"Así no se puede jugar al fútbol". David Aganzo desnuda los fallos para luchar contra el racismo

La lucha en solitario de Vinícius contra el racismo ha destapado la inacción de las instituciones y los clubes en un asunto de máxima gravedad. La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), junto con el Movimiento contra la Intolerancia (MCI), venía avisando desde hace mucho tiempo del crecimiento del racismo en el fútbol español. No solo en el fútbol profesional. También en las categorías inferiores, con episodios más violentos y discriminatorios. Ha tenido que señalar Vinícius a unos aficionados de la grada sur de Mestalla para que los organismos salgan públicamente a condenar y dar la imagen de que están activos para atajar esta lacra. Y para que el Comité de Competición aplique medidas sancionadoras de manera urgente con el cierre parcial de una grada del estadio de Mestalla.

Vinícius es un punto de inflexión en la historia del fútbol español para combatir el racismo. Su poder mediático ha hecho reaccionar a instituciones que están enfrentadas y deberían ir de la mano. La Liga y la Federación lanzan una campaña de concienciación con el lema "Juntos contra el racismo". La realidad es que juntas no han estado las instituciones en un tema tan delicado y de enorme calado, que se les ha ido de las manos por dejadez. Ahora se quiere hacer todo por la vía rápida, con cuatro detenciones televisadas de radicales que colgaron el muñeco de un puente con la camiseta de Vinícius, otras tres personas en Valencia localizadas en la grada sur de Mestalla y una sanción de cierre parcial polémica. A Vinícius, se le ha indultado.

Antes de Vinícius ya había otros casos, pero se hacía poco o nada para que el modelo sancionador fuera eficiente. Ha fallado un plan conjunto de todas las instituciones y los clubes para adelantarse al grave problema. No ha habido comunicación ni las suficientes reuniones para buscar soluciones. Es la postura que defiende David Aganzo, presidente del sindicato de futbolistas españoles (AFE) y de la Federación Internacional de Futbolistas Profesionales (FIFPro), que muestra su preocupación en El Confidencial. "Lo que ha sucedido con Vinícius no es nuevo. No viene de ahora. En las categorías inferiores también está pasando y venimos avisándolo. Desde nuestra asociación, llevamos mucho tiempo para que la gente vea el problema y tome conciencia. Pero el Consejo Superior de Deportes mira para otro lado y el Observatorio no funciona", comenta David Aganzo.

Dejar de mirar para otro lado

El Observatorio de la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte es un organismo que se creó para atajar los brotes de comportamientos violentos y discriminatorios. Para luchar conjuntamente contra el racismo y cualquier delito de odio. Pero no funciona a pleno rendimiento y está vigente desde el año 2007. "Llevamos mucho tiempo intentando reunirnos, sentarnos, y son ya más de nueve años sin actuar en un tema que hay que trabajarlo a fondo. Tenemos herramientas para solucionarlo y, en el caso de Vinícius, no es la primera denuncia que presentamos junto con el Movimiento contra la Intolerancia. El Consejo Superior de Deportes tiene que dejar de mirar para otro lado. Hay que implicarse, aparte de salir en la foto, como hace la Federación, diciendo que está con el jugador, o el presidente de la Liga, que replica a Vinícius. La Liga tiene que ser más estricta. El CSD tiene que juntar a todas las partes y buscar soluciones para que los delitos de odio paren. Llevamos mucho tiempo con este tema y parecía que no era importante. Pero Vinícius es un caso mediático y cada uno lo utiliza en su interés".

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Desde hace tiempo, en el sindicato de futbolistas se vienen organizando jornadas contra el racismo, con diferentes foros para debatir y reflexionar sobre el problema de violencia y discriminación que ha ido en aumento en el fútbol español. Se ha pedido educar en valores fundamentales a las nuevas generaciones, poner el foco en la igualdad, que los clubes erradiquen a los ultras, ser firmes en el cierre de estadios... AFE ha ido de la mano con el Movimiento contra la Intolerancia con una labor de concienciación y la aplicación de las leyes administrativas y penales. Pero ha prevalecido la inacción.

El último episodio de racismo que sufre Vinícius pone al desnudo los fallos de una lucha que tiene que ser colectiva. Aganzo habla también de lo anticuado que está el protocolo racista en los estadios para parar un partido: "Así no se puede jugar al fútbol. Hay que formar a la gente y también cambiar el protocolo, que sea más firme. Vinícius ha sido valiente y ha tenido el valor de señalar al aficionado de la grada. Yo creo que se tenía que haber parado el partido. En el momento en que pase un suceso racista, no se juega. No podemos permitir que estos compañeros pasen por esta situación. Ha sucedido más veces, nadie ha cogido el guante y el racismo se ha ido normalizando. No se puede insultar en los campos. Este tipo de conductas va contra el deporte".

Igualdad para todos

El Observatorio en el deporte está inactivo y las manos a la cabeza nos las hemos llevado con la resolución del Comité de Competición por los hechos sucedidos en Mestalla. Ha cerrado la grada sur por cinco partidos, con una multa de 45.000 euros al Valencia, y ha dejado sin efecto la roja a Vinícius. Sobre este asunto que genera tanta polémica, David Aganzo apela a la igualdad: "Las sanciones se tienen que aplicar de la misma manera en todos los campos de España y no porque sea un tema de racismo y esté Vinícius".

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El "así no se puede jugar al fútbol" de Aganzo es el mismo llamamiento que han hecho estos días Xavi y Ancelotti, los entrenadores del Barcelona y del Real Madrid, que muestran su malestar por el clima de crispación y también de odio que existe en sus trabajos. Comparándolo con otras profesiones y oficios en los que son impensables los insultos y los ambientes hostiles.