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La liga de Piqué es un rodillo: las lecciones que el fútbol no debería olvidar del 'wrestling'
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AUDIENCIAS RÉCORD EN DOS JORNADAS

La liga de Piqué es un rodillo: las lecciones que el fútbol no debería olvidar del 'wrestling'

La Kings League ha arrancado con tanta fuerza que deja una pregunta en el aire: ¿tiene que preocuparse el fútbol tradicional por este nuevo fenómeno?

Foto: Enigma 69 fue el reclamo de la segunda jornada de la Kings League. (KL)
Enigma 69 fue el reclamo de la segunda jornada de la Kings League. (KL)
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El wrestling comenzó a emitirse por televisión en Estados Unidos en la década de los cincuenta. Arrancó como un programa de media hora y, para 1955, las tres grandes cadenas norteamericanas tenían su propio show de noventa minutos en prime time. El fenómeno fue bien recibido por todos menos por la industria del boxeo, que vivía por entonces una época dorada con Sugar Ray Robinson, Rocky Marciano o Floyd Patterson; tipos duros que se jugaban la vida en el ring y que nada tenían que ver con los actores en mallas del nuevo cuño. Ante la posibilidad de dar cabida al wrestling en las veladas de boxeo, los promotores lo calificaron de "circo", "espectáculo fraudulento", "ballet de forzudos" y "teleserie para adolescentes". No quisieron ver que el pujante espectáculo —que solo se parecía al boxeo en el empleo de un cuadrilátero acordonado— se adaptaba como un guante al medio que iba a reinar en las siguientes décadas: la televisión.

En comparación con el boxeo, el wrestling presentaba una violencia de juguete, mejor tolerable por los padres de la época, mostraba unos personajes coloridos y tenía grandes dosis de drama, un ingrediente básico para dejar a los espectadores con ganas de más. Y, lo más importante, era barato y rápido de producir al no tener que recuperarse los luchadores de los golpes de un combate real.

El 26 de junio de 1976, Muhammad Ali, campeón del mundo de los pesos pesados, viajó a Japón para enfrentarse a la leyenda del wrestling japonés Antonio Inoki en un combate con reglas mixtas. Para muchos púgiles no fue más que otra payasada de Ali, pero el gesto lo cambió todo: el grande entre los grandes no solo no despreciaba el wrestling, sino que estaba dispuesto a enrolarse en el circo como funambulista.

Hoy, la principal compañía de wrestling, WWE, cotiza en Wall Street y factura 1.270 millones de dólares al año, superando por primera vez las cifras de la Asociación Mundial de Boxeo (WBO).

El día de año nuevo se jugó la primera jornada de la Kings League. Se trata de una liga de fútbol 7 impulsada por Gerard Piqué y el streamer Ibai Llanos. En aspecto no se diferencia mucho de una liguilla municipal, si bien se prima el espectáculo sobre el deporte. Así, se han implantado reglas como el penalti de hockey hielo, se permite la incorporación de jugadores enmascarados e incluso los equipos disponen de un sobre canjeable por un penalti, un tiempo de gol doble o la expulsión de un rival.

La Kings League cambia la sobriedad por giros de guion constantes

El proyecto parte de la convicción de Piqué por remodelar el fútbol. En su opinión, a los jóvenes les sigue interesando el juego, pero encuentran los partidos demasiado largos y lentos. Pasan muchos minutos sin que suceda nada y esto, en un entorno repleto de opciones de ocio, deriva en desinterés. El exjugador ha apostado por un producto de jornada corrida, en el que el usuario se conecta a las 4 de la tarde y deja que corran los partidos mientras alterna con otras tareas. Cuando sucede algo interesante, siempre están a una pestaña de la Kings League.

