Es noticia
España, entre los países de la UE donde las familias gastan menos dinero en libros
  1. Cultura
Un 0,5% del gasto del hogar

España, entre los países de la UE donde las familias gastan menos dinero en libros

Aumenta el consumo de libros y el número de lectores frecuentes, pero España se sitúa a la cola de la lectura en Europa

Foto: Fiesta de Sant Jordi en Barcelona el año pasado. (Europa Press/Kike Rincón)
Fiesta de Sant Jordi en Barcelona el año pasado. (Europa Press/Kike Rincón)

Las calles se llenan de rosas, libros, autores, firmas y las editoriales no descansan. Hoy es uno de los grandes días para la literatura y los lectores: es Sant Jordi. “Cuando me acabo un libro, me compro otro”, asegura Mario, un joven español de 24 años que trabaja en el mundo de la investigación de mercados. Confiesa que introdujo la lectura hace relativamente poco en su rutina, principalmente por el tiempo que pasa en el transporte público. Así sustituye la pantalla por el papel y dedica “mínimo una hora” a este hobbie. Helena, ingeniera de la misma edad, estima que al año invierte unos 200 euros en formatos impresos. “Me gusta aprovechar fechas señaladas como mi cumpleaños para pedirlos porque soy consciente del precio”, matiza.

En el último año, ella ha leído más de 15 libros. Él prefiere no llevar la cuenta y limitarse a disfrutar de la experiencia. Ambos pertenecen a ese 64% de lectores en su tiempo libre y, a su vez, del 52% de lectores frecuentes que refleja el último Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros en España 2023, elaborado por Conecta para la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).

En la última década, el número de lectores frecuentes, aquellos que leen a diario o todas las semanas, ha crecido un 4,8% si bien se mantiene estable en los últimos años. La población no lectora, que supone algo más de uno de cada tres españoles, se ha mantenido estable.El perfil medio del lector en España es el de una mujer joven. El 68,6% son lectoras y el 74% de las personas que leen habitualmente tienen entre 14 y 24 años. De estos, cerca de la mitad siguen comprando libros en físico.

“Las tendencias son muy claras y en España partimos de una posición que no era del todo buena”, aclara el director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores, Antonio Mª Ávila. Reflexiona sobre el gran avance de nuestro país y matiza que los lectores habituales no solo se mantienen, sino que no ha dejado de crecer desde el 2000. Eso sí, asegura que este desarrollo no es “igualitario” en el momento en que el perfil del lector es tan marcado y cuando las ciudades sustentan el peso de este hábito frente a las zonas rurales.

A un ritmo incluso superior que el incremento del hábito de la lectura ha crecido también la compra de libros (sin incluir libros de texto). Desde 2012, el crecimiento acumulado es de casi 13 puntos porcentuales. Así, en 2023, un 53,2% de la población española compró algún libro.

La evolución es positiva para España, pero al atender al contexto internacional la comparativa muestra que sigue quedando recorrido. Los últimos datos publicados por Eurostat sobre el gasto en libros, periódicos y otros materiales de papelería, sitúan a Eslovaquia a la cabeza del 'ranking' de inversión por hogar, con casi un 2% del presupuesto en 2021. Le siguen Croacia (1,8%), Noruega (1,6%) y Alemania (1,5%). Mientras, países como España, Grecia o Rumania quedan por debajo con un 0,5% de inversión. El gasto medio europeo en publicaciones es del 1,1%.

Crece la venta por internet

Desde 2020, y con la influencia de la pandemia, no solo ha cambiado el presupuesto que se invierte en libros en el contexto europeo, sino también las vías de obtención. En 2023, y según datos publicados por Eurostat, Suiza fue el país que más libros, revistas y periódicos compró por Internet, con un 25,7% de individuos. Le siguen Países Bajos (23,5%) y Noruega (22,7%). En este caso, España queda por encima de la media europea (13,4%) con un 14,9%, aumentando en casi cuatro puntos porcentuales a las cifras de 2020.

