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El plantón a Zidane: cuando se la jugó a ser seleccionador de Francia y aparecen los nervios
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El plantón a Zidane: cuando se la jugó a ser seleccionador de Francia y aparecen los nervios

Zidane daba por hecho que en las fechas navideñas ya sería el nuevo seleccionador francés. Lleva tiempo esperando este momento, pero el plan tiene obstáculos tras el Mundial

Foto: Zidane, en la gala del Balón de Oro. (EFE/Mohammed Badra)
Zidane, en la gala del Balón de Oro. (EFE/Mohammed Badra)

Zinedine Zidane ha pasado de ser el entrenador que plantó dos veces al Real Madrid a no ser ya dueño de su destino. Lleva desde el 27 de mayo de 2021 sin equipo, en el paro y con un único objetivo: ser el seleccionador de Francia. Es mucho tiempo de espera, apartado de los banquillos, con una vida demasiado tranquila, dedicada a la familia y el ocio. Zidane no ha tenido prisa por regresar, declinaba las ofertas de clubes, varios de ellos importantes, que le ofrecían proyectos deportivos ambiciosos, con plenos poderes, con la posibilidad de dirigir a grandes jugadores y, por supuesto, con un salario millonario.

A 'Zizou' no le hace falta el dinero. No se mueve por lo económico ni necesita desafíos en los grandes clubes. Es el entrenador que ganó tres Champions League consecutivas con el Real Madrid, que empezó como segundo de Ancelotti y en dos etapas en el banquillo madridista lo ganó todo. Un total de 11 títulos. Cuando se sintió agotado, lo dejó. El prestigio de Zidane es grande y su carrera como futbolista y entrenador es incomparable. La gestión con las estrellas, el manejo del vestuario, la capacidad para competir en los grandes partidos y ganar finales, al margen de los debates que rodearon su estilo, pusieron de manifiesto que tiene algo de sabio. Es un entrenador tocado por una varita mágica. Tiene algo especial.

placeholder Deschamps tras perder la final del Mundial de Qatar. (EFE/Luis Díez)
Deschamps tras perder la final del Mundial de Qatar. (EFE/Luis Díez)

Zidane busca un proyecto a su medida. Un banquillo que le motive y en el que se sienta identificado. Tras el Mundial, varias Selecciones han ido prescindiendo de sus seleccionadores. Brasil ha sido una de ellas. Ha cerrado el ciclo de Tite y busca un entrenador del perfil de Zidane. El francés es una opción más. Pero Zidane se debe a Francia. Es su prioridad y el problema que tiene es que Francia no ha prescindido de su seleccionador, no puede y esto tiene en vilo a Zidane.

Pendiente de Deschamps

En los planes de Zinedine Zidane estaba ser seleccionador de Francia antes de las fechas navideñas. La Federación de Fútbol de su país le ha dado un plantón obligado por los resultados del combinado nacional en el Mundial de Qatar. Didier Deschamps cumplió con el objetivo contractual de pasar a las semifinales, tiene la sartén por el mango, la capacidad de renovar, de seguir en el cargo y la estrategia de Zidane sufre un duro revés. Todavía no se puede descartar que cumpla con su deseo, pero estamos ante un caso delicado.

Foto: Mbappé celebra un gol en la final contra Argentina. (EFE/Ronald Wittek)

El obstáculo es Deschamps. Empezó el Mundial con la presión de tener a Zidane preparando el relevo en el banquillo galo y ahora le hace esperar. En Francia se daba por hecho el cambio cuando Zidane, antes del Mundial, acudió al Museo Grévin, en París, para presentar su figura de cera y dio una pista. Al marsellés le preguntaron cuando volvería a entrenar y, con una sonrisa de complicidad a los periodistas, contestó: "Pronto, pronto. No estoy lejos de volver. Ahora mismo estoy disfrutando". Dio a entender que tras el Mundial se haría cargo de la Selección de Francia. Ahora el que está disfrutando es Deschamps. Se agarra al banquillo, aunque todavía falta una cita con el presidente de la Federación, Noël Le Graët, para hacer una reflexión más profunda y una valoración del trabajo.

