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Sergio Ramos-Varane, una sociedad con problemas que Militao no puede solucionar
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el mal momento de todos los centrales

Sergio Ramos-Varane, una sociedad con problemas que Militao no puede solucionar

Eder Militao deja dudas. Al central brasileño se le contrató para estar preparado en situaciones de emergencia, cuando llegara el descenso de alguno de los dos centrales titulares

Foto: Eder Militao en el partido entre el Real Madrid y el Shakthar en la Champions. (Efe)
Eder Militao en el partido entre el Real Madrid y el Shakthar en la Champions. (Efe)

Las dificultades para ganarse el puesto en la posición de central cuando el Real Madrid fichó a Eder Militao eran máximas porque Sergio Ramos y Raphael Varane forman una pareja inamovible para Zidane. El listón estaba alto porque la sociedad hispano-gala alcanzó el éxito en la Champions y en sus respectivas Selecciones. Son dos campeones del mundo. Respetables por su trayectoria, pero no eternos. Para anticiparse a los problemas se fichó a Eder Militao.

La sociedad Ramos-Varane tenía que sufrir un bajón en su rendimiento tarde o temprano. Ese desgaste físico y también mental está aquí. El español y el francés pierden contundencia, la alta concentración, dan señales de jugar a una velocidad menor y estar descoordinados. No arreglan la desorganización que hay en la defensa. Los centrales del Real Madrid, una zona clave para Zidane, tienen problemas. Las grietas se hacen más profundas cuando no juega Casemiro por delante. La irregularidad de Ramos y Varane no la está sabiendo aprovechar Eder Miltao. Este es el nuevo problema para el Real Madrid.

Foto: Jordi Llopart, en el podio de Moscú. (EFE)

La fragilidad defensiva y los agujeros que tiene el equipo de Zidane están provocados por el bache que atraviesan Sergio Ramos y Raphael Varane. Hay demasiados motivos que explican sus errores. Los despistes de Varane son reiterativos. Por falta de tensión tiene dificultades para sacar el balón jugado y destruir en zonas en las que la pelota está dividida. Al francés le cuesta activarse. Algo extraño que han detectado en el Real Madrid y de lo que se habló para mejorar tras el agónico empate contra el Borussia Mönchengladbach y la victoria por la mínima contra el Inter de Milán.

El segundo que le falta al capitán

Con Sergio Ramos sucede algo similar si bien no se le puede achacar un problema de activación porque mantiene la tensión y la agresividad. Al capitán le está penalizando que llega un segundo tarde en la disputa con delanteros más jóvenes y explosivos. Se vio ante el jovencísimo Yunus Musha (17 años) en Mestalla y en el gol del Choco Lozano en la derrota contra el Cádiz. En el partido contra el equipo que entrena Álvaro Cervera le ganaron la espalda en demasiadas ocasiones, con lo que tiene un problema de anticipación y colocación.

El primer gol del Inter de Milán en el Di Stéfano es otro ejemplo de dos centrales superados por la velocidad de una acción de ataque con futbolistas que juegan al primer toque. La asistencia de tacón de Nicolo Barella que finalizó Lautaro. En la segunda parte, tanto Ramos como Varane no eran capaces de frenar los ataques del equipo italiano. Zidane prefiere hablar de aciertos y fallos colectivos, pero negar la debilidad de sus dos centrales titulares es mentirse a uno mismo. El Real Madrid lleva siete partidos consecutivos recibiendo goles. Solo ha dejado la portería a cero en tres encuentros (Real Sociedad, Valladolid y Levante). En victorias como contra el Betis e, incluso, en el Clásico del Camp Nou han sido determinantes las intervenciones de Courtois.

