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Daniel Ricciardo o cuando la sonrisa más famosa de la Fórmula 1 puede apagarse para siempre
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NO RECUPERA SU PASADO NIVEL

Daniel Ricciardo o cuando la sonrisa más famosa de la Fórmula 1 puede apagarse para siempre

Llega a su gran premio con la necesidad de redimirse, porque tampoco puede con Tsunoda, a pesar de su veteranía y de haber vuelto al equipo de las jóvenes promesas

Foto: Daniel Ricciardo comienza con mal pie la temporada. (Europa Press/Antonin Vincent)
Daniel Ricciardo comienza con mal pie la temporada. (Europa Press/Antonin Vincent)

Antes del Gran Premio de España de 2018, El Confidencial charlaba con Daniel Ricciardo. Todavía en Red Bull, el australiano se deslizaba en la Fórmula 1 subido a la cresta de la ola, aunque compartiendo equipo con Max Verstappen. En aquella conversación insinuaba sutilmente sus intenciones de futuro fuera del equipo austríaco. Así comenzó su decadencia.

Tras el pasado Gran Premio de Arabia Saudí, Ricciardo recibió un toque de atención de Helmut Marko por su desmayante comienzo de temporada. Tanto Tsunoda como Liam Lawson y el propio Ricciardo aspiran a ocupar el puesto de Sergio Pérez si el mexicano no es renovado. El australiano es actualmente el último en la lista por su rendimiento.

Ricciardo es un enigma o, más exactamente, lo son las razones de su progresiva pérdida de competitividad desde que dejó Red Bull a finales de 2018. El australiano arrastra la pesada mochila de McLaren, y cualquier piedra que acumule con el VCARB01 agravará esa carga. Uno de los personajes más populares de la Fórmula 1 se desinfla y pierde las virtudes con las que derrotó a Sebastian Vettel y rivalizaba con Verstappen en tantas ocasiones.

Si Yuki Tsunoda le sigue dando caña como en 2023 y la presente temporada, podría terminar la carrera de Ricciardo en la Fórmula 1. Este fin de semana llega a Melbourne, su casa, terreno ideal para redimirse.

Se acabó navegar encima de la ola

"Me voy a tomar mi tiempo, las cosas van a coger forma y crear una foto muy pronto", explicaba a este medio el australiano, poco después de aquel famoso incidente en Bakú, cuando fue considerado por el equipo corresponsable de su accidente con Verstappen en plena recta. "El que me proporcione un coche ganador del campeonato. Y quiero sentirme también valorado".

Aquel mismo año, hasta intervenía el propio Dietrich Mateschitz para cubrir sus exigentes condiciones y mantener su continuidad. Una llamada telefónica de Ricciardo a Christian Horner dejaba a este con la boca abierta: se marchaba a Renault.

Dejaba un equipo ganador para caer a mitad de parrilla, con algún podio ocasional, aunque no volvió a ganar un Gran Premio, y fracasó estrepitosamente como fichaje estrella de McLaren, quien le rescindía su tercer año de contrato con indemnización incluida ante su bajo rendimiento.

Ricciardo entró en modo rehabilitación. Aceptó convertirse en tercer piloto de Red Bull y volvió a los grandes premios con AlphaTauri tras la salida de Nick de Vries en el Gran Premio de Hungría. En principio, desde Red Bull se lanzaba el mensaje de que gracias a un trabajo oscuro y duro en el simulador, había recuperado la mejor versión de sí mismo.

Tsunoda no es Vettel ni Verstappen​

Sin embargo, en Holanda se fracturaba la muñeca en unos entrenamientos libres. Perdió cuatro carreras. A su vuelta ofrecía destellos, como su increíble cuarto puesto de parrilla en México. Pero el japonés le superaba finalmente 4-3 en entrenamientos, con 26 puntos totales de aquel por los 16 de Ricciardo al terminar la pasada temporada.

El australiano cuajó la impresión esperada de su pedigrí, aunque la aportación de su experiencia personal fuera alabada por el equipo. Sin embargo, en 2024 ha empezado con nivel inferior al de la pasada temporada. A pesar de sus destellos y potencial, Tsunoda tampoco es un baremo de alto calibre para Ricciardo como sí lo fueran en su día Vettel o Verstappen.

Aun así, el japonés le superaba en la parrilla de Bahrein (11 y 14 respectivamente), con órdenes de equipo al nipón, cabreo, e imágenes polémicas al final de la prueba. Ricciardo reconocía no haber sabido exprimir la pista. Terminó un puesto por delante de Tsunoda, decimotercero, En Yeda tampoco el coche, le cayó medio segundo con su compañero. Sus explicaciones posteriores recordaban al piloto de McLaren. En esta carrera hizo un trompo a pocas vueltas del final y terminó decimosexto.

Dispersión, pérdida de tensión o de facultades

"Después de 2022, necesitaba ese tiempo libre, así que fue genial saltar a mitad de temporada, pero en términos de estar completamente listo, este año ha sido una mejor manera de prepararme. Siento que esto es como el comienzo de la segunda parte de mi carrera", explicaba tras la reciente pretemporada sobre sus expectativas para 2024. "Tener un tiempo libre te da una nueva perspectiva. Me estoy concentrando mucho en lo que es una segunda oportunidad para mí, pero al mismo tiempo no me presiono". Pues parece que, de momento, negativo.

No resulta fácil conocer las razones del estado de forma de Ricciardo, en las antípodas de sus mejores momentos con Red Bull y alguna carrera esporádica con Renault. El mismo Ricciardo reconocía el pasado año que había tenido que reenfocar su vida, quizás demasiado dispersa para las exigencias mentales de la Fórmula 1. "He cortado muchas cosas fuera de las carreras, todavía tengo otros intereses fuera del deporte, en los que sigo involucrado, y que sigo disfrutando, pero que he minimizado".

Sus intereses empresariales, su vida en California, la paulatina saturación mental o una menor adaptación a los nuevos monoplazas, una posible pérdida lenta y progresiva de la tensión competitiva… Daniel Ricciardo corre el peligro de haber vivido el pico de su carrera en la Fórmula 1, como recordaba recientemente su compatriota, Alain Jones, campeón del mundo de 1980.

No deja resultar llamativo que un piloto con ocho victorias y gran experiencia vuelva al equipo filial de Red Bull, en principio destinado a preparar a los jóvenes del Red Bull Junior Team. Si además eres superado por otro que comienza su cuarto año de experiencia, Daniel Ricciardo se enfrenta, ahora sí, a su última oportunidad en la Fórmula 1.

Antes del Gran Premio de España de 2018, El Confidencial charlaba con Daniel Ricciardo. Todavía en Red Bull, el australiano se deslizaba en la Fórmula 1 subido a la cresta de la ola, aunque compartiendo equipo con Max Verstappen. En aquella conversación insinuaba sutilmente sus intenciones de futuro fuera del equipo austríaco. Así comenzó su decadencia.

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