Los resultados de Deschamps son mejores que regulares y malos. Campeón del Mundo en Rusia 2018 y subcampeón en Qatar 2022. También ganó una Liga de Naciones. Pero perdió una final de una Eurocopa en su país en 2016 ante Portugal y fue eliminado por Suiza en la Eurocopa de 2021. Hay más luces que sombras y lo que juega a favor de Zidane es la larga etapa de Deschamps, una década al frente de la Selección y una corriente que cuestiona el estilo de juego conservador y la necesidad del cambio.

No viajó a Qatar

Lo que le queda es que Deschamps tire la toalla, aunque no es un asunto sencillo porque tiene la espina clavada de la Eurocopa y valora el hecho de seguir hasta la de 2024 que se disputará en Alemania. Zidane se ha quedado en el altar. Sigue esperando a Francia. Ha hecho de su paciencia, su palmarés en el banquillo del Real Madrid y su prestigio como leyenda francesa toda una estrategia para dar el salto al banquillo del combinado nacional de su país.

Habló antes de tiempo en París para decir que pronto regresaría a los banquillos y le toca seguir esperando. Decidió no aparecer por Qatar, mantenerse al margen del Mundial para que su presencia no se pudiera malinterpretar en ningún acto organizado por la FIFA, en los que sí han estado otros exjugadores. Mientras Francia competía en Qatar, él estaba en España. Se le vio el 8 de diciembre, en Burgos, para asistir a un partido en el estadio de El Plantío, en el que jugaba el Eibar donde su hijo Luca es el portero del equipo armero. Declinó la invitación de la Federación Francesa para ir a la final contra Argentina en el estadio de Lusail. Escribió un mensaje en sus redes sociales para animar a Francia, pero no quiso dejarse ver y, tras la derrota en la final, guarda silencio.

Foto: Isco se lleva las manos a la cabeza en un partido del Sevilla. (EFE/José Manuel Vidal)

Le vendría bien que se calentara el debate sobre la necesidad de un cambio en el banquillo de Francia para reactivar sus opciones. Hace unos días, lo hizo el exjugador francés Christophe Dugarry, compañero de Zidane y Deschamps en la Francia que ganó el Mundial en su país en 1998. Dugarry, en L'Equipe, cuestionó el estilo de juego conservador de Deschamps y calificó de "horribles" los primeros 80 minutos del partido contra Argentina. La filosofía de Deschamps no asume riesgos, es un entrenador que podría aprovechar el potencial de los jugadores para hacer un fútbol más dominante, pero elige la solidez para ganar los partidos. Su propuesta no es vistosa y tiene detractores. Son este tipo de reacciones las que benefician las opciones de que Zidane pueda cumplir su sueño de ser el seleccionador francés.

Lleva un larguísimo tiempo de inactividad y aparecen los nervios. Entre sus decepciones está ver lo que ha sucedido con Karim Benzema en el Mundial y cómo Deschamps no ha querido esperar al delantero del Real Madrid. Es algo difícil de entender para la persona que le entregó el Balón de Oro a Benzema, el 17 de octubre, y que tenía a Didier Deschamps de espectador en una butaca del Théâtre du Châtelet de París. Ese día, los elogios de Benzema fueron para Zidane y no tuvo ningún guiño para Deschamps.

Zinedine Zidane ha pasado de ser el entrenador que plantó dos veces al Real Madrid a no ser ya dueño de su destino. Lleva desde el 27 de mayo de 2021 sin equipo, en el paro y con un único objetivo: ser el seleccionador de Francia. Es mucho tiempo de espera, apartado de los banquillos, con una vida demasiado tranquila, dedicada a la familia y el ocio. Zidane no ha tenido prisa por regresar, declinaba las ofertas de clubes, varios de ellos importantes, que le ofrecían proyectos deportivos ambiciosos, con plenos poderes, con la posibilidad de dirigir a grandes jugadores y, por supuesto, con un salario millonario.

Zinédine Zidane
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