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Alarma en el motor español: tras Alonso, Sainz y Palou, la cantera se ha secado
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No se vislumbra relevo

Alarma en el motor español: tras Alonso, Sainz y Palou, la cantera se ha secado

Vivimos días de gloria con tres pilotos de nuestro país brillando a nivel internacional, pero por detrás el panorama es desolador. No hay grandes pilotos a corto plazo

Foto: Fernando Alonso y Carlos Sainz, juntos esta temporada. (Reuters/Christinne Muschi)
Fernando Alonso y Carlos Sainz, juntos esta temporada. (Reuters/Christinne Muschi)

Si echáramos la vista atrás hace diez años, nos daríamos cuenta de la magnitud del problema que se avecina para la afición española, porque la cantera se ha agotado y no aparecen candidatos. En aquellos años, vivíamos la época final de Pedro de la Rosa y Marc Gené, Fernando Alonso estaba en su apogeo y por detrás había un contingente importante de pilotos con mucho talento. El relevo más claro en aquel momento era Jaime Alguersuari que ya había debutado y mostrado un enorme potencial, pero justo por detrás venían pisando muy fuerte Roberto Merhi, Dani Juncadella, Roldán Rodríguez, Adrian Vallés, Andy Soucek o Dani Clos.

Todos los mencionados tuvieron puntualmente contratos como pilotos titulares o de pruebas con equipos de Fórmula 1, lo que da idea del brutal contraste de aquellos años respecto a la situación actual. Pero todavía es más preocupante la situación cuando vemos que en las categorías antesala de la Fórmula 1... la ausencia de pilotos españoles es tristemente la norma en la actualidad.

Salvo la presencia de David Vidales y Pepe Martí, en estos años en la Fórmula Renault Europea y la Fórmula 3 no se ve en el horizonte la llegada de chavales con el potencial para llegar a la Fórmula 1 en el corto y medio plazo. En los campeonatos de España de Karting y de Fórmula 4 han surgido pilotos como Darío Cabanelas, Mari Boya, Alex Lahoz o Lorenzo Fluxá que podrían tener potencial, pero les queda un camino muy largo aún para que se les pueda considerar futuribles de la máxima especialidad del automovilismo.

Talento por doquier

Hace diez años, no solamente teníamos muchos pilotos en la órbita de la Fórmula 1, sino que en las categorías inferiores la presencia de pilotos españoles era de lo más habitual. Había mucha cantidad, pero también calidad. Hoy, quizá, resulten totalmente desconocidos para el gran público nombres como Marcos Martinez-Ucha, Maxi Cortés, Alvaro y Marco Barba, Félix Porteiro, Alejandro Nuñez, Victor García, Miguel Molina, Albert Costa, Borja García, Celso Míguez o Bruno Méndez, pero todos ellos y algunos más compitieron y brillaron a muy alto nivel internacional en monoplazas.

De toda esta generación de oro de nuestro automovilismo, tan impresionante tanto en número como en talento, únicamente Roberto Mehri, Jaime Alguersuari y Carlos Sainz lograron debutar en un Gran Premio. 'Solo', por supuesto, relativamente hablando, porque con apenas 20 volantes disponibles, el mero hecho de correr un Gran Premio ya debe considerarse como una proeza. No sabemos si Alex Palou llegará a debutar en Fórmula 1 o no, pero en todo caso habiendo ganado el catalán ya un campeonato Indycar y flirteado con la victoria en las 500 millas de Indianápolis, se puede considerar que es un piloto que ha ‘llegado’ y triunfado en el automovilismo internacional.

placeholder El icono de una generación. (Reuters/Massimo Pinca)
El icono de una generación. (Reuters/Massimo Pinca)

¿Cuáles son las razones para un cambio tan brutal, en el que España ha pasado de tener una de las canteras más florecientes, a convertirse en el páramo actual? Como no puede ser de otra forma, hay varias razones que explican el desastre, pero una de ellas prima por encima de todas: el dinero. El progresivo empobrecimiento de España respecto a los países de su entorno a nivel europeo y respecto a los asiáticos a nivel global, ha golpeado de forma durísima las aspiraciones de los pilotos que poseían talento, pero carecían de los recursos económicos a nivel familiar o empresarial en cuanto a patrocinios.

