A la Fórmula 1 le importan un pito las sonrisas: la caída en desgracia de Ricciardo

Quién podría haberlo imaginado hace tan solo dos años. Uno de los pilotos más buscados y cotizados de la parrilla en su día ha sido expulsado de la parrilla. Como mínimo, hasta 2024. O, al menos, es lo que espera Daniel Ricciardo. El australiano ya era consciente de su destino, pero el anuncio de los fichajes de Pierre Gasly por Alpine y Nick De Vries por AlphaTauri definitivamente han sentenciado su futuro.

Antes, Zak Brown y Andreas Seidl habían perdido la paciencia con el australiano, quien fue forzado rescindir un año de su formidable contrato. Porque Ricciardo fue víctima de su éxito y la extraordinaria cotización que alcanzó en la Fórmula 1. Sin embargo, este mundo es implacable cuando el rendimiento no se ajusta al salario. Ni siquiera su extraordinario carisma ha indultado a Ricciardo, sustituido por una joven promesa sin experiencia que cobrará posiblemente la décima parte de su salario con el equipo británico. Y ahora ¿qué?

Como la novia sin pretendientes

"Creo que la realidad ahora es que no estaré en la parrilla en 2023", admitía el propio Ricciardo en Suzuka ante los hechos consumados. Como la pareja rechazada por los últimos pretendientes casaderos, trata de agarrarse a un clavo ardiendo para no ser considerado un capítulo cerrado en la Fórmula 1. "Creo que ahora solo cuestión de prepararse para 2024, Creo que podría haber algunas mejores oportunidades entonces, así que eso es realmente lo que confirma todo esto y ahora es donde están puestas las miras". Ricciardo no quiere volver la vista ni al IndyCar ni al WEC, que certificarían su defunción en la Fórmula 1.

Para el australiano, cualquier opción fuera de la Formula 1 es considerada un paso atrás. Reciente tiene el ejemplo de Nico Hulkenberg que, sin su palmarés y prestigio, se ha debido de conformar como piloto reserva de Aston Martin. Desde su salida de Renault solo ha competido como sustituto, sin recuperar un asiento a pesar de las diferentes vacantes abiertas desde su marcha.

"Me encantan otras disciplinas del automovilismo, pero no me veo allí. Siento que si me lanzo a algo así luego se cierra la puerta en la Fórmula 1. Es como si me hubiera ido y no, todavía estoy muy motivado para quedarme aquí, así que no quiero que ser visto como que estoy concentrado en otras cosas. Por divertidas que puedan ser, creo que lo mejor para mí, e incluso el objetivo de mi imagen, es permanecer aquí". El cómo y dónde, la gran incógnita.

El acuerdo con McLaren

"Estoy evaluando todo", explicaba en Suzuka. "Todavía no tengo nada preparado. Cuando lo tenga, seré el primero en decirlo", afirmaba. Sin embargo, Ricciardo podría estar condicionado por la resolución del contrato con McLaren, que le pagaría una cantidad económica (se dice que en torno a la mitad del contrato rescindido) condicionada a que no compita con un equipo de la actual parrilla. Su posición en el mercado habría quedado así debilitada. No solo por el fracaso deportivo en el equipo británico, sino ante posibles ofertas y muy inferiores a la indemnización de McLaren. De aquí, la opción como tercer piloto en uno de los principales equipos. Se ha rumoreado Mercedes como una opción. Sin embargo, ¿cómo encajar de suplente después de haber sido tercero en dos ocasiones en el Mundial y una de las figuras más cotizadas del momento?

Porque su posición no deja de ser cruel. No solo por su fracaso con McLaren, un trago amargo de asumir. McLaren ha preferido a Piastri, Alpine ha contratado a quien salió de Red Bull por la puerta de atrás, y Alpha Tauri, es decir, Red Bull, su antigua casa, ha optado por un holandés sin experiencia a pesar de sus 27 años y que no ha pasado por el Red Bull Junior Team. Es evidente que, por sus declaraciones, ni siquiera se considera con opciones en Williams ni Haas.

Derrumbarse en un solo año

Para Ricciardo ha debido ser duro verse rebasado por pilotos con infinitamente menos pedigrí. En 2014 batió en su primer año con Red Bull al campeón en vigor, Sebastian Vettel, (11-7 los sábados) logrando tres victorias en el año del dominio arrasador de Mercedes, aniquilando a Daniil Kvyat al año siguiente, superando al debutante Verstappen en 2016 y manteniendo un reñido duelo con el holandés año tras año (21-18 en el parcial total de los sábados) hasta su sorprendente marcha a Renault.

Su espiral descendente se inició con la incomprensible decisión de fichar por el equipo francés cuando Red Bull, en confesión de Christian Horner, había aceptado todas sus condiciones. Sin embargo, desde aquel famoso duelo en Bakú con Verstappen que terminó con el toque de ambos la recta y la obligación de pedir disculpas en Milton Keynes, Ricciardo había tomado la decisión de dejar el equipo austríaco. Para fichar con un equipo con la misma unidad de potencia, aunque peor rendimiento y chasis que aquel que dejaba. Pero conservó intacta su cotización al mantener a distancia a Nico Hulkenberg y Esteban Ocon después.

McLaren llegó con una gran oferta, que luego se volvería en su contra. En 2021, se le atragantó el MCL35. Norris le sacó 45 puntos, dos décimas de media en entrenamientos, además de doblarle y humillarle en Mónaco. Ricciardo no podía con el frontal del monoplaza británico, se le atragantaban las curvas medias y lentas, había perdido ese golpe de cuchillo en frenada de los tiempos de Red Bull. La victoria de Monza fue un espejismo. Una carrera tan brillante se vino abajo en un solo año. En McLaren confiaban en que el nuevo monoplaza y su diferente filosofía aerodinámica resetearan al australiano en 2022. Al contrario. En el primer tercio de la temporada, Brown y Seidl ya le querían fuera del equipo. Hoy cuenta con 29 puntos, por 101 de Lando Norris, y es incluso una décima de media más lento que el pasado año. El por qué de su desplome es tanto una gran sorpresa como un gran misterio.

"Muchas personas han estado en este deporte durante años, han visto cómo funciona y no creo... Por supuesto que hay un dicho, 'eres tan bueno como en tu última carrera', pero creo que mucho de ellos han apreciado que no es como si me hubiera olvidado de cómo hacer esto", explicaba en Suzuka. Puede que alguien le quiera echar un cable. Sin la sonrisa de Daniel Ricciardo, la Fórmula 1 será muy diferente. Pero a la Fórmula 1 no le importan las sonrisas de un tío simpático.