Atendiendo ahora a las cifras publicadas por el Ministerio de Cultura y Deporte, en nuestro país seguimos apostando por los puntos de venta físicos, principalmente en librerías. De esta forma, solo el 26% compra por internet, una opción que en 2012 solo contemplaba el 4% de la población. La cifra es más elevada que la de Eurostat porque no se incluyen las revistas y los periódicos.

Ahora bien, una cosa es gastar dinero y otra la inversión de tiempo. En este sentido, el ejemplo de Grecia es bueno para explicar la diferencia. El país heleno se sitúa por debajo de la media europea en compra de libros, pero solo el 35% de su población asegura no haber leído ni un solo libro en el último año, según la encuesta realizada por encargo de la OCMA por Nikos Panagiotopoulos, catedrático de Sociología de la Universidad Nacional y Kapodistríaca de Atenas, y la empresa de sondeos Metron Analysis.

Akis, de 32 años y procedente de Grecia pertenece a ese 35%: "Admiro a la gente que lee, yo no tengo paciencia. Pero tampoco me pierdo nada, porque veo películas y dedico ese tiempo a Internet". El 65% restante, a cambio, lee al menos un libro al año. Aún así, Grecia sigue siendo un país lector. El 19% de la población lee entre uno o dos libros al año, el 15% entre 3 y 5, un 14% aumenta el ritmo entre los 5 y los nueve, y solo un 17% asegura leer más de 10 al año.

Según la última encuesta de la Asociación de Editores Italianos, el 74% de los italianos de entre 15 y 74 años ha leído al menos un libro en el último año, según la última encuesta de la Asociación de Editores Italianos. Esta cifra es superior a los datos anteriores a la pandemia (2019), cuando el porcentaje se situaba en 68%.

Foto: Foto: EFE/Luis Millán.

Pero siguiendo los datos del Instituto de Estadística Italiano (Istat), el aumento de lectores no ha ido acompañado de una mayor asiduidad: solo el 67% tiene un hábito de lectura semanal, frente al 72% de 2019, de acuerdo al último informe de 2022 sobre el tema.

Aunque a veces peco con las grandes superficies, procuro ir siempre a librerías de barrio”, confiesa Mario. Como él, muchos apuestan por apoyar a las pequeñas librerías y por continuar con el papel. En su caso, prefiere el formato de bolsillo por la comodidad para leer en transporte público. Eso sí, no se ve pasando por el soporte digital.

Sin embargo, este viene para quedarse. Se trata de una tendencia mundial que para muchos ha supuesto un cambio en la forma de consumo. En España, parece venir unido a la percepción de gratuidad en este formato. De hecho, Helena es capaz de mencionar varias plataformas de las que obtener en menos de un segundo cualquier título en prácticamente cualquier idioma.

A los italianos también les gusta el olor a papel. El formato impreso sigue siendo, de hecho, el más popular en Italia, con un 69,8% de lectores que elegirán exclusivamente esta modalidad en 2022 (Istat). Sin embargo, los formatos digitales ganan terreno: el 12,4% lee solo libros electrónicos, mientras que los audiolibros siguen siendo una rareza, a pesar de las numerosas inversiones en el sector: según Istat, solo los elige un nicho del 0,5%.

Según la Federación de Gremios de Editores de España, los dos problemas que frenan el avance de la lectura son la piratería y el sistema de bibliotecas públicas: “Posiblemente se pudieran vender muchos más libros si no fallaran estas dos cosas”. Recuerda que en la Ley del Libro de 2007 se puso en marcha un presupuesto importante para el fomento de la red de bibliotecas, pero acabó siendo recortado por la situación económica de la crisis de 2011.

Así, en España somos un país que apuesta por la compra de los libros, pero cuyo joven sistema de bibliotecas (apenas 20 años), no sustenta o propicia una promoción de la lectura en el país.

Colegios o bibliotecas: el liderazgo de la promoción

“No creo que se deba forzar a nadie a leer, en todo caso sí que intentaría fomentarlo desde pequeño”, asegura Mario. En España, se asocia la introducción a la literatura desde el ámbito de la educación. Sin embargo en otros puntos de Europa conciben que ese rol lo tienen otras entidades públicas como las bibliotecas.

