Valentino Rossi y una de sus mayores locuras: las 24 Horas de Le Mans, en cuatro ruedas

Hagan sus apuestas. Valentino Rossi correrá las 24 Horas de Le Mans. Él mismo ha reconocido que es su objetivo. Está dando los pasos adecuados. Y podría hacerlo en 2023, la edición que celebrará el centenario de la mítica carrera francesa. Esta es una de las pruebas automovilísticas más importantes de las últimas décadas, a la que también vuelve oficialmente Ferrari tras 50 años de ausencia. Pero antes habrá mucha tela que cortar.

Tras su retirada de MotoGP, el italiano se pasó a las cuatro ruedas en 2022. Por una genética e inextinguible pasión por la competición, sin olvidar que también le permite mantener en circulación una imagen generadora de grandes dividendos de marketing y otros negocios. Rossi se ha decantado por las carreras de resistencia y, de momento, los grandes turismos deportivos (GT World Challenge Europa), el paso natural para ganar experiencia y velocidad en este tipo de carreras. "Espero que, si todo va bien, pueda competir en Le Mans en 2024, ese es el objetivo", volvía a repetir en Valencia el pasado fin de semana. Palabras mayores incluso para el mayor genio del mundo de la moto. ¿Cómo piensa conseguirlo?

Colgado de la brocha... y con BMW

Para saltar a las cuatro ruedas, Rossi fichó con WRT, una de las mejores estructuras del mundo de la resistencia en diferentes campeonatos. Largamente vinculada a Audi, se introdujo en el Mundial de Resistencia el pasado año en la categoría LMP2 (prototipos de un escalón inferior a los de Toyota, Alpine y Peugeot) para preparar el asalto del fabricante alemán. Ganaron las 24 Horas de Le Mans en su primer intento. Pero su entrada en la Fórmula 1 congeló, primero, y canceló, después, el programa de resistencia. Tanto WRT como Valentino Rossi se quedaron colgados de la brocha, pero han reaccionado rápidamente.

"Este año he corrido con Audi (un R8 LMS), pero el próximo año será con BMW, seré piloto oficial, y estoy muy contento. Ya he probado el coche, y seguiré en el mismo equipo de la pasada temporada, solo que cambiaré de coche", reconoció en la pasada cita de MotoGP en Valencia. Porque, entre bastidores, WRT se movió para buscar otra novia casadera y BMW cogió la oportunidad al vuelo. El fabricante alemán ha elegido WRT como socio para su nuevo y más ambicioso proyecto de los últimos años: competir en 2023 en Estados Unidos, en el IMSA americano, con sus nuevos y espectaculares prototipos, para participar en las 24 Horas de Le Mans y el Mundial de Resistencia. A ese tren pretende subirse Valentino Rossi en 2024, cuyo atractivo mediático ha sido muy valorado por la marca alemana.

Cómo pasar de Tercera a Primera División

De la mano de BMW, Rossi seguirá su proceso de aclimatación a las cuatro ruedas y repetirá el próximo año en el GT World Challenge Europa, aunque ya a bordo de un M4. Sin embargo, el desafío es colosal para llegar a integrarse en el equipo oficial de BMW en Le Mans. Porque su talento en dos ruedas no significa que sea trasladable a las cuatro necesariamente. De hecho, su debut en 2022 no ha resultado fácil.

Rossi compartía su Audi con Frederich Versvish y Nico Mueller, ambos de gran experiencia en los GT. Dos quintos puestos fueron el mejor resultado de Rossi y sus compañeros. Sus errores marcaron las primeras carreras en una disciplina que arroja muchas variables en cada relevo, como reconocía en Barcelona.

"Es difícil, porque no se trata solo de adaptarse a un coche, sino que es un campeonato muy muy distinto a MotoGP. Son los pequeños detalles, hay muchos coches, muchas distracciones, se trabaja mucho en las paradas en boxes y en los cambios de pilotos. En MotoGP solo debías centrarte en salir y terminar. Esta parte es la que más me está costando, porque no me imaginaba que fuese así de complejo". Pasar de GT3 a competir con el equipo oficial de BMW es como pasar de jugar en Tercera a Primera División.

Con todo, Rossi reincidía en Valencia en su intención de competir en la categoría absoluta, ahora con el horizonte y la hoja de ruta bien marcada. "Me gustaría competir en LMP2 e Hypercar, pero el nivel de los pilotos es muy alto y no sé si soy lo suficientemente rápido". Para responder esta pregunta, tendrá que empeñar todos sus esfuerzos. Los prototipos son como la noche y el día en términos de rendimiento y prestaciones. En 2023 seguirá en el GT World Challenge Europe, pero, si quiere lograr sus propósitos en 2024, esta experiencia no será suficiente.

Pegarle a todos los palos

Su acuerdo con WRT y BMW le otorgará condición de piloto oficial de la marca alemana. Pero esta deberá calibrar si el retorno mediático de semejante icono se corresponde con un rendimiento a la altura del proyecto, ya que se enfrentará a ocho fabricantes oficiales en 2024. Hasta entonces, Rossi tendrá que ponerse las pilas frente a los pilotos de élite en la categoría, muchos de ellos con experiencia en Fórmula 1. Y frente a los equipos oficiales de Ferrari, Toyota, Peugeot, Porsche, Cadillac, Alpine, Lamborghini y Acura (Honda).

Para ello, el italiano debería competir en 2023 en algunos de los certámenes que incluyen la categoría LMP2 (el equivalente a la Segunda División) en el European Le Mans Series o, incluso, el Mundial de Resistencia. De aquí que no sería descartable que Rossi ya compitiera en las próximas 24 Horas con un LMP2 para ganar experiencia en esta carrera antes de integrarse —si logra el nivel— en el equipo de la marca alemana en 2024.

WRT participará en las 24 Horas de 2023 con dos LMP2, mientras también compite en Estados Unidos con BMW y prepara el desembarco de la marca alemana en el WEC y la carrera francesa en 2024. A día de hoy, el rendimiento de Rossi queda muy lejos del altísimo nivel al que aspira para subirse a un BMW V8 Hybrid, el espectacular prototipo presentado recientemente. Por ejemplo, Sebastian Ogier, pluricampeón del mundo de rallies, ha intentado un proyecto similar con Toyota esta temporada, y ha desistido este año después de competir varias carreras con un LMP2.

Pero al italiano no le asustan semejantes desafíos ante su facilidad natural para todo tipo de máquinas de competición. Rossi probó varios monoplazas de Ferrari en la pasada década, con rendimiento más que aceptable. Luca de Montezemolo llegó a reconocer que hubiera subido a uno de sus coches a Rossi si la Fórmula 1 hubiera permitido contar con tres coches. En el seno de Maranello, el italiano dejó buen sabor de boca, con la sensación de que podría haberse adaptado a la categoría con tiempo y trabajo. También ha corrido algunos rallies. Quién sabe, quizá la carga aerodinámica y las superiores prestaciones de un prototipo vayan como anillo al dedo a Valentino Rossi, por aquello de que, cuanto peor, mejor.