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Bibliobuses: el largo y desconocido viaje de la literatura hacia la España rural
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DÍA DEL BIBLIOBÚS

Bibliobuses: el largo y desconocido viaje de la literatura hacia la España rural

Este domingo se celebra en España el Día del Bibliobús, una iniciativa que pretende dar a conocer el servicio de bibliotecas móviles que atienden a una cuarta parte de la población española

Foto: Imagen del 8ª Congreso de Bibliotecas Móviles. (ACLEBIM)
Imagen del 8ª Congreso de Bibliotecas Móviles. (ACLEBIM)

El 23 de enero de 1939 el vehículo que desde mayo del año anterior se encargaba de transportar los libros del Servicio de Bibliotecas del Frente cambió su ruta habitual. A pesar de que había sido acondicionado con estanterías especiales y disponía de un espacio interior amplio, aquel día la biblioteca móvil no cargaba con los ejemplares que entretenían a los soldados en sus escasos momentos de ocio. El avance de las tropas fascistas parecía definitivo, y nombres tan ilustres de las letras catalanas como Mercé Rodoreda, Francesc Trabal, Armand Obiols o Joan Oliver entre otros decidieron utilizar el bibliobús con el que la literatura había llegado a cada rincón del frente para alcanzar el exilio y ponerse a salvo.

El rastro del vehículo se perdió en Perpiñán, pero la figura del bibliobús no desapareció con él, y desde entonces ha sido un instrumento fundamental para acercar la cultura a las zonas rurales y los núcleos de población en los que, por su tamaño, no existen bibliotecas públicas. Una tarea silenciosa y poco conocida que cada 28 de enero se reconoce con la celebración del Día del Bibliobús, en el que también se rinde homenaje a aquellos que cada día realizan decenas de kilómetros para llevar a los lugares más apartados de la geografía española libros, periódicos, revistas o música.

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Cada día 77 bibliotecas móviles recorren las carreteras de nuestro país para atender a casi once millones de españoles, una cuarta parte de la población que recibe servicios bibliotecarios. Madrid, con trece vehículos, y Barcelona con diez son las provincias españolas con mayor número de bibliobuses, mientras que por regiones, la mayor concentración se da en Castilla y León con 31 vehículos. En total, 1.920 municipios españoles, de los que el 81% no supera los mil habitantes, son el destino de estas bibliotecas móviles en las que la literatura y el mundo rural se dan la mano para combatir el aislamiento de una forma educativa y lúdica.

placeholder Bibliobús de papel para conmemorar el día de las bibliotecas móviles en 2017. (Trini Suárez)
Bibliobús de papel para conmemorar el día de las bibliotecas móviles en 2017. (Trini Suárez)

La experiencia del bibliobús

Una de las personas que más sabe de bibliobuses en nuestro país es Roberto Soto Arranz, jefe de sección de la coordinación de bibliotecas de la Diputación de León y presidente de la Asociación de Profesionales de Bibliotecas Móviles de España (ACLEBIM). Arranz trabajó durante trece años en un bibliobús y conoce de primera mano las necesidades de un sector que tiene que ver cómo los medios de que disponen dependen muchas veces de personas que no conocen su labor. "La población española", explica por teléfono, "se concentra en núcleos urbanos donde el bibliobús no se conoce. El peligro de esta situación es que las decisiones que afectan al servicio de bibliobuses se toman en las ciudades, con lo que tenemos que hacer hincapié para que la población urbana lo conozca."

Según Soto, el principal problema al que se enfrentan las bibliotecas móviles en España es que carecen de un plan que garantice y fije "desde un principio qué servicios vas a dar, qué medios vas a tener, qué personal va a intervenir y de qué presupuesto vas a disponer todos los años. En el momento en el que alguno de estos elementos no está fijado, siempre estás pendiente de que nazcan o desaparezcan servicios porque alguien ajeno al mismo lo decide. Y cuando un bibliobús se retira deja abandonada a su gente porque no hay nada que lo pueda sustituir y de hecho, nada lo sustituye."

Una incertidumbre al que hay que sumar el vacío que sufren dentro del propio sector bibliotecario porque "cuando se organizan congresos, o grupos de trabajo nunca figuran las bibliotecas móviles. Se tratan temas tan importantes como la función social de la biblioteca y no hay nadie de bibliobuses" explica con pesar.

placeholder Soto Arranz, último a la derecha en la fila inferior, en los galardones del Premio Nacional al fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura en 2013.
Soto Arranz, último a la derecha en la fila inferior, en los galardones del Premio Nacional al fomento de la Lectura del Ministerio de Cultura en 2013.

Aunque las competencias en materia de bibliotecas móviles están descentralizadas, Arranz cree que el Ministerio de Cultura debería dar a conocer con más intensidad este tipo de servicios porque "son la mejor solución bibliotecaria en su relación calidad-precio para atender a aquellas poblaciones que de otra manera, por falta de sostenibilidad, no podrían tener servicios bibliotecarios".

