Por qué Ferrari necesita a Charles Leclerc y Carlos Sainz, pero ellos también al Cavallino

La renovación de Leclerc y Sainz por Ferrari es algo que se da por hecho, pero aún no se ha confirmado al momento de escribir estas líneas. Hace pocos días, el periodista italiano Leo Turrini habló de un anuncio de renovación de ambos pilotos inminente. Incluso algún periodista ha deslizado ya entrecomillados del presidente John Elkann afirmando de forma clara que el español y monegasco seguirán unidos al equipo.

Ferrari no tiene opciones mejores en el mercado, pero tampoco Leclerc y Sainz a estas alturas. Con todos los volantes de los equipos top ya adjudicados, las negociaciones no deben de ponerse muy tensas por ningún lado de la mesa. El problema que quizá haya demorado el anuncio oficial seguramente no sea la falta de acuerdo general en lo fundamental, sino en los matices.

¿Duración? ¿Salario y bonus? ¿Obligaciones promocionales? En alguno de esos barrizales andan enfrascados los abogados de ambas partes pero, salvo catástrofe, nada que haga temer que los acuerdos se vayan al traste. En el caso de Leclerc, el problema es un compromiso largo si Ferrari sigue sin poder dar con la tecla de un coche campeón. El monegasco lleva desde 2019 en la escudería italiana. En este periodo, su gran rival a nivel generacional, Max Verstappen, ha logrado ya tres títulos mundiales.

Leclerc empataría presumiblemente con Kimi Raikkonen como el segundo piloto más longevo de la historia de Ferrari con ocho temporadas. Y superaría a otros clásicos como Vettel, Alonso, Regazzoni o Alboreto con cinco temporadas. Difícil será alcanzar el récord de diez años de Michael Schumacher. Todo dependerá de cuánto tiempo esté dispuesto a aguantar el monegasco su papel como predestinato si no es capaz de cumplir la promesa de devolver el título Mundial a la escudería.

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Una dupla muy compensada

Leclerc y Sainz son la dupla más compensada de toda la Fórmula 1. Un activo clave pese a las fricciones que puntualmente pueda haber. Tener a Charles y Carlos es lo soñado por cualquier equipo, porque son dos pilotos rápidos, con experiencia y que se presionan al límite el uno al otro. La rivalidad interna del equipo, salvo que se vaya de las manos, siempre es beneficiosa para una escudería.

Es muy probable que la dupla Leclerc-Sainz se convierta en la más longeva, porque ambos finalizan sus respectivos contratos a finales de 2024. Si el nuevo vínculo del español es por tres temporadas, podría superar las seis en las que Rubens Barrichello acompañó a Michael Schumacher. La duración quizá sea la principal incógnita a despejar en el nuevo acuerdo contractual entre el madrileño y su actual equipo.

Si la renovación de Carlos es por un año (2025), lo probable es que se una a Audi justo cuando la marca alemana debute en la Fórmula 1. Si es por dos, Sainz se saltará el tradicional año perdido de un equipo cuando debuta. Si ya son tres años, es probable que Audi ya no tenga interés en Sainz y haya buscado otro piloto de referencia para liderar su proyecto.

El otro frente complejo de negociación seguramente esté en el ámbito de las obligaciones promocionales. Con una temporada a 24 carreras, la factura a nivel personal es muy grande. Si se incluyen las jornadas de tests, son más de la mitad de los días del año fuera de casa. Si a esa asfixiante agenda deportiva se le unen jornadas destinadas a compromisos publicitarios, es inevitable que acabe afectando al rendimiento competitivo. Lewis Hamilton alertó recientemente de los problemas que supone un calendario de competiciones tan sobrecargado a nivel mental y físico.

Los retos comerciales

El reto ahora gira alrededor de satisfacer las demandas de unos patrocinadores que han desembolsado una fortuna y, como es lógico, reclaman la presencia de los pilotos como el principal activo que suponen de sus masivas inversiones. Existen compromisos ya firmados con patrocinadores que ahora van a ser difíciles de cumplir por falta de días, un problema más allá del interés particular que los patrocinadores tengan en uno u otro piloto.

La presencia de Carlos Sainz es un activo muy interesante para el Santander. A diferencia de lo que mucha gente cree, especialmente entre los seguidores más fanáticos de Leclerc, no existe ningún tipo de imposición del Santander para renovar a Sainz. Ni siquiera llegado el caso un piloto español es lo más interesante para la entidad presidida por Ana Botín. España es un mercado importante para el banco, pero Brasil, México o Reino Unido lo son aún más.

El caso de Estrella Galicia es muy diferente. La relación entre Carlos Sainz y la cervecera gallega se remonta a hace más de diez años y siempre han estado unidos, tanto durante su periodo en campeonatos promocionales como desde su llegada a la Fórmula 1 en 2015. Es posible que exploren una vía de colaboración personal en su condición de no piloto para acciones que no suponga difusión masiva en medios. Esto no sería una novedad porque, por ejemplo, Fernando Alonso mientras era patrocinado por Banco Santander en Ferrari mantenía una colaboración local con la Caja de Asturias.

Son matices a perfilar antes de que se haga el anuncio oficial. Sí que parece claro es que Charles, Carlos y el Cavallino van a seguir unidos mas allá de 2024.