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F1, Le Mans y Fórmula E: cuando un neumático de carreras es de piedra o mantequilla
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LAS DISTINTAS FILOSOFÍAS Y LOS FABRICANTES

F1, Le Mans y Fórmula E: cuando un neumático de carreras es de piedra o mantequilla

Cada uno de los principales campeonatos exigen un producto determinado, que en muchas ocasiones puede chocar con la mentalidad y necesidades que tiene el usuario medio

Foto: La Fórmula 1 busca la degradación programable y variable. (Pirelli)
La Fórmula 1 busca la degradación programable y variable. (Pirelli)

Neumáticos programados para degradar su vida útil en un puñado de giros. ¿No choca semejante perfil con el rendimiento que se espera en un vehículo de calle? Una gran multinacional asume el folio de condiciones para participar en la Fórmula 1, mientras que otro de sus grandes rivales de mercado lo rechaza frontalmente porque contradice la filosofía de su producto: larga duración para el usuario medio que la competición debería reflejar, sin olvidar el aspecto ecológico. ¿Y qué producto y filosofía rige en la Fórmula E, con el monoplaza eléctrico como protagonista?

La competición es el vehículo idóneo de marketing y tecnología para los grandes fabricantes de neumáticos. Sin embargo, deben compaginar sus vectores de comunicación con los diferentes enfoques y filosofías que rigen en los principales campeonatos en circuito, Fórmula 1, Mundial de Resistencia y 24 Horas de Le Mans, Fórmula E y Mundial de Rallies. El suministrador único se ha convertido el modelo a seguir, eliminada ya la competencia de fabricantes en una misma categoría que provocaba guerra de prestaciones y de costos. Por todo ello, la presencia de una multinacional del sector debe beberse un difícil cóctel de intereses comerciales y técnicos, no siempre coherentes entre sí.

Lo que exige el cliente de Fórmula 1

La Fórmula 1 ha abierto en 2023 el proceso de licitación para el suministro a partir de 2025, cuyo plazo de candidaturas terminó el pasado 15 de mayo. El próximo 16 de junio se conocerá quienes son los candidatos para quedarse con tan jugoso pastel. Si no se producen cambios de última hora, el fabricante italiano tendrá un rival en su predecesor, Bridgestone. Sin embargo, ambos deben asumir un protocolo de producto en principio opuesto a la lógica del usuario medio al que, en todo caso, se pretende seducir en el mercado.

Es conocido el pliego de cargos que la Fórmula 1 exige al suministrador de neumáticos elegido. "Estos objetivos se han acordado a través de consultas con los titulares de los derechos comerciales y los equipos. Y están diseñados para garantizar un amplio rango de funcionamientos, minimizar el sobrecalentamiento y tener una baja degradación, al mismo tiempo que crean la posibilidad de la variedad estratégica". Visualicemos el pasado gran premio, el rendimiento de un Ferrari y sus penurias, o el duelo entre Hamilton y Norris en el último relevo del pasado gran premio con distintos compuestos. Ese es el esquema de la Fórmula 1.

Pero desechar tanto neumático de tan corta vida no es buena tarjeta de visita. Por eso la FIA ha endurecido ese pliego en materia medioambiental. "La licitación también requerirá que los potenciales proveedores proporcionen un análisis del impacto medioambiental de los neumáticos utilizados, y la oferta ganadora deberá demostrar las mejores prácticas y la innovación al considerar el ciclo de vida completo de las gomas".

Un golpe inesperado de neumático que encendió la luz​

A Pirelli le compensa una filosofía de producto en principio contrapuesta a las expectativas del usuario medio. No parece, sin embargo, que esto haya resultado contraproducente, porque Bridgestone se ha postulado como proveedor para el próximo contrato con una oferta, según cuentan, extraordinaria. Precisamente, el suministrador anterior a la llegada del fabricante italiano, y que dio involuntariamente la pista a la Fórmula 1 para la filosofía exigida en estos tiempos de degradación variable y programable.

Fue accidentalmente el Gran Premio de Canadá de 2010 cuando el fabricante nipón —suministrador único, entonces— se encontró con una situación inesperada en el desarrollo de aquella carrera. El reducido número de compuestos en aquellos tiempos no permitía variables estratégicas más allá de una sola parada. Pero el reasfaltado del circuito en aquella edición destrozó de forma inmediata los dos compuestos disponibles. La disparidad de rendimiento entre los distintos monoplazas volvió loca e impredecible la carrera. A la Fórmula 1 y la FIA se les encendió la luz y pidieron a Pirelli, el siguiente suministrador, replicar regularmente el esquema con sus productos.

