Audi, Ford, General Motors... Por qué todos los grandes quieren volver a las carreras

¿General Motors (Cadillac) y Ford en la Fórmula 1? Para frotarse los ojos. Ferrari sale de su nicho después de medio siglo y vuelve con un equipo equivalente al de la Fórmula 1 a por la victoria a las 24 Horas de Le Mans. Porsche compite en la Fórmula E, en Le Mans y el IMSA americano y pretende volver a la Fórmula 1. Peugeot retorna a Le Mans, y el Grupo Stellantis participa con DS y Maserati en la Fórmula E. Audi desembarca en la Fórmula 1 en 2026 mientras persigue la difícil victoria en el Dakar con un proyecto eléctrico singular. Honda anunció su retirada de la Fórmula 1 para 2021, aunque ha echado marcha atrás y confirma su presencia con el nuevo reglamento de 2026…

Son solo algunos de los numerosos ejemplos del desembarco de la industria del automóvil en el mundo de las carreras con programas del más alto nivel. La competición automovilística no ha conocido nunca semejante avalancha. Razones estratégicas específicas de cada fabricante la justifican, aunque el fenómeno desborda el cambio de paradigma energético del automóvil. En la coyuntura actual, quien no se mueve tampoco aparece en la foto.

En el presente, la proyección de valores y emociones por parte de un gran fabricante es condición inexcusable para su éxito o supervivencia. Quien no sepa transmitirlos queda en la sombra. El deporte del motor siempre ha ejercido como vanguardia tecnológica y herramienta de marketing para un consejo de administración, pero en estos tiempos de cambios de paradigma y gran variedad de plataformas de comunicación, quien no corre, no vuela.

Las exigencias políticas y medioambientales están transformando el futuro del automóvil, pero los nuevos paisajes de la comunicación exigen presencia y mensajes constantes, es decir, creación de contenidos, como un influencer en Instagram o un ‘youtuber’ cualquiera. Los canales tradicionales (televisión, radio o prensa escrita) aún vigentes, se han visto amplificados por las nuevas realidades de comunicación. Los fabricantes del automóvil necesitan crear esos contenidos y el deporte del motor es un vehículo muy completo. Mirándose unos a otros de reojo, todos se están lanzando a la arena del circo de las carreras.

La rivalidad Ford/General Motors

Cuando Michael Andretti anunciaba su intención de entrar en la Fórmula 1 durante el pasado GP de Miami, fue rechazado con el argumento, entre otros, de que no estaba asociado a un gran fabricante. Pocos meses después, un grupo automovilístico sin el menor interés por la Fórmula 1 en su historia, General Motors, quiere entrar en 2026 unido a Andretti Autosport. Ford estaba a punto anunciar su asociación con Red Bull. GM movió ficha rápidamente con su marca Cadillac. De momento, Ford ha metido el primer gol. La creciente popularidad de la Fórmula 1 en Estados Unidos es indiscutible y aunque Cadillac ya cuente con varios programas deportivos, por ejemplo, en las 24 Horas de Le Mans, quiere marcar en corto a su gran rival ¿Hubiera dado el paso General Motors de no haber desembarcado Ford en el mercado americano?

El deporte ejerce como vanguardia de investigación para la industria, donde se admite que los ingenieros de fábrica logran en cinco años lo que los de competición avanzan en uno. Luego, cada estrategia es diferente. Los conocimientos tecnológicos que Audi está logrando con el Dakar difieren de los anunciados por Ford con Red Bull. Sin embargo, la avalancha de fabricantes se explica por otros factores. Por ejemplo, Ford anunicaba una inversión de 11.500 millones de dólares para electrificar sus 'trucks' Ford y Lincoln y quiere avanzar con toda su gama hacia ese objetivo en 2030. En la presentación de Nueva York del pasado viernes, Jim Farley (presidente y CEO), explicaba que sus futuros coches eléctricos tengan “alma”. Ahí estaban Verstappen y Pérez haciendo cabriolas con los Puma eléctricos en un circuito de carreras, y Red Bull como vector de comunicación a partir de 2026.

La asociación con Red Bull ayudará a visualizar dicha estrategia. Sin duda, nada que ver la de Ford (una 'asociación' comercial) con la de Audi. En todo caso, ambas marcas se han lanzado a los escenarios deportivos más mediáticos. Que Ford haya adoptado semejante itinerario tras veintidós años de ausencia es tan ilustrativa como la salida de Ferrari más allá de la Fórmula 1.

Hasta Ferrari se ha unido a la fiesta

Las 24 Horas de Le Mans y el WEC ejercen como perfecto ejemplo de esta dinámica, al ponerse en bandeja a los grandes fabricantes. ¿Como vanguardia tecnológica? Relativamente. Toyota Peugeot y Ferrari participan en la categoría Hypercar, que permite proyectos propios, pero a través de una exigente limitación de rendimiento. Enfrente, en la categoría LMHd, entran Porsche, Cadillac, Lamborghini, Alpine y BMW. Todos comparten un sistema híbrido de serie, y compran sus chasis a coste determinado a cuatro fabricantes independientes. Ambas categorías son igualadas a través de un sistema de equiparación de prestaciones. Todas las marcas mencionadas pueden correr ahora tanto en las 24 Horas de Le Mans y las de Daytona, y en el WEC e IMSA americano.

Se trata, en definitiva, de competir en carreras y campeonatos de alto nivel con presupuestos contenidos, y con gran retorno mediático. Aunque de gran impacto mediático. Los fabricantes han llegado en tromba. Hasta Ferrari se ha unido a la fiesta.

Estar en la fiesta, y comunicarlo

En la Formula E, Jaguar comparte parrilla con Maserati, DS y Nissan Mahindra, uniéndose en 2023 la marca española Cupra con el equipo ABT, (ya está presente en el Extreme E eléctrico y el ETCR de turismos eléctricos). Esta disciplina ofrece superior campo de investigación y desarrollo para una tecnología en plena eclosión, aunque con costos contenidos al compartirse chasis y baterías. Hasta hace pocas fechas, Audi, BMW y Mercedes participaban en el campeonato. Se marcharon, aunque no para irse precisamente a su casa.

En el Mundial de Rallies están presentes Toyota, Hyundai, Ford. La pasada temporada se introdujo el requisito imprescindible para la presencia en cualquier programa deportivo de una marca en la actualidad: la hibridación, se trate o no de un sistema de serie o compartido. Porque, como en todas las disciplinas del deporte, la electrificación en mayor o menor medida es el vector de comunicación, más que la propia tecnología en sí.

Uno de los mayores grupos automovilísticos del mundo, Hyundai (presente en los rallies y en el ETCR) anunciaba recientemente el fichaje de Cyril Abiteboul, un ex de la Fórmula 1 con Renault, lo que augura la potenciación de sus planes deportivos a más alto nivel. Se rumorea que Lancia, que forjó su imagen mítica en los rallies y circuitos, prepara su vuelta al deporte… En definitiva, hay que estar presente en la fiesta del cambio paradigmático del automóvil, y el usuario debe saberlo. El cómo se vaya vestido es lo de menos. Lo dicho: quien en estos tiempos no se mueve en el mundo de las carreras, ni sale en la foto.