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Jaime Alguersuari: "Aún me vienen sueños muy raros y extraños de la época que viví en la F1"
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Jaime Alguersuari: "Aún me vienen sueños muy raros y extraños de la época que viví en la F1"

El expiloto de Toro Rosso y debutante más joven de la historia en su momento se abre en canal en El Confidencial para explicar su peripecia vital tras su traumática salida de la Fórmula 1 y su reconversión en músico en los últimos años

Foto: Alguersuari, en su etapa como piloto de Red Bull. (Getty/Peter Fox)
Alguersuari, en su etapa como piloto de Red Bull. (Getty/Peter Fox)

Con solo 19 años, Jaime Alguersuari se convirtió en el debutante más joven de la historia de la Fórmula 1, y sin haber tocado antes un monoplaza. De la noche a la mañana, Red Bull le llamó para disputar el Gran Premio de Hungría de 2009. También de la forma más inesperada y traumática, otra llamada puso fin en los últimos días de 2011 al sueño de su vida. Tras tiempos de zozobra personal, Alguersuari se reconvirtió vitalmente a través de otra de sus pasiones, la música. Hoy es un prestigioso DJ internacional, pero en estos dos últimos años ha vuelto a competir al más alto nivel en el karting y recientemente tomó parte en el Campeonato del Mundo en Le Mans.

¿Por qué aquella decisión? Alguersuari ofrece la respuesta, o la ausencia de ella. De la noche a la mañana, aquella ejecución sumaria transformó la vida de uno de los pilotos más prometedores de su generación, abriendo un vacío vital a sus pies y dando salida a sus diablos interiores. Sobre esta singular trayectoria, el propio Alguersuari se abre como pocas veces con aspectos desconocidos de su experiencia en una entrevista larga y a corazón abierto con El Confidencial. Algunas revelaciones resultan, cuanto menos, sorprendentes...

placeholder Con 19 años, Alguersuari fue el debutante más precoz de la F1. (EFE/Diego Azubel)
Con 19 años, Alguersuari fue el debutante más precoz de la F1. (EFE/Diego Azubel)

PREGUNTA. Empecemos sin calentar y por la vía directa. ¿Quién es hoy Jaime Alguersuari?

RESPUESTA. Es un chico que está muy orgulloso de su pasado, muy contento de dedicarse a algo que le hace feliz, que siempre ha tenido a su lado un 'hobby', la música, y que se ha convertido en su trabajo. Al final, soy las dos cosas: he sido un piloto de coches y ahora soy un músico, un productor de música, un DJ, amigo de sus amigos y fan del automovilismo, que lo sigo siendo. Y muy realista con mi situación, de saber quién es Jaime Alguersuari.

P. Cuando te dices realista, ¿te refieres a la suerte de haberte dedicado en la vida a ser piloto de carreras, de Fórmula 1, y músico ahora?

R. Totalmente, sí, un privilegiado de la aventura que he tenido, y de ver el vaso medio lleno y de dejarlo de ver medio vacío, como una vez. Absolutamente.

P. En el Jaime Alguersuari piloto, ¿siempre estaba dentro el Jaime músico? Porque el automovilismo requiere vivirlo en cuerpo y alma. No es fácil en este mundo convivir internamente con ambas vertientes.

R. La música era para mí tiempo libre, me iba al estudio, hacía música, y tuve la suerte de empezar a publicar algo. Al principio lo llevaba bien, el problema ocurrió cuando me retiré. Porque la música me ha salvado, sin la música no sé qué hubiera hecho en mi vida. Sabía que no quería seguir en los coches, no me hacía feliz, no me brillaban los ojos por la mañana. Al final, mi sueño era ser el mejor en mi trabajo en la categoría que estaba. Cuando eso no puede ocurrir y no encuentro un sitio donde sentirme cómodo, necesitas encontrar esa conexión, esa energía, esa pasión que te lleva hacia delante para ser mejor que los demás, como la Fórmula 1 me había llevado hasta entonces.

