El chantaje emocional y económico del PSG a Mbappé, a la espera del careo con Luis Enrique

La guerra fría entre el Paris Saint-Germain y Kylian Mbappé se encuentra en un escenario de bloqueo. El futbolista se marchó de vacaciones reafirmándose en su idea de que quiere cumplir la temporada de contrato que le queda y la respuesta del club fue darle un ultimátum. O renueva o le traspasan con las condiciones que ponen desde Qatar. Los últimos días no ha habido avances en las conversaciones entre el presidente Nasser Al-Khelaifi y la madre y agente Fayza Lamari. Las dos posturas siguen alejadas, no ceden y el futbolista está citado el día 17 de julio para comenzar la pretemporada. Luis Enrique es otro actor que juega una baza para intermediar entre el club y Mbappé.

El fichaje de Luis Enrique influye en un caso complejo, que va lento, y en el que el nuevo entrenador del PSG tiene que intervenir. Luis Enrique lleva unas semanas trabajando en la sombra en la confección de la plantilla, pero desde el momento en el que se haga oficial su fichaje le corresponde entrar en acción y hablar con Mbappé para conocer directamente cuál es su situación. El cara a cara es importante por el proyecto deportivo que traslade el nuevo técnico a la estrella francesa.

Visto desde fuera, lo de Mbappé tiene mala pinta para el jugador. Está en su derecho de cumplir el contrato, pero está siendo sometido a un chantaje emocional y económico por parte del PSG. Cada parte juega sus bazas, pero donde parecía que el jugador tenía la sartén por el mango, se han producido movimientos en los que el club parisino quiere imponer sus condiciones. Es inflexible y apela a los sentimientos y tocar el bolsillo de Mbappé.

Esfuerzos económicos

El PSG le pide que renueve como demostración de compromiso con un club que le hizo el mejor contrato del mundo. El acuerdo alcanzado en mayo del año pasado se contempla como un esfuerzo económico, no solo por dos temporadas y es por lo que el jugador posó con la fecha de 2025 en la camiseta del acto de renovación ante los aficionados y los medios. El PSG quiere que Mbappé recapacite. Es parisino y planteó su futuro en Francia más allá de 2024. De irse libre, no dejaría un euro en la caja y sería considerado como un acto de deslealtad. Una traición.

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Esta es una de las bazas que juegan en el club parisino. La otra es el chantaje económico. Si persiste en su idea de no renovar, tiene que ser traspasado y prescindir de la prima de fidelidad que le corresponde cobrar en septiembre. Una cifra muy importante de 70 millones de euros que la madre no está dispuesta a renunciar. Considera que le corresponde porque en ningún momento ha pedido salir este verano. El PSG entiende que no activar la tercera temporada es un síntoma de no estar comprometido y provocar un perjuicio al club. Es por lo que apela a buscar una venta en este verano.

La cantidad de traspaso también perjudica los intereses del clan Mbappé. El PSG no se mueve por debajo de los 200 millones de euros. De pagarla el Real Madrid, el jugador tendría que renunciar a una prima de fichaje que rondaría los 100 millones de euros y estaría repartida en un contrato de seis años. El papel del Real Madrid sigue siendo el de espectador. Hasta que no se ponga a tiro, no va a dar un paso falso.

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Lo que consigue el PSG es poner la pelota en el tejado de Mbappé para que demuestre si le da prioridad al dinero, tiene un gesto de agradecimiento al club y sus aficionados. No le sirve que publique en sus redes sociales el calendario de la nueva temporada del campeonato francés. El PSG se lo pone fácil si renueva y difícil si no colabora con una salida que califica de beneficiosa para todas las partes. Si su objetivo es jugar en el Real Madrid, tiene que dejarlo claro, sin ambigüedades y renunciar a mucho dinero. El PSG ya hizo un esfuerzo económico y ahora se lo pide a Mbappé si se niega a renovar.