Fernando Alonso o la triste realidad de no tener opciones de adelantar ni con el DRS

Fernando Alonso ha vuelto a cubrir las espaldas de Aston Martin un fin de semana mas. Dentro de la pista, pero también fuera de ella con ese positivo balance final que ofrecía a la concurrencia. Un modesto octavo puesto en el Gran Premio de Japón, humilde para los cánones de aquel Aston Martin apostado con la escopeta cargada para cazar esa famosa 33 al menor fallo de Red Bull. Ahora tiene cuatro coches regularmente por delante en las últimas carreras, 6 puntos logrados desde el podio de Holanda, el único desde el Canadá. Alonso solo había faltado ocasiones en las primeras nueve carreras.

“Nuestro ritmo estuvo cerca del de nuestros competidores, Mercedes y Ferrari”. El español se mostraba moderadamente satisfecho al terminar en Japón. Pero el equipo británico está ya muy alejado del rendimiento de Mercedes, Ferrari y McLaren, superados al principio de la temporada, pero todos han pasado por encima de Aston Martin. Hay que mantener alta la cabeza y el espíritu, pero la realidad no se puede esconder.

A riesgo de simplificar el diagnóstico, el equipo británico se benefició de la aportación inicial de una serie de conceptos incorporados por técnicos de gran experiencia, pero que la organización no ha sabido desarrollar. Aston Martin está descubriendo que buscar entrar en la Champions es un tema, y otro muy distinto, ganarla. Que alcanzar el nivel para ganar regularmente en Formula 1 son palabras muy mayores. El Gran Premio de Japón fue otro clavo más para certificarlo.

Mirando hacia atrás

"¿La sorpresa positiva? Quizás podríamos haber acabado delante de un Mercedes y estar cerca de los Ferrari, que eso en la crono parecía imposible". Al terminar la carrera, Alonso reconocía un ya de por sí enorme hándicap: a una vuelta el AMR23 nunca fue un rayo, que incluso a ido a menos en la segunda parte de la temporada. Y arrancando fuera de las tres primeras líneas, el podio es un lejano espejismo. Pero cuando el español ejecutaba una espectacular salida y se colaba entre Ferrari y Mercedes se abría a un escenario inesperado. A fin de cuentas, Aston Martin se había guardado dos juegos de neumático duros, precisamente ese que los Ferrari destrozaban en los circuitos de curva larga, rápida, y si el viento pegaba… Pronto el sueño se desvaneció.

"Y de repente me llamaron demasiado pronto, creo, para cubrir a Tsunoda, e igual hoy nuestra carrera no era con Tsunoda era más con Mercedes y Ferrari". Alonso se quejaba de una prematura primera parada en boxes, vuelta once, que lastraría el resto de la prueba. "Me habéis lanzado a los leones". Pero esa decisión solo reflejaba el marco estratégico de Aston Martin, como Alonso ya había insinuado el día anterior: ojo a los AlphaTauri, a los Alpine… En realidad, el equipo británico arrancaba mirando más hacia atrás que hacia delante. Por algo sería.

Con un paracaídas en el alerón

Pero igual que Leclerc y Sainz descubrían con satisfacción que el SF23 ya no genera ese desgaste que les atormentaba, Alonso volvió a ponerse en su sitio con el AMR23. "Entonces ya nos metimos en una espiral difícil de salir, con mucho tráfico, y nosotros con la velocidad punta que tenemos... Abrimos el DRS y todavía el coche de delante se nos escapa con el DRS abierto, así que cuando encuentras tráfico nuestra carrera se complica bastante". Resultaba deprimente constatar cómo, a estas alturas de la temporada, Alonso era incapaz siquiera de seguir al Alpine de Ocon en la recta incluso con neumáticos más frescos que el francés. Es decir, cerca del final de temporada el AMR23 sigue sufriendo como si llevara un paracaídas desplegado en su alerón.

Piloto y equipo buscaron atajos estratégicos para solventar una situación. Sin embargo, la carrera fijó la foto de Aston Martin en estos tiempos: navega en tierra de nadie, con cuatro equipos por delante, y el resto por detrás a una relativa distancia. "Creo que hubiésemos acabado sextos o séptimos seguros delante de Russell", proponía el piloto español como resultado de no haber mediado esa temprana parada en boxes. ¿Con esa velocidad punta que tanto lamentaba Alonso por la radio durante la carrera?

Aquellos piloto y equipo eufóricos de principios de año, se comprueba una vez más, cuentan con un monoplaza con virtudes para una ventana de oportunidad y circuitos muy concretos. En Suzuka, Lando Norris y Oscar Piastri acompañaban a Max Verstappen en el podio. Y aunque el MCL36 también disfruta de determinadas ventajas no extensibles a todo tipo de trazados, el equipo británico personaliza ese dogma crucial de la Fórmula: más importante que cómo se empieza un campeonato es cómo se termina, porque durante ese camino se pone a prueba el músculo técnico, humano y operativo.

McLaren se abría en canal durante esta temporada con la renovación organizativa y de su cúpula técnica y, a pesar de ello, ha llevado a su monoplaza de la mano de Andrea Stella a un nivel competitivo que ya hubiera deseado Lawrence Stroll y compañía. Hasta prescindiendo para 2023 de todo un Daniel Ricciardo que lastraba al equipo. Mientras, monoplaza verde y su piloto impotentes detrás de un Alpine ilustraba en una imagen la evolución de Aston Martin tras su brillante arranque en 2023. McLaren sigue recortando a mordiscos la diferencia en el campeonato. En Suzuka sumó 33 puntos por los 4 de Aston Martin. Tras Monza les separaban 78 puntos. Hoy, 49 a falta de seis carreras con la cuarta posición final en juego.

"Los próximos seis meses han de ser los seis meses que nunca, nunca, hemos tenido antes para poder cerrar la diferencia con Red Bull, para volver a llamar a la puerta", declaraba Lewis Hamilton a modo de zafarrancho tras el Gran Premio de Japón. Si así hablaba el británico al equipo ganador de todos los títulos entre 2014 y 2020 ¿Qué le espera y falta todavía a Aston Martin, séptimo en 2022? Y, ojo, Fernando Alonso también nos avisaba el sábado acerca del próximo Gran Premio de Qatar.