Tuve la suerte de ser ayudado por Red Bull durante muchos años, hasta que decidieron prescindir de mí. Y no acepté ese cambio. No lo entendí. Pasé por un momento psicológico y emocional muy complicado, que me hizo ser una persona infantil… Se puede entender, eres joven, tienes ambiciones, quieres ser campeón del mundo, lo ves cerca. Pero, de repente, cuando eso ocurre, es el caos, no entiendes la vida de otra manera. Por ello, la música me acogió como "aquí te vamos a dar un espacio, donde puedes comunicarte, llorar, reír, donde puedes conectar y dejarte llevar". Es lo que me pasó, por eso creé Squire, un nombre, que es como mi segundo yo, pero siendo Jaime. Era mi nuevo yo. Y no Jaime Alguersuari, porque este fue alguien que ya fue, y no volvería a ser nunca. Así me veía hace unos años. Esta es un poco la historia.

placeholder Alguersuari no recibió explicaciones de por qué no siguió en Red Bull. (EFE/Félix Heider)
Alguersuari no recibió explicaciones de por qué no siguió en Red Bull. (EFE/Félix Heider)

P. Con esta vocación por la música y la creatividad dentro, que es expresión de sensibilidad, tenías que vivir en el mundo más despiadado. ¿Cómo defendías esa vertiente interior en un mundo así? ¿Cómo la gestionabas? Más en Red Bull, el más despiadado de todos los equipos. ¿No vivías en conflicto interior permanente?

R. Es una muy buena pregunta, no me la habían hecho nunca. Tienes razón. La Fórmula 1, la competición, es un mundo egocéntrico, donde uno gana y los demás pierden. En la música no hay competición, hay un artista que te gusta más, no un número uno y un cincuenta. El arte es muy subjetivo, no hay una lista de inscritos. En los coches es distinto, más en la Fórmula 1. Hay dos coches, te comparan con el de al lado, es un mundo muy mediático, y cuando pasas a ser un personaje, pasas a ser opinión de todo el mundo, tanto para bien y para mal.

Hay entonces una mezcla de emociones y sentimientos que te hacen distinto como persona, y crean una… una coraza. Cuando tenía veinte años era de una manera, y ahora soy de otra. Miras atrás, y veo a un Jaime con una coraza muy gorda, lleno de ego, de espinas que pinchan, porque intentas protegerte del dolor que llevas dentro. Pero repito, no es algo negativo, fue la universidad que viví, todo lo que aprendí, y eso me hizo mejor. Allí evolucioné, para ser lo que soy ahora y el desarrollo en el que he estado. Así que lo veo como algo positivo.

P. Si la vida es un camino de enseñanzas a través de las experiencias que nos hacen evolucionar y madurar, la tuya es casi de libro: llegas a la Fórmula 1 muy joven, brillas, pero todo se evapora. Luego, reconvertirse vitalmente en un mundo tan distinto… ¿Aquel desmayo que sufriste en la carrera de la Fórmula E en Moscú fue un aviso interior que te decía que no podías seguir así? ¿Había otro Jaime que gritaba por salir?

R. Mira, yo creo que el cuerpo es la representación del alma, y al final tienes que escucharte. Se lo puedes preguntar a mi ex compañero de equipo en la Fórmula E, Sam Bird. Era un año muy difícil con el coche. Yo no quería viajar, no quería ir a las carreras. No me levantaba con ganas de hacer aquello no disfrutaba cuando me ponía el casco, compitiendo. Mi cabeza seguía en la Fórmula 1, y seguía con la misma película. "¿Cómo es posible que hubiera pasado?". No había pasado página aún.

Podrías pensar: "sigues siendo un privilegiado", pero yo no lo veía así. Tenía una grandísima frustración dentro que no me dejaba vivir. Tenía un odio que no era solo contra Helmut Marko y Red Bull. Era contra el mundo en el automovilismo. Pero yo no quería ser alguien amargado, al final es lo que muchos veían desde fuera. Ahora lo veo cuando leo las entrevistas de entonces. Me digo: "¡ostras, es que este chico no estaba bien!". No vivía en consonancia con el mundo. Y mi cuerpo iba somatizando todo eso, aguantando una vida que llegó un momento que explotó. En Moscú aquello fue un aviso físico, que a mí no me había ocurrido en mi vida. Tuve que parar. Porque no estaba bien. Necesitaba un reseteo en mi vida. A partir de ahí las cosas cambiaron, y han sido muy distintas.

placeholder Alguersuari decidió retirarse de la competición en la Fórmula. (EFE/Jens Buettner)
Alguersuari decidió retirarse de la competición en la Fórmula. (EFE/Jens Buettner)

En Red Bull, en la Fórmula 1, no vivías con tranquilidad, incluso haciendo grandes resultados. Hacías un gran trabajo, y nunca salías con la sensación de que el trabajo estaba hecho y todo el mundo está contento. Te felicitaban más tus rivales que la gente de tu equipo. Y esa sensación la vivías desde los quince años. Nunca nada era suficiente. Y si te fijas, es el patrón de Max Verstappen con su padre. Esa es la escuela de Red Bull, la que yo viví.