Esta semana, Javier Tebas, presidente de LaLiga, dijo que la Kings League es "un circo alrededor de una cosa similar. No es comparable con LaLiga, es como compararla con Pasapalabra. Se parece a LaLiga en que hay un balón y porterías. Ya veremos lo que hablamos de la Kings League dentro de seis meses". ¿Les suena? El presidente de LaLiga tiene razón en que no son productos comparables, pero quizá no debería olvidar la receta del wrestling, porque los datos no mienten.

Audiencias récord

A diferencia de otras iniciativas de la joint venture Piqué-Llanos, la Kings League ha caído de pie. El primer día cosechó una audiencia media de 313.000 espectadores con un pico de 413.000 en Twitch, una cifra que fue cuestionada desde el fútbol profesional, dado que aún no se había reanudado LaLiga y, por lo tanto, no competían directamente. La sorpresa llegó en la segunda jornada, emitida el domingo pasado y en pugna con el Atlético-Barcelona, cuando la Kings League casi duplicó espectadores, lo que le convirtió en el canal de Twitch con más audiencia media del planeta.

En ocho días, el experimento de los streamers ha superado la audiencia de la mayoría de los partidos de fútbol profesional. Desde LaLiga argumentan que no se puede comparar un público de pago como la suya con un canal abierto como Twitch, pero lo cierto es que si miramos los datos de su último partido en abierto, un Cádiz-Almería en Gol TV, descubrimos que la Kings League triplicó su seguimiento.

Piqué se ha guardado varios ases para jugar con ventaja en el campo de la audiencia; el que más está jugando es la de la incertidumbre. La Kings League cambia cada jornada para sorprender al espectador, para generar un interés añadido al del fútbol. Por ejemplo, los equipos de la Kings League disponen de un jugador número 12 rotario que ha de ser desvelado un día antes del encuentro. Esto permite a los presidentes incorporar distintas guest stars en cada jornada. En lo que llevamos de año han jugado para la Kings League leyendas como Joan Verdú, Raúl Tamudo, Chicharito Hernández, Sergio García, Javier Saviola o Joan Capdevila, que no solo aportan nivel a la liga, sino que son reclamos para los padres de su público potencial. Y quien sienta a un padre con su hijo frente al ordenador tiene un tesoro.

Un buen ejemplo de la pirotecnia que gasta Piqué sucedió el pasado domingo, cuando anunció la presencia de un integrante número 12 que jugaría enmascarado. Según la versión del presidente de la Kings League, se debía a que el jugador militaba en LaLiga y no necesitaba que su equipo no supiera que se estaba jugando el físico con los streamers. Solo la idea de que un jugador de primer nivel (salario mínimo 155.000 euros al año) iba a arriesgar su contrato por una pachanga en un pabellón del puerto de Barcelona haría sonrojar a cualquiera, pero no a Piqué, consciente de que los jóvenes son un público muy sugestionable.

Foto: El por entonces portero del Osasuna, Ricardo López, en el año 2009. (EFE/Jesús Diges).

En las horas previas al partido, #Enigma se aúpo como trending topic de Twitter. Las redes especularon con todo tipo de nombres, desde Isco hasta Eden Hazard, pasando por informaciones marcianas que señalaban a Paulo Futre, que sufrió un ictus hace pocas meses, o Mariano Díaz, que cobra 4,5 millones netos por temporada y puede sospechar que el Real Madrid aprovecharía cualquier desliz para rescindir su contrato.

Lo que al final saltó al campo fue un individuo chaparro, en dudoso estado de forma, que tuvo la delicadeza de adjudicarse el número 69.

placeholder Enigma 69, el reclamo de Piqué para la segunda jornada. (KL)
Enigma 69, el reclamo de Piqué para la segunda jornada. (KL)

Tuvo un estreno estrepitoso: salió con zapatillas de calle, se pegó varios culetazos y tuvo que irse al banquillo a ponerse tacos. Después, dejó algún fogonazo de calidad, pero no marcó ni fue capaz de evitar la derrota de su equipo. Es más, por momentos se le vio tan sofocado como para que lo sacasen del campo. Pero la decepción sobre el césped contrastó con la alegría de Piqué: el debut de Enigma 69 marcó un pico de audiencia de casi un millón de espectadores, entrando en el top 20 de la historia de Twitch.