En el último año, y de acuerdo al ya mencionado Barómetro de Hábitos de Lectura, solo un 26% de la población ha acudido a alguna biblioteca o bibliobús. En cambio, en países como República Checa, los organismo tanto públicos como privados juegan un papel fundamental en la promoción de este hábito. Por un lado, la asociación de bibliotecarios y bibliotecas públicas y de bibliotecas locales, financiadas con dinero público, y por otro, fundaciones como Reading Helps, que cuenta con ayudas y concede pequeñas subvenciones. Ambas ramas enfocan sus esfuerzos en apoyar iniciativas para que los niños lean.

Así, se acumulan numerosas fechas donde la población joven puede acercarse al mundo de la literatura: “Día del libro infantil”, “Noche con Andersen”, “Marzo - el mes de los libros”, “Gran octubre de lectura conjunta”, … Es la red de bibliotecas públicas y escolares quien las promueve en su mayoría. Constituida por unas 12.000, esto se traduce en una biblioteca por cada 918 habitantes.

En general, también se organizan campañas específicas en torno a las ferias del libro y las convocatorias de premios literarios, pero ahí el propósito es en parte comercial. Se trata de una situación familiar aquí en España, donde la lectura obtiene su espacio público en eventos como hoy con Sant Jordi o la próxima Feria del Libro de Madrid.

Foto: Imagen del 8ª Congreso de Bibliotecas Móviles. (ACLEBIM)

Por su parte, en los últimos diez años, el gobierno italiano ha puesto en marcha numerosas iniciativas para fomentar la lectura y apoyar a la industria editorial. Entre ellas figuran "Il Maggio dei Libri" y "Io Leggo Perché". Ambas están centradas en la participación de escuelas, bibliotecas y asociaciones culturales, para la creación de espacios para la difusión cultural o el desarrollo de sistema de donación de libros.

Las bibliotecas no son el punto fuerte de los helenos. Kostas Dardanos vive y trabaja en Atenas y dirige la histórica editorial "Gutenberg". En su amplio recorrido asegura que su país “no cuenta con una red organizada de bibliotecas para que todos los niños puedan acercarse a los libros desde una edad temprana”, aunque se han llevado a cabo numerosos intentos fallidos. Defiende que la falta de bibliotecas hace que la mayoría de los niños no tengan la oportunidad de adquirir un "bagaje cultural" y acceder así en “igualdad de condiciones al conocimiento y, por ende, al mercado laboral”.

Los libros mantienen a raya los precios

La escalada de precios general que Europa vive en los últimos años ha afectado en menor medida a los libros. Mientras que la vida en general se ha encarecido un 23,8% desde 2019, en el caso de los libros lo ha hecho un 12,4%, según el Índice Armonizado de Precios al Consumidor (IPCA) mensual. Esto se traduce en que el precio de los libros en la Unión Europea está creciendo a un ritmo más lento que el de los bienes de consumo en general.


Así, el contexto para el mundo editorial parece favorable. En el caso de la vecina Italia y según los datos del Istat, la producción editorial en 2022 creció tanto en producción editorial (+1,3%) como en tiradas (+1,7%) respecto al año anterior. La demanda de libros y la sed de cultura, según las encuestas más recientes, son de momento más fuertes que la inflación. Desde la Federación de Gremios de Editores de España lo tienen claro: "Si queremos progresar, no hay más remedio que leer".

Las calles se llenan de rosas, libros, autores, firmas y las editoriales no descansan. Hoy es uno de los grandes días para la literatura y los lectores: es Sant Jordi. “Cuando me acabo un libro, me compro otro”, asegura Mario, un joven español de 24 años que trabaja en el mundo de la investigación de mercados. Confiesa que introdujo la lectura hace relativamente poco en su rutina, principalmente por el tiempo que pasa en el transporte público. Así sustituye la pantalla por el papel y dedica “mínimo una hora” a este hobbie. Helena, ingeniera de la misma edad, estima que al año invierte unos 200 euros en formatos impresos. “Me gusta aprovechar fechas señaladas como mi cumpleaños para pedirlos porque soy consciente del precio”, matiza.

PULSE
El redactor recomienda