Hay que recordar que en los años que surgió esa generación de oro, en España había un saludable campeonato de Fórmula 3 organizado por la empresa GT Sport de Jesús Pareja y a nivel internacional, un promotor español, RPM Racing de Jaime Alguersuari padre organizaba las World Series, un certamen que durante varios años se convirtió en la verdadera antesala de la Fórmula 1, por encima incluso de la GP2 (Hoy Fórmula 2). Ambos campeonatos desaparecieron y con ellos también la presencia de equipos españoles, que como ha ocurrido toda la vida a nivel internacional, la primera oportunidad normalmente se la dan a los pilotos de casa.

Un problema de difícil solución

Quizá España sea el país europeo donde más bruscamente se haya producido la sequía de talento, pero no son ajenos a este problema países con infinita más tradición y poderío en el automovilismo, como es el caso de Francia, Italia e incluso Alemania. Solo hay que echar un vistazo al campeonato español de Fórmula 4, (que es el único certamen que da opciones a los mejores pilotos surgidos del karting nacional), para darse cuenta de que el dinero hoy día viene de Oriente y de Norteamérica. Las soluciones no son fáciles ni mucho menos, porque si ya de por sí la Fórmula 3 y la Fórmula 2 siempre fueron muy caras, con la inflación actual la tarifa para acceder a un volante empieza en un millón y en tres millones de euros respectivamente. No hay bolsillo en España que lo aguante.

Foto: Ambientazo en el último Gran Premio de Monza. (Fórmula 1)

Es cierto que la Federación Española de Automovilismo podría hacer algo más recuperando, por ejemplo, aquellos programas 'Racing for Spain' que ayudó a muchos pilotos de nuestro país a abrirse paso internacionalmente, pero a tenor de los precios del mercado hoy día resulta francamente complicado convencer a empresas para que inviertan en patrocinio en las categorías antesala de la Fórmula 1. Al igual que ha ocurrido en otros países europeos, de forma muy notoria en Italia, la Hacienda pública, hoy día lejos de incentivar a las empresas para que inviertan en patrocinio deportivo, casi es al revés y aquellos que patrocinan se convierten de repente en objetivo de los inspectores.

Lo que si puede hacer la Federación Española de Automovilismo es presionar a la Federación Internacional, que junto a la Fórmula 1, siempre se muestra dispuesta a apoyar causas de lo más variado, obviando la principal causa que de verdad sí depende de ellos. Es un cruel sarcasmo que se les llene todo el día la boca a los dirigentes del deporte con el término 'igualitario0, cuando la Fórmula 1 quizá sea hoy más que nunca el deporte menos igualitario del mundo, porque el talento cada vez vale menos y el dinero de un padre multimillonario o de un país cada vez cuenta más. De no cambiar el panorama, el futuro se presenta desolador.

Si echáramos la vista atrás hace diez años, nos daríamos cuenta de la magnitud del problema que se avecina para la afición española, porque la cantera se ha agotado y no aparecen candidatos. En aquellos años, vivíamos la época final de Pedro de la Rosa y Marc Gené, Fernando Alonso estaba en su apogeo y por detrás había un contingente importante de pilotos con mucho talento. El relevo más claro en aquel momento era Jaime Alguersuari que ya había debutado y mostrado un enorme potencial, pero justo por detrás venían pisando muy fuerte Roberto Merhi, Dani Juncadella, Roldán Rodríguez, Adrian Vallés, Andy Soucek o Dani Clos.

Fórmula 1 Fernando Alonso Pedro Martínez de la Rosa