P. Estábamos juntos en la sede de Cepsa [el patrocinador del equipo, anunciando el patrocinio para el año siguiente] y al día siguiente llegó la noticia de que no seguías. Fue un 'shock' para todos, pero para ti…

R. Te acuerdas de eso, ¿verdad? Imagínate. Es acojonante…

P. Es que, además, Jaime Alguersuari fue el pionero de esa precocidad casi salvaje que Red Bull instauró y ha mantenido, cuando te lanzaron en paracaídas al debut en Hungría, sin haber tocado nunca antes un Fórmula 1. "Ahí te las arregles".

R. Aquello fue una barbaridad, tenía 19 años. No tanto por la edad, sino por no haber cogido el coche y lanzarme a mitad de año. En aquel momento era la cabeza del Junior Team, había ganado la Fórmula 3 en Gran Bretaña, y se les ocurrió aquello. Pero era la única oportunidad que tuve, quizás no fue la mejor, pero era la que había. No estaba preparado para meterme allí, en todos los sentidos, pero no había otra. No puedes decir que no porque no sabes cuándo va a volver a pasar. Red Bull se siente de alguna manera como tus padres, porque son los que han pagado tu carrera para que corras, y toman las decisiones.

Te voy a decir una cosa: aún sueño, cuando duermo me vienen sueños muy raros, muy extraños de toda esa época. Sobre todo de la impotencia y la frustración de nunca llegar, de ver al señor Marko siempre enfadado, pegándome broncas. Como si fuéramos niños. Me veo así. Esto ha creado un trauma, y estoy convencido que también lo viven Buemi, y muchos más. Yo no he podido limpiar esto, mira que he hecho terapias, y cuando me retiré me ayudaron varios psicólogos para tratar esto para hacer una nueva vida, pero quería tratar esto para limpiar todo lo que había vivido antes. Ahora, aun así, me vienen cosas raras a la cabeza. Y a veces me despierto como llorando, en momentos de haber hecho una gran vuelta, y encontrarme la cara del señor Marko que está enfadado. Todo esto, desde que tienes quince años… Llamadas raras que te cuelgan en un minuto, que de alguna manera…

P. Después de lo que hicieron con Buemi y contigo, parece que Red Bull se ha portado mejor con los pilotos que ha ido dejando fuera de sus coches, sobre todo en la Fórmula 1. Les ha seguido, de alguna manera, acogiendo aunque les baje de los programas. Lo vuestro fue una ejecución sumaria. ¿Te explicó Helmut Marko, con el tiempo, por qué aquella decisión tan radical de apartaros del equipo a pesar de los buenos resultados?

R. Nunca más le he vuelto a ver [silencio]. Y me gustaría. Lo único que sé de todo aquello es que cuando me llamó Franz Tost al día siguiente del evento de Cepsa a las ocho de la mañana para decirnos que Red Bull no podía ayudarnos más y que tenía malas noticias… Y me colgó. Porque imagino que no quería hablar conmigo. Cojo el teléfono, y llamo directamente a Helmut Marko. "¿Esto es una broma?". "Ya te has enterado ¿no?". "¿De qué va esto, Helmut?". Y me dice: "No he podido hacer nada". [Silencio]. Está hecho, han pasado los años, pero me dio a entender que en Red Bull no decide no solo uno, sino un 'board' detrás, con diferentes intereses. Pero me quedó claro que no decide Marko, por lo que me dijo. Y esa fue la última vez que hablé con él. Cuando hice de comentarista con la BBC le saludé en el 'paddock', nada más.

P. Tenías un perfil un tanto independiente en Red Bull, para el perfil de la marca. ¿Sientes que fuiste una especie de verso suelto en Red Bull?

