El sueño de Michael Fassbender en Las 24 Horas de Le Mans empieza con un accidente

No es ninguna novedad que una celebridad del mudo del cine participe en las 24 Horas de LeMans. En el pasado ya tuvimos buenos e ilustres ejemplos. El más notorio quizá fue el de Paul Newman, que acabó en segunda posición absoluta en 1979, pero hubo otros casos que llamaron también la atención como el de Steve McQueen (que se dice que lo hizo de incógnito en 1970), Jean Louis Trintignatnt o más recientemente Patrick Dempsey.

Precisamente con Dempsey comenzó a fraguarse la historia que culmina este próximo fin de semana con la participación en la mítica prueba automovilística de Michael Fassbender. Cuando ambos actores regresaban juntos en un vuelo de larga distancia de Londres a Los Ángeles, empezaron a hablar de ello y Dempsey le advirtió de lo difícil que se había puesto para un amateur participar en Le Mans y prometió ayudarle. El actor de ‘Anatomía de Grey’ vivió en primera persona en sus tres participaciones en Le Mans lo progresivamente difícil y restrictivo que se había convertido participar en la prueba cumbre de la resistencia automovilística y eso fue clave para que Fassbender tomara consciencia de la magnitud del reto.

Una dura selectividad

Con el objetivo de asegurarse un mínimo nivel de competencia en todos los pilotos y equipos participantes, el ACO (Automobile Club de ‘Ouest) a lo largo de la pasada década empezó a crear en colaboración con la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) las categorías de pilotos participantes en Platino, Oro, Plata y Bronce que bajo criterios de edad y palmarés formaliza una suerte de hándicap relativamente similar al golf o a la hípica para de ese modo nivelar la participación de equipos y pilotos en sus distintas categorías.

Cuando Fassbender decidió comprometerse a cumplir su sueño de participar en LeMans, el actor de 'X-Men' tuvo que asumir que para poder materializarlo iba a tener que realizar un programa de formación de nada menos que cuatro años para obtener la certificación de piloto ‘bronce’, que le permite el acceso a la categoría GTE-Am, la más baja del escalafón a nivel de pilotos pero con coches de un nivel similar a los de la categoría absoluta de vehículos de Gran Turismo. Es decir, poca broma con estos coches, porque por muy amateur que llamen a la categoría, son ‘aparatos’ que muerden y que por velocidad podrían haber optado a la victoria absoluta en la prueba hace no tanto tiempo.

Digamos, que la categoría bronce en la que Fassbender ya está certificado por la FIA, es la única realmente no profesional que engloba a todos aquellos pilotos que no han pasado por campeonatos oficiales de monoplazas o karting en sus inicios. Ahora bien, ojo con subestimar a estos pilotos, porque muchos de ellos, a pesar de no haberse dedicado profesionalmente al automovilismo, han adquirido un nivel altísimo de competencia en diversos campeonatos regionales o nacionales. Es decir, no son profesionales por falta de destreza sino básicamente porque el automovilismo ‘per se’ es un deporte que no permite a mucha gente poder dedicarse y vivir de ello. El actor vivió en sus carnes la dificultad nada más comenzar su aventura, protagonizando un importante accidente del que salió sin problemas de salud.

Un ingeniero español al mando

Por tanto, para que Michael Fassbender, pudiera simplemente optar a intentar clasificarse en las 24 horas de LeMans iba a tener que foguearse muchas horas en un circuito a bordo de coches ‘gordos’ y complementarlo con participaciones en campeonatos como la Porsche Supercup o las LeMans series. Por intermediación de Patrick Dempsey, Porsche Motorsport puso a disposición de Fassbender los medios necesarios para ese plan a cuatro años que sería documentado en una serie para YouTube llamada ‘Road to Le Mans’.

Para Porsche ha sido una muy acertada apuesta de marketing, porque mas allá del retorno de la inversión que puede producir su asociación con una figura de la popularidad del actor protagonista de taquillazos como ‘Malditos Bastardos’, la realidad es que Fassbender es un genuino apasionado del automovilismo, de Las 24 Horas de Le Mans y de Porsche como marca. En el proyecto, la marca de Stuttgart puso a dos hombres de la casa de su plena confianza, como son el piloto australiano Matt Campbell y el ingeniero español Roberto Gómez.

Campbell es un piloto ‘gold’ a sueldo de Porsche desde hace muchos años, que por su perfil trabajador y comprometido con la casa alemana, vieron que era la referencia perfecta para Fassbender y, por otro lado, Roberto Gómez se iba a encargar de coordinar todos los tests con un Porsche Supercup, para poder monitorizar todos los progresos en su pilotaje. La asociación ha funcionado a la perfección a lo largo de estos cuatro años porque el afamado actor pasó de estar en un circuito como el de Barcelona, a casi diez segundos de Campbell en sus comienzos, a rodar apenas dos segundos más lento hoy día, algo que es un verdadero logro en alguien con 45 años sin trayectoria previa alguna en este deporte.

“Es que Michael es un verdadero crack, como persona y como deportista -explica a El Confidencial Roberto Gómez-, siempre se lo ha tomado muy en serio y tiene un mérito enorme porque cuando sus compromisos en el cine le obligan, puede estar cerca de cuatro meses sin subirse a un coche. Eso sí, le ves que se cuida un montón, tiene la forma física de cualquier piloto profesional y en cuanto se pone en modo piloto, tiene una implicación total, nada que ver con la del típico gentleman-driver, porque el es de los que se pone a limpiar, a recoger, etc. Cuando le decimos que se esté quieto, él siempre dice ‘We are a team’. Te aseguro que esto es muy inhabitual.

Todo lo contrario a un divo

"La historia y este lugar hace que para mí, mi primera participación sea algo emocionante e intimidante a la vez, -dijo Fassbender en la rueda de prensa previa a la carrera-. Es casi surrealista estar aquí, pero venimos preparados y tengo el apoyo de Matt Campbell, que esta será su quinta participación en la carrera. Para mí hay muchas similitudes entre interpretar y pilotar, porque tienes mucha información que procesar y necesitas estar muy concentrado pero relajado a la vez. Correr es una sensación, la verdad muy adictiva, pero desde el primer momento asumí que si afrontaba el reto había que hacerlo al 100%.

Este compromiso es precisamente la cualidad que más destaca Roberto Gómez de todos estos años pasados trabajando con Fassbender. “Simplemente, tenías que verle como llegaba a los entrenamientos y como vivía las jornadas de test con el equipo. Era siempre el completo antidivo. En Le Mans, no dejarán de atosigarle por su enorme fama, pero su gran mérito era su humildad y dedicación cuando no están los focos delante. No es fácil implicarse a tope en todos esos momentos duros y poco apetecibles, que todo aquel que haya vivido mínimamente las carreras conoce bien".

Fassbender en principio disputará al menos dos relevos durante la carrera al volante del 911 RSR del equipo de Porsche Proton Competition, propiedad en parte de su amigo Patrick Dempsey. Los otros dos pilotos son el mencionado Matt Campbell y el canadiense Zacharie Robichon. Por mucho test y apoyo de Porsche que uno lleve, competir en las 24 horas de Le Mans hoy día son palabras mayores. Para el actor, probablemente el papel más arriesgado de su vida.