¿Es tan bueno Oscar Piastri como para que Alpine y Mclaren se peleen por él?

Mucho deben de creer Zak Brown y Andreas Seidl, los jefes de McLaren, en las virtudes como piloto de Oscar Piastri (Melbourne, Australia, 6 de abril de 2001) como para echar la casa por la ventana para ficharlo. Más allá de la batalla legal de la que han salido victoriosos frente a Alpine, hay que tener en cuenta el coste económico de la operación, cuando tienes que compensar a Daniel Ricciardo por finalizar anticipadamente su contrato. Y seducir con un buen salario al australiano para que abandonara Alpine.

Zak Brown es un auténtico lince para los negocios y, en el peor de los casos, esta operación va a salir para McLaren sin alterar nada su presupuesto para 2023. Y con una dupla de pilotos de su total agrado: Lando Norris y Oscar Piastri en lugar de Daniel Ricciardo. Independientemente de a quién se haga caso sobre la inversión, el esquema de fondo es el mismo, pues con el dinero que habría que pagar a Ricciardo el próximo año se pagará su indemnización y el sueldo de Piastri. Una señal clara de que esto ha sucedido así es que piloto y equipo han llegado a un acuerdo amistoso donde la compensación económica nada tiene que ver con el pago íntegro del contrato. De no haber sido así, a McLaren le compensaría elevar el asunto a los tribunales mediante un juicio.

Ricciardo optó por lo razonable que era rebajar mucho sus pretensiones económicas, sabedor que McLaren tendría muchas bazas a su favor para pagar una compensación muy baja por finalización anticipada. Cuando tu empleador te ofrece empleo en la misma empresa en otra posición y los resultados de tu rendimiento profesional no acompañan, es malo empecinarse en conseguir hasta el último euro, no vaya a ser que acabes perdiendo mucho más de lo que te ofrecieron. Y más todavía si McLaren podría haberle pagado integro el sueldo y dejarle en dique seco toda una temporada, en caso de que Ricciardo hubiera sido inflexible.

Un australiano a cambio de otro

Piastri es un compatriota suyo, diez años más joven, el que toma su puesto, pero la realidad es que Oscar no es un piloto joven más. Probablemente, será el talento más brillante de la nueva generación. Pocos pilotos en la historia de la Fórmula 1 pueden presumir, de hecho, de llegar con su palmarés, porque ganó en la Fórmula Renault Eurocup, ganó en la Fórmula 3 y ganó en la Fórmula 2 haciéndolo además en su año de debutante. Son unos logros extraordinarios en unos campeonatos donde la experiencia en los circuitos de un año a otro vale oro. La duda es ahora si Zak Brown lo ha fichado para tener una pareja de pilotos potentísima para los años venideros. O, por el contrario, su idea es, como se hace a menudo en el futbol, elevarlo al estrellato para que venga alguien con mucho dinero y se lo lleve.

Es la única explicación que queda para entender el extraño fichaje de Alex Palou con McLaren, porque obviamente estaba el caramelo de la Fórmula 1 de por medio. En la batalla legal que a su vez se dirime al otro lado del Atlántico entre Chip Ganassi y la escudería británica, la cosa parece menos clara o favorable que la que les ha enfrentado con Alpine. Los propios abogados de Palou, recriminaron que Ganassi "se interpusiera en los sueños de Fórmula 1 de su representado" y el plan podría consistir en preparar durante un año al piloto en simulador y entrenamientos libres y privados. En la eventualidad de que McLaren decidiera hacer caja con Piastri, tendría el relevo perfectamente preparado.

La extraña obstinación de Alpine

Lo que está claro, por otra parte, es que la resolución favorable a McLaren en contra de Alpine del CRB (Contract Recognition Board) deja en muy mal lugar a los dirigentes del actual equipo de Fernando Alonso, donde Piastri ejercía labores de piloto reserva. El organismo arbitral para la resolución de conflictos contractuales entre los equipos de la Fórmula 1 ha fallado, unánimemente, que Piastri tiene todo el derecho de irse a McLaren y que Alpine se equivocó al anunciar su contratación al día después de la marcha de Fernando Alonso. Puedes pensar que Ottmar Szafnauer y Laurent Rossi obraron de buena fe, basándose más en la palabra que en las obligaciones contractuales, pero lo que sorprende es su obstinación en seguir con sus planes como si no hubiera pasado nada.

Mientras que la postura de McLaren en el conflicto era la de mostrar confianza en tener la razón a nivel legal y esperar discretamente a la resolución del CRB, Alpine, aparte de reprochar públicamente la acción de Piastri, seguía teniéndolo como candidato número uno a cubrir la vacante de Fernando Alonso y proseguía con su trabajo en el simulador del equipo, cumpliendo sus funciones de piloto reserva. Ojo, en fecha tan reciente como el pasado Gran Premio de Bélgica. Es obvio, que cuando un piloto ha dicho públicamente que no quiere correr contigo, lo único que te queda es pelear por una posible compensación económica. Por tanto, es absurdo obligar a alguien a estar en un sitio donde no quiere estar.

Resulta del todo incomprensible que tengas a un piloto en plena guerra contractual con un equipo rival, trabajando en la evolución de tu coche y revelando, por tanto, una información que puede ser muy útil para un competidor directo. La resolución del ente arbitral aprobada por la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) ha desvelado, además, que el acuerdo vigente entre Piastri y McLaren se firmó el 4 de julio, el lunes después del Gran Premio de Gran Bretaña y casi un mes antes de que se anunciara la salida de Alonso de Alpine.

Cuando se le preguntó Andreas Seidel el porqué de la apuesta tan fuerte de McLaren por Piastri, el Team Principal de McLaren fue tajante: "Estamos absolutamente convencidos de su talento y de su potencial, es joven y está lleno de energía, tiene la dosis adecuada de autoconfianza, pero al mismo tiempo es muy humilde y consciente del desafío que tiene por delante". En el pasado, McLaren ha demostrado que sabe cómo manejar muy bien a dos jóvenes talentosos en su equipo y no debería ser distinto ahora. Para Oscar Piastri comienza la hora de la verdad, para demostrar si es nada más —y nada menos— que un gran piloto, o alguien llamado a ser leyenda de la Fórmula 1.