"Pero gané una vida...". Fernando Alonso en 2012: un tricampeón frustrado, aunque vivo y coleando

"Creo que esta, junto con 2012, es la mejor temporada para mí en cuanto a mi pilotaje. Estaba contento con todo, motivado, estaba en forma, rendí en condiciones difíciles a veces". Fernando Alonso equiparaba su primera temporada en Aston Martin con la mejor de su carrera. Aquella de rendimiento extraordinario, en la que perdió un título, pero también salvó su vida.

Toda peripecia deportiva encierra momentos especialmente trascendentes. Como aquel año en particular para Alonso, tanto personal como deportivamente. En 2014, el español publicó un mensaje en las redes sociales especialmente gráfico: "2012… Spa… Acordarme de la 1ª curva. Sí, tengo un trofeo menos de campeón del mundo, pero gané una vida. Bien".

El Gran Premio de Bélgica de 2012 ejerce como una suerte de chincheta roja que destaca un episodio crucial en su larga odisea en la Fórmula 1. Si la vida abre encrucijadas hacia distintos rumbos vitales, aquella carrera pudo marcar la vida de Fernando Alonso. Literal y deportivamente.

"Diez centímetros más cerca de mi cabeza"

"En mi caso, en 2012 podía haber muerto en la curva 1 si su coche (de Grosjean) hubiera pegado diez centímetros más cerca de mi cabeza", explicaba por las mismas fechas de aquel tuit de 2014. Adjuntaba como prueba la imagen desde la cámara de abordo del monoplaza de Romain Grosjean golpeando brutalmente su habitáculo, a un par de palmos de su casco. Entonces aún no era obligatorio del halo, el arco de seguridad que rodea y protege la cabeza del piloto.

Tras una alocada salida, Grosjean golpeó primero a Hamilton y, en su carambola, salió por los aires y embistió con su Lotus el frontal superior del Ferrari. En el último accidente mortal en la Fórmula 1, Jules Bianchi entró por debajo de una grúa en Suzuka y su cabeza golpeó contra el vehículo.

A pesar de las excepcionales condiciones de seguridad de los chasis, el casco del piloto era la zona más vulnerable. Ayrton Senna falleció cuando le atravesó un trapecio de la suspensión. Alonso propuso entonces la posibilidad de introducir cabinas similares a las de los aviones de combate para proteger al piloto. Hasta 2018 no se introdujo el halo.

Alonso ha sufrido algunos accidentes serios en su trayectoria. En Brasil 2003 golpeó un neumático en la pista del monoplaza de Mark Webber e impacto brutalmente contra el muro. Le ayudó a soportar el violento latigazo, el recién introducido Hans.

En Australia 2016, el español salió por los aires tras hacer 'al afilador' con la rueda trasera del monoplaza de Esteban Gutiérrez, dando varias vueltas de campana hasta acabar contra las protecciones. Perdió dos grandes premios por las lesiones. En Spa no lo habría contado de haber golpeado el Lotus su casco.

"Girabas a la derecha y se iba a la izquierda"

Sin duda, Alonso ganó una vida en Spa. Pero... "¿Un trofeo menos de campeón del mundo…"? Como apuntaba Alonso en aquel tuit. ¿Fue tan decisivo aquel incidente para impedir su tercer título?

Stefano Domenicali reconoció aquel año que el F2012 de la pretemporada "se iba a la derecha cuando girabas el volante a la izquierda", en gráfica alusión al pésimo comportamiento del coche. El propio Alonso consideraba que en su configuración de Jerez era dos segundos más lento que la referencia inicial.

“En 2010, Red Bull eran más de un segundo más rápidos que nosotros y liderábamos el campeonato en Abu Dabi. Ahora son de ocho décimas a un segundo más rápidos que nosotros y lideramos el campeonato”, explicaba Alonso después de aquel accidente. "Digamos que estamos acostumbrados a esta situación, a ser un segundo más lentos que nuestros competidores y luchar por el campeonato", explicaba Alonso aquel mismo año.

El equipo recondujo en lo posible el comportamiento de su máquina, y Alonso hizo caja al máximo durante las primeras carreras. Sorprendía que llegara a Spa como líder, con 40 puntos de ventaja sobre Vettel. En la carrera anterior, Hungría, fue quinto con el cuarto coche de la parrilla en aquel circuito.

El arreón de Red Bull y la "cuchilla" de Raikkonen

Un título se gana o se pierde por múltiples factores, frecuentemente imputables a los propios protagonistas. Pero otros son totalmente aleatorios para decantar la balanza. Vettel perdía aquel año victorias por fiabilidad, como en la mítica carrera de Valencia.

Pero en una temporada cogida con pinzas para Alonso, el menor incidente le dejaba sin margen de maniobra. Alonso no perdió el título únicamente por aquella carrera de Spa, pero el tipo de incidente y sus consecuencias añadieron mucho peso en contra al fiel de la balanza.

Vettel terminó segundo en Spa y recuperó 18 puntos de golpe. A partir del Gran Premio de Singapur, Red introdujo una batería de evoluciones que transformaron su monoplaza. Hasta ese momento, Vettel solo había ganado en Baréin. El F2012 era muy inconsistente a una vuelta debido a un DRS disfuncional, y Alonso siempre salía por detrás del alemán, quien ganó de forma consecutiva en Singapur, Japón, Corea e India gracias a sus poles y la facilidad para controlar desde la primera posición.

Cada vez más sometido a presión y menguando la diferencia frente a Vettel, en Japón la fortuna volvió la cara a Alonso cuando el alerón delantero del Lotus de Kimi Raikkonen rozó ligeramente y "acuchilló" su neumático trasero. La diferencia con Vettel se redujo a cuatro puntos. Aquel incidente y el de Spa resultaron letales para sus aspiraciones.

Un boquete capaz de hundir a un petrolero

Aun así, Alonso llegó vivo al Gran Premio de Brasil. En la primera curva, Vettel fue embestido y se giró en medio de la pista. Por el impacto recibido se abrió en su Red Bull un boquete capaz de hundir a un petrolero. Aunque pudo acabar la carrera y lograr el segundo título.

Cuando la aleatoriedad y la fortuna se decantan por un fiel de la balanza, en esta ocasión se inclinó del lado de Sebastian Vettel. El alemán ganó por... tres puntos. ¿Valió Spa un campeonato entonces?

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Álvaro Carretero

Que Fernando Alonso equipara su primera temporada con Aston Martin con aquel trepidante 2012, once años después, revela el valor de su rendimiento en ambas. Con una diferencia: en 2023, su vida no estuvo en juego.

Como alguien diría al final de 2012, había un Alonso tricampeón en el cuerpo de un doble campeón del mundo. En un cuerpo, afortunadamente, vivo y coleando.