El 'suicidio deportivo' de Fernando Alonso y Ferrari en 2010 que cambió su vida en la F1

"Sabía que Ferrari nunca se rendiría, porque está aquí para ganar cada fin de semana. Pero intenté asegurarme que entendieran que yo tampoco me rendiría nunca. Soy nuevo en el equipo, y, por supuesto, el próximo año no necesitaré decir nada, ya que me conocerán mejor, pero este año, en ocasiones, era mejor decirlo".

Justo al terminar el GP de Gran Bretaña 2010, Fernando Alonso mandaba un mensaje de ánimo por la radio a los miembros de Ferrari, avisándoles de que juntos lucharían por el título a final de año. Al terminar aquella carrera, la diferencia con el líder Mark Webber era de 47 puntos.

Tampoco puntuó en Bélgica, todavía la diferencia ascendía a 41 puntos a falta de seis carreras. Sin embargo, Alonso fue capaz de llegar a Abu Dabi como líder del campeonato. Dependía de sí mismo. Salía tercero de parrilla.

Fue como remontar una gran goleada y, en el último minuto del partido, echar la pelota fuera con la portería casi vacía. Así perdió Alonso el título de 2010. Posiblemente, uno de los episodios que más han marcado su vida deportiva. Haber logrado su tercer entorchado habría dado a su carrera del español otro cariz, menos urgencia y ansiedad deportiva.

"Es la semana del Gran Premio de Abu Dabi y, siempre que se acerca este evento, no puedo dejar de pensar en aquel 14 de noviembre, hace cinco años". Tiempo después, quien fuera entonces jefe de comunicación de Ferrari, Luca Colajanni, recordaba aquella fatídica jornada para Alonso y los suyos.

"Aquel domingo ha quedado en la historia como uno de los más sensacionales suicidios deportivos, comparable, para un aficionado del Inter de Milán como yo, al del 5 de mayo de 2002, en el Estadio Olímpico de Roma (el Inter perdió la liga en los últimos minutos)".

Dependiendo de sí mismo

La historia de aquel 'suicidio', aunque archiconocida, no por ello resulta menos dolorosa de recordar, más si cabe con la perspectiva del tiempo transcurrido desde entonces. Con 42 años, Fernando Alonso sigue en activo. ¿Sería el caso de haber cuajado los títulos que se escaparon de la punta de los dedos, especialmente aquel de 2010?

En 2012, el español perdió otro título, pero no dependía tanto de sí mismo como en aquel fatídico Abu Dabi 2010. Y en vez del efecto estimulante y confortante para el futuro que hubiera supuesto aquel tercer triunfo, se convirtió en la válvula de presión que ha rodeado a Alonso desde entonces.

Vettel había ganado en Malasia, Valencia, Japón y Brasil, la fiabilidad le costó victorias en Bahréin, Australia y Corea, y sus errores, otro tanto en Turquía, Gran Bretaña y Hungría. Los cuatro aspirantes acumulaban su ristra de infortunios pero, de nuevo, Alonso pescaba en aguas revueltas y en Abu Dabi sacaba ocho puntos a Mark Webber, 15 a Vettel y 24 a Lewis Hamilton. Un primer y segundo puesto le coronaban al español sin depender de nadie.

El mensaje de angustia: "¡Usa tu talento!"

El coche de seguridad salió ya en la primera vuelta tras el toque entre Michael Schumacher y Vitantonio Liuzzi. Varios pilotos (Rosberg y Petrov) entraron en boxes en ese momento. Vettel marchaba en cabeza y Alonso tenía el título en la mano en aquellos primeros compases.

Sin embargo, en la vuelta 12 Red Bull utilizó el señuelo de Mark Webber, que rodaba por detrás del español, y a quien llamaron a boxes. Marcando en corto al australiano, Ferrari llamó al español cuatro vueltas más tarde. Fue el comienzo del fin. Cayó a la duodécima posición. Cuando los demás hicieron su parada, Rosberg y Petrov todavía rodaban por delante, producto de su temprana parada.

Alonso se quedó atascado detrás del ruso, vuelta tras vuelta. "Ok, nuestro campeonato ahora está en pasar a Petrov y Rosberg. Podemos hacerlo, quedan 30 vueltas", le animaba el equipo italiano a su piloto. Más tarde, llegaría aquel mensaje que delataba la angustia en Ferrari. "Vale, quedan 14 vueltas, 14 vueltas, Fernando. Usa lo mejor de tu talento. Sabemos lo grande que es, úsalo". Impotencia, imposible.

"Habría vivido de forma más serena"

La desolación fue total en el equipo, con lágrimas por todas partes y la estupefacción ante semejante 'suicidio'. "Habría ganado en su primer año con Ferrari ese tercer título que todavía persigue y posiblemente aquello habría aliviado ese enfado latente que finalmente le llevó a parar de forma traumática su relación con Ferrari", reconocería Luca Colajanni al rememorar aquel infausto día.

Pero aquel 'suicidio' no supuso solo un trauma para el español. "Habría sido muy diferente para él, pero también para nosotros, aunque no hubiera recreado el ciclo tan exitoso de Schumacher. Sinceramente, Red Bull era más fuerte. Y lo fue durante los siguientes años. Pero si hubiera llegado (el título), habría vivido de una forma más serena. Hoy, probablemente, sería un hombre más feliz, y más felices habríamos sido nosotros, con toda seguridad".

Con Ferrari no hubo título alguno en cinco años. La aventura con McLaren acentuó la percepción sobre una supuesta inhabilidad de Alonso para errar en la selección de equipos... ¿Hubiera sido esa percepción diferente si la pelota hubiera entrado en la portería en vez de salir fuera?

En 2011 la FIA decidió implementar el sistema DRS para facilitar los adelantamientos, tan complicados por entonces. Un año antes la historia hubiera sido diferente. La de Fernando Alonso, también.