¿Qué quién era Enigma 69? Un minuto de oro histórico.

Póngame más drama

Si algo se echa en falta en LaLiga es el drama. El guantazo de Gil al gerente del Compostela; Ruiz Mateos disfrazado de Superman; Paco Roig recibiendo una paliza de su delantero estrella; Gaspart, en calzoncillos en el Támesis; Mendonza en los tribunales porque le han llamado "el Idi Amin cano"... muchos de los que llegaron al fútbol en el fragor de los noventa contemplan el actual como una versión descafeinada del espectáculo que los enganchó. Ahora los presidentes se respetan, las aficiones rivales se mantienen a 100 metros de distancia e incluso los brasileños siguen jugando mientras se celebra el carnaval de Río de Janeiro.

Foto: El presidente del Real Madrid, Ramón Mendoza, en enero de 1986.

El drama es otro de los puntos en los que ha hecho hincapié Piqué, con medidas como las tarjetas sorpresa, que pueden dar la vuelta a un partido en cualquier momento, o la posibilidad de ver las broncas de los entrenadores en directo. Además, los presidentes no dejan indiferente a nadie. Figuras como Ibai Llanos, Kun Agüero, Iker Casillas o DJ Mariio dirigen equipos y sus piques, tan fingidos como los del wrestling, revolucionan cientos de miles de usuarios a ambos lados del Atlántico.

Un ejemplo es de Ricardo López (Madrid, 1971), exportero de Manchester United, Atlético de Madrid y Osasuna. Este año cumplía una década retirado del fútbol profesional cuando un día sus hijos adolescentes se enteraron de la puesta en marcha de la Kings League. "Vinieron corriendo a pedirme que me presentase, que yo podía juga ahí", recuerda a este periódico, "y a mí, que me gusta improvisar y exprimir la vida, me pareció fenomenal". Ricardo incluso se presentó en Barcelona para el draft de la liga, pero no salió elegido. La Kings League empezó sin él, pero antes de la segunda jornada sonó su móvil. Eran Julio García e Iker Casillas, del equipo 1K, que le necesitaban para suplir una baja.

Ricardo pasó del sillón de casa a ser un héroe juvenil en menos de una semana

Así que Ricardo volvió a ponerse bajo los palos a los 51, sin haber entrenado en meses por una lesión de tobillo y con 700.000 personas vigilando su rendimiento. Y de repente surgió un titán: el madrileño lo paró todo, desde disparos a la escuadra hasta varios mano a mano con el delantero, y fue determinante en la victoria de su equipo. "Hasta a mí me sorprendió mi rendimiento. Estoy muy mal de forma y llevo un montón sin realizar una rutina de portero básica, pero la verdad es que me vi a muy buen nivel", dice.

López fue nombrado MVP de la jornada. En la entrevista post partido, le dedicó la victoria a su hijo, presente en la grada, mientras se le quebraba la voz (y las redes echaban fuego). "La verdad es que estoy muy contento. Me han dado un puesto fijo en el equipo, así que he empezado a entrenar para conseguir mi mejor nivel. ¡Si me dejáis tiempo los periodistas, que ahora vuelvo a tener un montón de entrevistas!".

Un fútbol diferente

Pese a que se juega en un pabellón con cien personas, Ricardo, que ha parado en Old Traford, no tiene dudas en cuanto a la naturaleza del juego: "La Kings League es una liga de fútbol. Se parece un poco al fútbol callejero, el que jugamos todos en la calle de niños, pero fútbol al fin y al cabo. Para un portero el rol es casi idéntico: hay menos balones aéreos y se interviene más, pero la esencia es la misma y también las sensaciones en el campo".

