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McLaren y Toyota: los dos llegan tarde a la exclusiva fiesta de la F1 y se unen para entrar
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ACUERDO POSITIVO PARA AMBOS

McLaren y Toyota: los dos llegan tarde a la exclusiva fiesta de la F1 y se unen para entrar

Para cuando llegue la reglamentación nueva de Fórmula 1 en 2026, a McLaren le faltará un motor oficial y a Toyota, un equipo para participar. Todo encaja para que surja el idilio

Foto: Toyota en 2009, su último año de participación en F1. (EFE/Juan Carlos Cárdenas)
Toyota en 2009, su último año de participación en F1. (EFE/Juan Carlos Cárdenas)

Los nombres de McLaren y Toyota se han visto unidos con frecuencia este pasado mes de septiembre y ha sido inevitable que empiece a desatarse la especulación acerca de un futuro juntos en la Fórmula 1. La cuestión es que si hubiera boda entre ambos tienen que decidirse pronto, porque 2026 parece lejano, pero para el desafío de tener a punto un coche para la nueva reglamentación está a la vuelta de la esquina. Las dos partes, como suele ser habitual, lo niegan, pero realmente sería un win-win para ambos. McLaren tendría su largamente anhelado motor oficial y Toyota formaría parte de un momento de la máxima especialidad automovilística que no se debería perder.

Los rumores acerca de una posible alianza entre la legendaria escudería británica y el fabricante de automóviles número uno del mundo se dispararon a raíz de la presencia de la plana mayor de la marca nipona en el pasado Gran Premio de Japón en el box de los coches color papaya, encabezados nada menos por el gran jefe Akio Toyoda. En teoría, su presencia se debía simplemente al anuncio de Ryo Hirakawa como piloto reserva y de simulador de McLaren. Hirakawa no es un piloto cualquiera, sino alguien muy querido por Toyota. Por mucho que haya ganado con ellos las 24 horas de Le Mans, algún interés concreto a futuro tiene que haber para que subvencionen a un piloto en un campeonato en el que no están presentes.

placeholder El fichaje de Ryo Hirakawa, protegido de Toyota, difícilmente puede interpretarse como algo casual. (McLaren)
El fichaje de Ryo Hirakawa, protegido de Toyota, difícilmente puede interpretarse como algo casual. (McLaren)

El primer pie en el agua

Por mucho que Hirakawa haya demostrado ser un más que competente piloto, McLaren no ficha a alguien de 29 años si no hay un beneficio económico o empresarial en el horizonte. Haciendo la lectura desde el otro lado, si Toyota estuviera pensando en tener una presencia en Fórmula 1 en el futuro, el primer pie en el agua sería tener a un piloto de la casa trabajando con el que podría ser su futuro socio. Para acallar una rumorología que era fácil que se fuera de madre, Kazuki Nakajima, el asesor deportivo sénior de la marca japonesa, echó vino al agua diciendo que "Por el momento, no hay ninguna intención de estar presente en Fórmula 1 y que el foco de la compañía está en los rallyes y la resistencia".

Lo relevante es ese "por el momento" de Nakajima. Es posible, efectivamente, que Toyota no haya tomado aún una decisión definitiva acerca de un posible futuro en Fórmula 1, pero es indudable que no llegas a un acuerdo con McLaren para incorporar a un piloto si no hay ganas de explorar conjuntamente una posible alianza. McLaren pujó fuerte frente a Aston Martin para convertirse en socio de Honda a partir de 2026 y perdió fruto seguramente de agravios pasados entre ambos. Toyota sería la oportunidad soñada para un equipo que, cuando era dirigido por Ron Dennis, siempre defendía que la única manera de ser campeón del mundo es como equipo oficial de un fabricante.

Foto: John Watson, a bordo de su McLaren. (FOTO: McLaren)

A McLaren no le está yendo mal como equipo cliente de Mercedes, lo mismo que le pasa a Aston Martin. Ocasionalmente, ambos pueden ser capaces de derrotar al equipo oficial, pero pocos dudan que si alguien gana el mundial con los motores de la marca alemana, será el equipo oficial y no los clientes. McLaren acaba de finalizar un largo proceso de actualización tecnológica de su sede y a nivel de infraestructura si se puede decir que ahora está al nivel de los mejores. Pero sin esa asociación económica y tecnológica a un grande de la industria automovilística siempre faltará el pequeño pero imprescindible plus para alcanzar la cumbre.