R. Yo creo que ni yo ni Carlos gustamos nunca a Red Bull…

P. ¿Cómo?

R. Ni yo ni Carlos… Nos ayudaban porque había talento y valíamos la pena. Pero en el fondo buscan otro perfil de piloto. Lo digo con la mano en el corazón. Red Bull quiere encontrar pilotos en medio de un lago, que no sean conocidos, ni su familia, ni sus amigos, y que solo dependan de Red Bull. No era el caso de un piloto que su padre era promotor de las categorías antes de la Fórmula 1 y que tenía una posición y un voto en el sector. Y en el caso de Carlos, más de lo mismo. Es mi visión, me puedo equivocar… En mi caso, el favorito era mi compañero de equipo, Brendon Hartley, pero gané yo la Fórmula 3 y no les quedó otra. En Toro Rosso yo le ganaba a Buemi, sin embargo, él siguió siendo ayudado. En mi caso, Newey dijo que yo había rechazado la opción de tercer piloto, y no era cierto, a mí nadie me había dicho nada.

P. Todo este bagaje inicia un nuevo proceso personal. Llegas a la música. ¿En la música encuentras cosas que te han servido de las carreras?

R. Muchísimas. De hecho, casi todo. La música no es tan distinta a la Fórmula 1 y a la vida. Tienes que ser bueno, hacer un buen producto, entender cómo funciona una pista de baile. Si un artista es bueno, encuentra apoyo como un piloto. Pero esto no quita que haya muchísimo trabajo detrás y muchas horas de estudio y dedicación. Ahora he tocado con Carl Cox, una referencia de música electrónica de toda la vida, uno de los DJ más importantes del mundo, y ha sido una casualidad. Es un enamorado de las motos y los coches, tiene varios equipos en Nueva Zelanda y Australia, y lo que nos conectó fue el motor. Me ha invitado a su residencia en Ibiza, vamos a tocar juntos ahora en Madrid…Claro que me abre un mercado, la gente no entiende que estuve en la Fórmula 1 y ahora haga esta música [risas].

placeholder Alguersuari se ha planteado volver a la competición, pero la música es más fuerte. (EFE)
Alguersuari se ha planteado volver a la competición, pero la música es más fuerte. (EFE)

P. Cuando uno está integrado como una sola pieza pilotando un Fórmula 1, o en pleno proceso creativo, o tocando ante el público… ¿Son estados de trance? ¿Se viven sensaciones similares?

R. Totalmente. En el estudio, el ochenta por ciento del tiempo es prueba y error. Pero cuando sale algo que te motiva, como una melodía, cuando trabajas con un cantante. Cuando haces algo que sientes dentro te dices "¡Ostras, esto es algo muy especial!", y cuando acabas la canción, la tocas con público y ves a la gente es una sensación increíble, de plenitud total. Y ese estado se podía comparar cuando estás dentro de un coche, tienes una conexión brutal y haces una vuelta que sabes que has sacado el 120 por cien, y es magia.

P. Ahora que has vuelto a probar la competición, ¿no te has planteado volver? El desafío de volver a alto nivel, por ejemplo, ¿el Mundial de Resistencia?

R. ¿Sabes qué pasa? Es una buena pregunta, que me la he hecho estos días, sobre todo cuando he corrido en Le Mans con los mejores del mundo de categoría y estoy cerca, y si veo que hago cuatro cinco carreras sé que puedo estar ahí, lo veo. Incluso con 32 años. Pero esto significaría que le debo restar horas a lo mío. Si quieres llegar a algo en la vida, lo tengo clarísimo, hay que entregarse en cuerpo y alma. Y si hiciera eso, le quitaría intensidad a la música. Yo no creo que tenga un talento especial para los coches y la música, pero lo que he hecho es trabajar muchísimo. No he parado de trabajar. Si tuviera que restar horas de trabajo a la música, se las quitaría. Y es mi momento, me empieza a ir bien, después de la pandemia, que ha sido difícil, tengo una buena agencia, estoy bien posicionado… Por eso, no puedo dejarlo.

Con solo 19 años, Jaime Alguersuari se convirtió en el debutante más joven de la historia de la Fórmula 1, y sin haber tocado antes un monoplaza. De la noche a la mañana, Red Bull le llamó para disputar el Gran Premio de Hungría de 2009. También de la forma más inesperada y traumática, otra llamada puso fin en los últimos días de 2011 al sueño de su vida. Tras tiempos de zozobra personal, Alguersuari se reconvirtió vitalmente a través de otra de sus pasiones, la música. Hoy es un prestigioso DJ internacional, pero en estos dos últimos años ha vuelto a competir al más alto nivel en el karting y recientemente tomó parte en el Campeonato del Mundo en Le Mans.

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