se dé cuenta de que ya no está en el epicentro del proyecto. Hay más tensiones y un desgaste que se hace cada vez más evidente y por el que se le insta a buscar una solución lo más rápida posible.