A Toyota, como decíamos, no le queda mucho tiempo para decidirse porque dos años es muy poco tiempo para tener a punto un motor competitivo. Sin embargo, si hay una marca que pueda permitírselo esos son ellos. Su presencia victoriosa en el WEC (Campeonato del mundo de Resistencia) les ha dado un know-how de la tecnología de propulsión híbrida al alcance de muy pocos. Por otro lado, la nueva reglamentación que viene presta importancia al hidrógeno y a los combustibles sintéticos y le sienta como anillo al dedo a la marca japonesa, que desde siempre ha mostrado sus reservas hacia una movilidad del futuro basada en exclusiva en la propulsión eléctrica a baterías.

placeholder Hiroshi Fushida junto a su McLaren-Toyota en el Gran Premio Can-Am de Japón de 1969.(Facebook/Hiroshi Fushida)
Hiroshi Fushida junto a su McLaren-Toyota en el Gran Premio Can-Am de Japón de 1969.(Facebook/Hiroshi Fushida)

Una historia común

Pero la historia común entre McLaren y Toyota también es un punto que suma en esta posible alianza. En la década de los años 60 del pasado siglo, las marcas japonesas habían experimentado un progreso extraordinario y su tecnología empezaba a ser muy apreciada fuera de sus fronteras. Como casi todos los fabricantes han hecho toda la vida, las carreras de coches eran una herramienta de propaganda excelente para dar a conocer sus productos. En apenas unos años en Japón pasaron de hacer carreras con modestos coches de turismo a atreverse con los más poderosos coches de carreras de la época como era el campeonato Can-Am. Así nació la historia del mítico McLaren-Toyota 12.

La Can-Am fue una especialidad automovilística surgida en Estados Unidos, que, gracias a la manga ancha de su reglamento, daba cabida a los coches más brutales y exuberantes que uno podía imaginar. En 1968, la flor y nata de los pilotos europeos y norteamericanos fueron invitados a competir a Japón y de esa forma, medirse por primera vez con las marcas japonesas que habían comenzado a desarrollar prototipos similares. Aquella carrera dejó claro, que si en motorizaciones, los japoneses habían alcanzado un buen nivel, en cuestión de chasis estaban todavía lejos. De ese modo, para 1969 Toyota mejoró su motor, desechó los chasis que había desarrollado junto a Yamaha y adquirió un chasis McLaren.

Foto: Liam Lawson ha impresionado en su debut en F1. (EFE/EPA/Koen van Weel)

Los resultados de aquella alianza anglo-nipona no se hicieron esperar y en la nueva visita internacional de la Can-Am al país del sol naciente los resultados fueron sensacionales. Hiroshi Fushida, a bordo del McLaren-Toyota, compartió la primera línea a de salida junto a Jackie Oliver y lideró la carrera hasta que abandonó por avería mecánica. Animados por la excelente impresión que habían dejado, Toyota envió a su piloto Fushida a competir en Estados Unidos, con vistas a seguir desarrollando el coche a lo largo de 1970 y realizar un desembarco oficial en 1971 para intentar ganar la Can-Am.

Sin embargo, aquellos coches con potencias cercanas a los 1000 cv eran tan espectaculares como peligrosos y en una de las jornadas de tests, su piloto Minoru Kawai perdió la vida. Que un piloto falleciera en aquella época era tristemente algo habitual, pero es que el problema es que Kawai no era alguien cualquiera en la sociedad japonesa de entonces. Kawai era una celebridad total, porque, junto a sus éxitos al volante, además de guapo, era la pareja de Rosa Ogawa, que era una de las cantantes más famosas de comienzos de los 70. Aquel drama conmocionó tanto a sus conciudadanos que Toyota echó al freno a sus ambiciosos programas deportivos.

Esa combinación genial de arquitecto e ingeniero capaces de construir los edificios más espectaculares, es lo que podría suponer renovar medio siglo después la alianza entre Toyota y McLaren. Ambos se necesitaban hace 55 años y la unión funcionó bien. ¿Quién sabe si no estamos ante un momento propicio para volver a unir los caminos de dos nombres míticos?

Los nombres de McLaren y Toyota se han visto unidos con frecuencia este pasado mes de septiembre y ha sido inevitable que empiece a desatarse la especulación acerca de un futuro juntos en la Fórmula 1. La cuestión es que si hubiera boda entre ambos tienen que decidirse pronto, porque 2026 parece lejano, pero para el desafío de tener a punto un coche para la nueva reglamentación está a la vuelta de la esquina. Las dos partes, como suele ser habitual, lo niegan, pero realmente sería un win-win para ambos. McLaren tendría su largamente anhelado motor oficial y Toyota formaría parte de un momento de la máxima especialidad automovilística que no se debería perder.

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