El lamento, ahora más que nunca, de Alpine al dejar escapar a Fernando Alonso

Ahora que Pierre Gasly y Alpine han anunciado su matrimonio, la actualidad de Alpine, en la víspera del Gran Premio de Japón giraba también en torno a las consecuencias de la marcha de Fernando Alonso que con la situación y perspectivas deportivas inmediatas del equipo. Difícilmente se reconocerá en público, pero son varias las señales que sugieren al no renovar por dos años al asturiano tal y como él pidió, en el Grupo Renault empiezan a asumir que ha supuesto un error mayúsculo.

Hace unos días, se presentó en Tokio un vehículo de calle Alpine de edición limitada dedicado a Fernando Alonso. Seguramente, el lanzamiento de un coche especial, en reconocimiento a uno de los nombres más icónicos y reconocidos globalmente del automovilismo deportivo, fuera un acuerdo que estuviera plasmado en el contrato entre piloto y escudería. Desde el punto de vista de marketing, es un excelente aprovechamiento del programa de Fórmula 1. Para impulsar tanto la marca como el producto a nivel comercial. Sin embargo, sorprende un poco que este factor no se tuviera en cuenta a la hora de las negociaciones para extender el contrato del bicampeón del mundo con su equipo.

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¿Qué sentido tiene ahora sacar al mercado un coche que estará en los concesionarios cuando Fernando no esté en Alpine? Una de dos, o dieron por hecho que Alonso seguiría con ellos; o la falta de previsión en una compañía del calibre y la seriedad del Grupo Renault es alarmante. Desde el momento que das luz verde a lo que indudablemente es un acierto desde el punto de vista mercadotécnico, tienes que tener asegurado un mínimo de vinculación en la vida comercial del producto.

Por poner un ejemplo de otras acciones brillantes de cross-marketing en Fórmula 1, la tarjeta de crédito Santander-Ferrari tenía sus períodos de emisión y vigencia con márgenes temporales suficientes dentro del período contractual que unía a ambas compañías. Imaginen que el Santander dejara de patrocinar a Ferrari y fuera sustituido por otra entidad financiera y se encontrara en el mercado tarjetas de crédito de una compañía rival. Un sinsentido absoluto, ¿verdad? Por ello, es inevitable pensar que jamás se les pasó por la cabeza que Fernando Alonso no siguiera vinculado al equipo francés. Un fatal error de previsión que un buen psicólogo deportivo quizá les habría evitado con un escueto: "Cuidado con herir el orgullo de Fernando".

El riesgo es no asumir riesgos

Con la diferencia en la extensión de dos años de contrato, en lugar de "un año y al segundo ya veremos", quien conozca a Fernando sabe que no le hace gracia. Especialmente,para quien resulta fundamental sentirse valorado. Porque se está poniendo en la misma balanza a un piloto como Esteban Ocon (bueno, pero no excepcional) y a Oscar Piastri (potencialmente excepcional, pero absoluta incógnita). Obviamente, es un riesgo renovar por dos años a un piloto de 4, pero acaso cabe preguntarse si no supone más riesgo no correr ese riesgo, valga la redundancia.

El mismo Laurent Rossi, el CEO de Alpine, declaró recientemente que considera a Fernando Alonso el mejor piloto del mundo en estos momentos. Y admite que quizá el cariño lo reclamaba en forma de un contrato más largo que no podían darle. También reconoció que, de hacerlo, arriesgaban a perder a Piastri. Y daba por hecho que al asturiano quizás no le quede mucho, aunque asume que quizá se equivoque. El tono de Rossi empieza a sonar a recogida de cable o a darse cuenta que subestimaron la capacidad de Fernando de encontrar una oferta a su gusto. O sobrevaloraron su poder sobre quién tenía la sartén por el mango en la negociación.

Lo curioso es que en todo este asunto no se cuestiona nunca la posición de Esteban Ocon, que en el 'prime' de su carrera deportiva (26 años y cinco de experiencia en Fórmula 1), no puede con un piloto que ha superado ya la cuarentena. La lógica dicta que Fernando, aún siendo excepcional hoy día, no es igual de bueno de lo que podía ser diez años atrás. También se puede pensar que, atendiendo a lo que el propio piloto ha dicho, que estamos ahora volviendo a ver una versión como la del asturiano de los mejores tiempos. Sea cual sea el escenario, la realidad es que han confiado con un contrato a tres años a un piloto (Ocon), que en cuanto a velocidad está por detrás del piloto al que se lo niegan. ¿Dónde está el riesgo?

Errores de cálculo graves

Quizá hubiera sido menos riesgo mantener a Fernando y comprobar si Piastri es tan fenómeno como aparenta. De ser un talento excepcional, no habría tanto riesgo en asumir una decadencia en el nivel de forma de Alonso. De nuevo y a riesgo de equivocarnos, es el propio piloto el que ha dicho que en caso de que el crono diga que ya no es el mismo, él será el primero en dar un paso atrás. El problema real es que Renault, el propietario de la marca Alpine y su equipo homónimo de Fórmula 1, es mayoritariamente propiedad del Estado francés. Esto supone que, se reconozca o no, tiene que haber un piloto galo en el equipo.

De nuevo, las incongruencias comerciales o de marketing que mencionábamos al comienzo del artículo. ¿Si quieres proyectar a Alpine como una marca relevante de coches deportivos a nivel mundial, qué sentido tiene que la prioridad sea una cuestión local como la nacionalidad francesa de un piloto? ¿Qué sentido tiene prescindir del embajador más poderoso que tienes para elevar el perfil de tu marca, cuando no te aseguras al 100% su continuidad en el momento que comercializas un producto vinculado a su nombre?

Es una verdadera lástima, porque es posible que Fernando hubiera recogido los frutos de estos años de inversión y sinsabores en Alpine en las próximas dos temporadas. A fin de cuentas, un proyecto precioso también como es el relanzamiento de un nombre mítico del automovilismo como es Alpine, ahora se pierde a su principal embajador en el momento crítico de empezar a capitalizar su asociación. No duden que ese Alpine A110R edición limitada a 36 unidades dedicada a Fernando Alonso, se los van a quitar de las manos. Es un cochazo precioso y de un rendimiento espectacular, pero llegado el momento, a la hora de construir la marca, el protagonista ya no viste del azul del coche sino del verde de Aston Martin.