Una petición en principio contraproducente para la imagen de un fabricante de neumáticos. Pero no se trata de tanta cuestión de la calidad del producto, sino como de las características exigidas por el cliente. Pirelli no dudó en recoger el guante y también los réditos comerciales. Una de sus razones entonces fue buscar mayor penetración en numerosos mercados emergentes, pero el retorno ha debido ser extraordinario cuando Pirelli no suelta la Fórmula 1. El éxito creciente de la disciplina está compensando más si cabe la apuesta de Pirelli y va a defender su posición para el próximo ciclo, mientras que Bridgestone no tiene reparos para asumir las exigencias de la Fórmula 1. De la que, sin embargo, echa pestes otro de los grandes gigantes del sector, Michelín.

El sinsentido de la Fórmula 1 para Michelin

"Llevamos mucho hablando (con la Fórmula 1 y FIA) y no estamos de acuerdo, porque dicen que para tener espectáculo hay que tener neumáticos que se degraden. No sabemos cómo hacerlo, de modo que no estamos de acuerdo. Los equipos deberían entender el rendimiento de los neumáticos y aprovechar que el neumático rinde bien desde la primera vuelta hasta la última", declaró recientemente Florent Menegaux, máximo responsable de Michelin. El vector de comunicación del fabricante galo en competición es el opuesto al que exige la Fórmula 1. "Hay que recordar por qué Michelin está en las carreras. El primer elemento no es el espectáculo. No se trata de la marca. Se trata de la tecnología. Estamos en las carreras porque es la mejor manera de probar rápidamente una nueva tecnología".

De aquí que Michelin encuentre su terreno idóneo en el Mundial de Resistencia y las 24 Horas de Le Mans. Frente a la degradación térmica de los neumáticos de Fórmula 1 (por encima de cierto nivel de temperatura el neumático pierde sus cualidades), el fabricante francés defiende la degradación progresiva por el uso. Esto permite atacar constantemente a los pilotos a lo largo de un relevo. Además, cuenta con un catálogo de productos mucho más simplificado en la resistencia que Pirelli en la Fórmula 1.

Se da así la paradoja de que los monoplazas más rápidos obligan al piloto a una gran dosificación, mientras que los prototipos, como ocurre en el WEC y Le Mans, pueden atacar a fondo durante todo el relevo. Goodyear también se ha centrado en las carreras de resistencia y la categoría LMP2. Mientras que durante décadas fue el monopolizador de la Fórmula 1, ahora también se ha centrado en una línea de producto similar a la de Michelin. Si el fabricante americano quisiera volver con un perfil más elevado, tendría que luchar con potentes rivales.

Las 'piedras' de la Fórmula E

En el terreno de los circuitos, la Fórmula E cuenta con su propia filosofía y pliego de cargos. El vector de rendimiento y mensaje en este certamen es la sostenibilidad, y el producto está acorde a dicha filosofía. El fabricante coreano Hankook ha sustituido a Michelin como suministrador oficial, coincidiendo con la entrada en funcionamiento de su nuevo monoplaza, el GEN 3.

Todo el formato de una carrera de Fórmula E tiene lugar el mismo día. Cada piloto tiene a su disposición solo cuatro neumáticos delanteros nuevos (con dibujo, no lisos) por eje para cada prueba y para todas las sesiones, incluidas las de lluvia. Un solo compuesto de dureza extrema, ya que Hankook ha querido ser prudente y no pillarse los dedos con el rendimiento de sus neumáticos en la primera temporada. Por un lado, por seguridad y, por otro, por ofrecer el mayor rendimiento lineal durante una carrera, de forma opuesta en este último apartado a la Fórmula 1. Además, el fabricante coreano ha usado su gama de producto de calle como traslación directa al neumático de las carreras. De todos los fabricantes presentes en competición, quizás el de la Fórmula E sea el más cercano al producto del usuario medio.

Distintas filosofías, vehículos de comunicación… Eso sí, todos los fabricantes de neumáticos comparten el mismo elemento en común: en ninguno de los campeonatos los pilotos están suficientemente satisfechos.

Neumáticos programados para degradar su vida útil en un puñado de giros. ¿No choca semejante perfil con el rendimiento que se espera en un vehículo de calle? Una gran multinacional asume el folio de condiciones para participar en la Fórmula 1, mientras que otro de sus grandes rivales de mercado lo rechaza frontalmente porque contradice la filosofía de su producto: larga duración para el usuario medio que la competición debería reflejar, sin olvidar el aspecto ecológico. ¿Y qué producto y filosofía rige en la Fórmula E, con el monoplaza eléctrico como protagonista?

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