Sergio Ramos y Raphael Varane son la imagen del sufrimiento defensivo de un campeón de Liga venido a menos por su vulnerabilidad y que tiene unas consecuencias nefastas en la pérdida de la solidez del bloque. En estos primeros once partidos de la temporada, el Real Madrid lleva encajados 16 goles mientras que en los once últimos de Liga de la pasada temporada tras el confinamiento recibió menos de la mitad (7). No se pueden cargar todas las culpas en Marcelo, pese a que cuando le toca jugar demuestra que está lento y también le falta contundencia.

placeholder Raphael Varane en el partido contra el Inter de Milán. (Efe)
Raphael Varane en el partido contra el Inter de Milán. (Efe)

El nuevo problema son las dudas que no consigue despejar Eder Miltao. Al central brasileño se le contrató para estar preparado en situaciones de emergencia, cuando llegara el descenso de alguno de los dos centrales titulares y, de esta forma, dar un paso al frente y demostrar su categoría y por qué le ficharon. El bajón defensivo de Ramos y Varane coincide en un mismo espacio de tiempo.

La tranquilidad de Militao

Militao es el defensa más caro de la historia del Real Madrid. El brasileño costó 50 millones de euros y fue una apuesta decidida del club para tener la seguridad de que Ramos o Varane podían tener un relevo. No lo está demostrando. Tan solo se recuerda un buen partido, de principio a fin, de Militao. Fue contra el Athletic de Bilbao en San Mamés tras el confinamiento. Estuvo rápido en la recuperación de la pelota, activo en la presión, expeditivo en los balones divididos. Nada que ver con el mal partido que tuvo en la derrota contra el Shakhtar o cómo sufrió en la primera parte contra el Huesca en los duelos con el delantero Rafa Mir.

placeholder Ramos con Lautaro. (Efe)
Ramos con Lautaro. (Efe)

Eder Militao, por unas cosas u otras, no aprovecha las oportunidades que se le presentan. Ha dispuesto de otra buena ocasión para hacer más competencia y ponérselo difícil a Zidane. Incluso de aprovechar la falta de complicidad de la sociedad hispano-gala. “Ramos me hace mejor a mí y yo a él”, dijo Varane antes de jugar contra el Inter de Milán. Tiene profundidad e intención la frase que soltó el galo. Pero Militao no aparece. Tardó en empezar la temporada por culpa de una lesión en el único encuentro amistoso de pretemporada contra el Getafe. Se perdió los cuatro primeros encuentros y su debut fue para sustituir a Sergio Ramos en el descanso contra el Cádiz. En estos momentos está confinado por el positivo por coronavirus y ha sido baja en los partidos contra el Inter de Milán y el Valencia.

Después de más de un año en el Real Madrid debería haber demostrado más y haber dado ese paso al frente que se le pidió. Ya no se puede hablar de un problema de adaptación, pero llama la atención que le sigue costando aprender nuestro idioma. Se le ve como un tipo tranquilo, demasiado tranquilo. Tímido. Cuando lo que le piden (entre ellos su buen amigo Casemiro) es que tenga más carácter. La pasada temporada jugó 15 partidos y 10 de ellos de titular, con el mal recuerdo de estar en el once en la derrota contra el Paris Saint Germain en el Parque de los Príncipes (3-0) y en la Liga en Mallorca (1-0). En París jugó con Varane de acompañante y en Mallorca con Sergio Ramos. A Eder Militao le está faltando más personalidad para explotar en el Real Madrid y los despistes que tiene son otros que llaman más la atención fuera del campo cuando se le ve llegar a los entrenamientos con un ostentoso Lamborghini rojo de casi 400.000 euros.

Las dificultades para ganarse el puesto en la posición de central cuando el Real Madrid fichó a Eder Militao eran máximas porque Sergio Ramos y Raphael Varane forman una pareja inamovible para Zidane. El listón estaba alto porque la sociedad hispano-gala alcanzó el éxito en la Champions y en sus respectivas Selecciones. Son dos campeones del mundo. Respetables por su trayectoria, pero no eternos. Para anticiparse a los problemas se fichó a Eder Militao.

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