¿Sigue siendo fútbol el fútbol cuando se cambian las reglas? El periodista Siro López (Lugo, 1956) es la persona ideal para responder a esta cuestión. Ha sido director de deportes de Telemadrid, ha retransmitido cientos de partidos en radio y televisión y, en los dos últimos años, se ha incorporado al mundo streamer con mucho éxito. Con un pie en cada mundo, considera que el fútbol y la Kings League están llamados a coexistir. "No comprendo por qué desde LaLiga se llama circo a la Kings League, cuando es obvio que se trata de fútbol. ¿Que han cambiado normas para hacerlo más espectacular? Pues sí, ¿y qué? Por eso pueden coexistir, porque son distintos. Nos estamos olvidando de que el fútbol nació como un espectáculo, aunque se haya renunciado a ello. En el último siglo, solo ha introducido las tarjetas y el VAR, es de un inmovilismo terrible. Los aficionados cambian, pero el fútbol no", explica a este periódico.

El periodista menciona un punto clave: la guerra por los jóvenes. No está claro si las nuevas generaciones se están incorporando al fútbol tradicional, porque los informes dicen una cosa y la contraria, según quién los financie. De este modo, Florentino Pérez y Gerard Piqué coinciden en señalar una sangría de aficionados de la generación Z al tiempo que Tebas sostiene que son fake news que solo buscan dotar de corpus ideológico a sus respectivos proyectos secesionistas.

No sabemos cuántos jóvenes siguen LaLiga, pero sí que los que siguen la Kings League son principalmente jóvenes. Para Siro, esto puede ser beneficioso para el fútbol tradicional: "Yo estuve en la última gala de boxeo de Ibai. Al salir me pararon varios chavales para pedirme autógrafos o comentarme algo, y les pregunté que si habían visto antes un combate de boxeo. La mayoría de ellos me dijeron que no, pero que les había gustado e iban a ver algo en casa. Con la Kings League sucederá algo parecido: muchos niños se engancharán por su streamer favorito y acabarán siendo tan futboleros como el que más".

"Repartir la publicidad con la Kings League puede generar tensión en algunos despachos"

"Luego está la cuestión de la publicidad", continúa el periodista deportivo. "Me consta que la Kings League está teniendo muchas ofertas de patrocinio, porque las marcas han visto que es un producto de calidad con mucho público joven, y comprendo que perder una parte de la tarta publicitaria puede generar tensión en algunos despachos del mundo del fútbol".

El periodista deja una última reflexión: "Ningún deporte va a destronar al fútbol, eso está más que claro en nuestro país. Sin embargo, el fútbol español debería fijarse en la apertura de la Kings League. Por fin podemos escuchar a los árbitros explicar sus decisiones, la charla técnica y motivacional del descanso, hacer llegar sugerencias a la organización.... mientras que el fútbol español cada día es más cerrado: la prensa no podemos acceder a los protagonistas, apenas hay partidos en abierto, los aficionados tienen que pagar 100 euros por ver los partidos en casa... que Tebas no se preocupe que los futboleros van a seguir ahí, pero tampoco nos cerremos al espectáculo".

El wrestling comenzó a emitirse por televisión en Estados Unidos en la década de los cincuenta. Arrancó como un programa de media hora y, para 1955, las tres grandes cadenas norteamericanas tenían su propio show de noventa minutos en prime time. El fenómeno fue bien recibido por todos menos por la industria del boxeo, que vivía por entonces una época dorada con Sugar Ray Robinson, Rocky Marciano o Floyd Patterson; tipos duros que se jugaban la vida en el ring y que nada tenían que ver con los actores en mallas del nuevo cuño. Ante la posibilidad de dar cabida al wrestling en las veladas de boxeo, los promotores lo calificaron de "circo", "espectáculo fraudulento", "ballet de forzudos" y "teleserie para adolescentes". No quisieron ver que el pujante espectáculo —que solo se parecía al boxeo en el empleo de un cuadrilátero acordonado— se adaptaba como un guante al medio que iba a reinar en las siguientes décadas: la televisión.

Gerard Piqué
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