La mano que mece la cuna en los fichajes del Barça y por qué Éric Abidal pinta poco

En la tempestad que está sacudiendo al FC Barcelona, hay dos nombres que han salido a relucir: uno es el del presidente, Josep MarIa Bartomeu y último responsable de todo lo que sucede en el club catalán, y otro es el de Éric Abidal, señalado por Leo Messi como mal compañero y gestor. Sin embargo, a la hora de ejecutar directrices y si alguien quiere buscar un culpable directo en la política de fichajes, su hombre es el del director ejecutivo, Óscar Grau.

En el organigrama del Barcelona, encontramos dos nombres propios en la secretaría técnica. Por un lado está el cargo de Éric Abidal, el secretario técnico del fútbol profesional, y por otro su adjunto, Ramón Planes. Ambos son las cabezas visibles de la dirección deportiva, que junto al cuerpo técnico deberían ser los encargados de fichar, vender, negociar, renovar y, en definitiva, dar forma al fútbol profesional del conjunto culé prácticamente de principio a fin. Tener voz y voto en las decisiones y ejecuciones de la construcción de la plantilla.

La realidad, sin embargo, está alejada de lo que indica ese organigrama. Abidal y Planes son más bien un 'escaparate' ante el público y, según fuentes de la entidad azulgrana, la principal idea que tuvo el club a la hora de incorporarles fue la de hacer de pegamento y nexo de unión entre la directiva y los jugadores. Un nexo manifiestamente roto después de ver la reacción de Leo Messi tras las declaraciones del francés.

Además de ese escaparate de cara al exterior, Abidal y Planes son soldados en primera línea de batalla para la maquinaria de la entidad. Son los encargados de comerse los 'marrones', un buen parachoques entre jugadores y directiva: ellos son los que se encargan de hacer la primera llamada al jugador, los que deberían limar las asperezas para acometer renovaciones, ofertas, etc.

Óscar Grau, la mano que firma

Pero detrás de Abidal y Planes, quien lo mueve todo realmente después de ese primer acercamiento es Óscar Grau, el CEO. Para algunas cosas está en la sombra, para otras no. Podríamos decir que es el José Ángel Sánchez del Real Madrid, el Miguel Ángel Gil del Atlético de Madrid, esa es su figura en el FC Barcelona.

El que fuera jugador del Barça de balonmano de 1982 a 1995 —con hasta 45 internacionalidades y uno de los que tienen la camiseta retirada y colgada en el Palau— es hoy el encargado de negociar y decidir absolutamente todo lo relacionado con esa área y la mano derecha de Josep Maria Bartomeu. En la temporada 2015-16, fue nombrado director de las FCB Escoles de todo el mundo y en septiembre de esa temporada ya le nombraron director ejecutivo.

Grau tiene la palabra en absolutamente todos los traspasos y es quien gestiona las cifras. Por su firma han pasado grandes movimientos como Philippe Coutinho (160 millones), Ousmane Dembélé (105 millones —más unos 40 en variables—), Frenkie de Jong (75 millones —más 11 en variables—)... En el movimiento con el holandés, él mismo viaja a Ámsterdam y aprieta al club para desembolsar la cifra que pedía el Ajax y contratarle.

A pesar de toda la crisis institucional que está viviendo el equipo culé y tras la reunión de este miércoles por la noche del presidente con Abidal, Bartomeu señaló a los suyos la confianza en el francés, en Planes y, sobre todo, en Óscar Grau. La prioridad es apagar el incendio. Firmar las paces como si nada hubiese pasado y viajar a Bilbao con la plantilla para transmitir unión en el trascendental enfrentamiento de Copa de este jueves a las 21:00.