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Cuando Sergio Busquets deja tambaleando a Eric Abidal en público y en directo
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crece la crisis en el club culé

Cuando Sergio Busquets deja tambaleando a Eric Abidal en público y en directo

Sergio Busquets le pega un tantarantán a Eric Abidal en Nápoles para señalarle como el culpable de la mala planificación deportiva y lo corta que se ha quedado la plantilla

Foto: Sergio Busquets saliendo al campo de entrenamiento del Barcelona. (Efe)
Sergio Busquets saliendo al campo de entrenamiento del Barcelona. (Efe)

Se puede imaginar como está el nivel de crispación en el vestuario del FC Barcelona con Eric Abidal cuando Sergio Busquets le pega un tantarantán en Nápoles tras el 1-1 frente a los italianos en la ida de los octavos de Champions. Otro de los capitanes que deja tambaleando al secretario técnico y le señala como el culpable de una mala planificación deportiva. Busquets no suele pisar charcos, ni se le conocen declaraciones que abran controversias. Más bien es un jugador de club. Con perfil bajo, callado, discreto, prudente y al que le gusta estar en un segundo plano. Después del choque en San Paolo echó, como se suele decir en estos casos, más gasolina al fuego en la crisis institucional. “Somos una plantilla corta. Desgraciadamente la planificación ha sido así”, es el último incendio en el club de los líos que se ha convertido el Barcelona que preside Josep María Bartomeu. Estas palabras de Busquets acercan más al precipicio a Eric Abidal.

Al secretario técnico no le perdonan los capitanes que acusara a la plantilla de trabajar poco con Ernesto Valverde. Ni están satisfechos con el despido de un entrenador que pagó los platos rotos con la derrota en la Supercopa de España. Abidal echó la basura al vestuario y la reacción fue contundente. Empezó Messi, con un mamporro de los que ya es difícil levantarse, en el mensaje de su Instagram: “Los responsables del área de la sección deportiva también deben asumir sus responsabilidades y, sobre todo, hacerse cargo de las decisiones que toman”. Messi responsabilizó a Abidal del despido de Ernesto Valverde. Le puso, a ojos de todos, en su sitio con otra severa respuesta: “Cuando se habla de jugadores habría que dar nombres”.

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Los capitanes del Barcelona: Sergi Roberto, Messi, Busquets y Piqué

Después de semejante zurriagazo de la estrella del equipo se creían Bartomeu e, incluso Abidal, que llegaría la calma o se darían una tregua. No es así. El día antes de jugar contra el Nápoles salió Gerard Piqué en rueda de prensa y dejó otro recado para la reflexión: “Los resultados aguantan al club”. No quiso ser duro el futbolista que es más crítico con la directiva y les acusa de filtrar informaciones para desprestigiar al vestuario. Lo hizo, tras jugar en Getafe esta temporada, por una información que se refería al poder que tienen los jugadores en las decisiones del club. Hace poco llamó títere a un periodista. Pero en Nápoles dio de refilón al club.

La crisis se propaga

Por si fuera poco, tras Messi y Piqué, llega el mencionado tantarantán de Segio Busquets a Eric Abidal y del que debe tomar nota el presidente. Las tensiones y discrepancias no están resueltas. Es la evidencia de que en ese vestuario tienen prohibida la entrada a Eric Abidal o, cuando menos, no le convendría pasearse durante un tiempo. Hasta que se calmen las aguas. El mensaje o la queja de Busquets es cristalino. La plantilla se ha quedado corta porque no se han hecho las cosas bien en el mercado de invierno, sobre todo. Se vendió a Carles Pérez (otro que raja contra el club por cómo no le dejaron cumplir su sueño de estar en el primer equipo) y se fichó a Martin Braithwaite, a la desesperada, después de no aprovechar el plazo del mercado invernal y ser el hazmerreír con las negociaciones para incorporar a Rodrigo Moreno.

Josep María Bartomeu tiene serios problemas internos que van desde la desconfianza de una parte de sus directivos por el escándalo de la empresa que monitorizaba las redes sociales hasta un vestuario que decide poner el ventilador y echar porquería a los de arriba. Principalmente a Eric Abidal. Unos jugadores que no quieren ser los únicos responsables de lo que pueda suceder esta temporada si los objetivos no se cumplen y parecen estar pidiendo la cabeza de Eric Abidal. Unos directivos que plantean al presidente que se aparte de sus funciones y lo recomendable de adelantar las elecciones. Y unos socios que muestran su disconformidad con una pañolada en el partido disputado en el Camp Nou contra el Eibar y piden la dimisión. Demasiada movida en la semana del Clásico.

Se puede imaginar como está el nivel de crispación en el vestuario del FC Barcelona con Eric Abidal cuando Sergio Busquets le pega un tantarantán en Nápoles tras el 1-1 frente a los italianos en la ida de los octavos de Champions. Otro de los capitanes que deja tambaleando al secretario técnico y le señala como el culpable de una mala planificación deportiva. Busquets no suele pisar charcos, ni se le conocen declaraciones que abran controversias. Más bien es un jugador de club. Con perfil bajo, callado, discreto, prudente y al que le gusta estar en un segundo plano. Después del choque en San Paolo echó, como se suele decir en estos casos, más gasolina al fuego en la crisis institucional. “Somos una plantilla corta. Desgraciadamente la planificación ha sido así”, es el último incendio en el club de los líos que se ha convertido el Barcelona que preside Josep María Bartomeu. Estas palabras de Busquets acercan más al precipicio a Eric Abidal.

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