Para el experto, España debería "conseguir que el 100% de la población tenga acceso a los servicios bibliotecarios y la fórmula más rentable y sostenible es el bibliobús. No entendemos ningún territorio del país acepte que no lleguen los servicios sanitarios o educativos, todos tenemos derecho a esto. Pero parece que los servicios bibliotecarios se lo perdonamos, y no es así. Porque también, por la ley constitucional, por la ética y los principios de igualdad de oportunidades todos tenemos derecho a la cultura, es el artículo 144 de la Constitución. Y los poderes públicos tienen la obligación de procurarlo".

placeholder Exposición de bibliobuses en el 8º Congreso Nacional de Bibliotecas Móviles celebrado en Ávila en octubre. (ACLEBIM)
Exposición de bibliobuses en el 8º Congreso Nacional de Bibliotecas Móviles celebrado en Ávila en octubre. (ACLEBIM)

Roberto recuerda con cariño sus horas bibliobús, viajando por la provincia de León, "porque aunque las condiciones son duras, la aceptación del público es tal que el frío, o el calor o el ruido del motor se te olvidan y realmente te sientes apreciado y querido" y señala que "si la gente dice que en este país no leemos no es porque no se quiera leer, sino porque dependen de las oportunidades que les damos para leer".

Con respecto a la labor de los profesionales que trabajan en bibliotecas, el presidente de ACLEBIM aclara que no se limitan a prestar libros. "Lo nuestro es recomendar lecturas. El préstamo es el resultado de la recomendación y eso en el bibliobús funciona muy bien porque hay una cercanía con el usuario, una confianza. Ellos te cuentan su vida, eres una especie de confesor, te piden consejo y valoran mucho lo que tu les aconsejas para leer. Eso es un paso ganado porque si consigues que se lo lleven en préstamo, y a ellos les gusta, la satisfacción es lo que prima cuando vuelven al bibliobús y eso es bueno para todos".

placeholder Imagen de una vecina de Taramundi con un préstamos de su bibliobús. (Trini Suárez).
Imagen de una vecina de Taramundi con un préstamos de su bibliobús. (Trini Suárez).

La biblioteca en casa

En Taramundi, un municipio asturiano de apenas alcanza los 700 habitantes, los vecinos también cuentan con una biblioteca móvil desde 2001, a través del programa 'Rompiendo Distancias' con el que se pretenden crear recursos para las personas mayores. Gracias a él, aquellos que no pueden acceder a la biblioteca del núcleo central de la comarca pueden disfrutar de la lectura o la información a través de libros, periódicos y revistas. Un servicio que abarca quince municipios y que en 2007 se extendió a una parroquia cercana, la de San Tirso de Abres. En total, ambas bibliotecas móviles dan servicio a unas sesenta personas, que casi se duplican cuando llega el verano. "Antes" explica la responsable del programa Trini Suárez, "atendíamos a unas 80 personas, pero la población en las zonas más distantes al núcleo del concejo se ha reducido".

El vehículo municipal que hace las veces de bibliobús visita una vez al mes cada uno de los pueblos de la comarca de Taramundi, en los que hay establecidos puntos de encuentro. Allí los usuarios del servicio bibliotecario se reúnen y organizan un pequeño coloquio sobre las lecturas, si la meteorología lo permite. Y si no, siempre queda realizar el intercambio dentro del propio vehículo, tal y como reconoce Trini antes de añadir que cuando se trata de pueblos pequeños "se pasa directamente por las casas. Pasas, saludas al lector o lectora, hablamos de las novedades y se hace el intercambio". Y por supuesto, se valoran las lecturas y se comentan las solicitudes concretas de los lectores, propuestas "muy interesantes porque siempre surgen escritores clásicos como Palacio Valdés o Juan Valera. Aquí la literatura española atrae un montón" señala Trini.

placeholder Una usuaria del servicio de bibliobús de Taramundi posa con su adquisición. (Trini Suárez)
Una usuaria del servicio de bibliobús de Taramundi posa con su adquisición. (Trini Suárez)

La responsable del programa cree que compartir con los usuarios del servicio "sus juicios y sus recomendaciones es muy enriquecedor, porque al final nos damos cuenta de que las personas leen mucho y de muy diferentes temáticas". Y reconoce que "en una zona rural en la que a veces nos cuesta más acceder a los recursos, por las características propias del entorno, esto es algo muy satisfactorio. Es romper el tópico de que las personas mayores no leen y de que en el medio rural no se lee, tópicos de la gente tiene muy interiorizados".

Para ayudar a la dinamización lectora de la comarca, Trini Suárez organiza talleres, rutas literarias y presentaciones de libros, "para aquellos que por sus problemas de movilidad no pueden disfrutar de la presentación convencional". Una cita más informal que la que habitualmente se celebra en las librerías, pero que contribuye a hacer de la "cultura un elemento transversal. Lo hemos incorporado de una manera muy natural a la vida del concejo" destaca la responsable de 'Rompiendo Distancias'.

Tras realizar su jornada en el Ayuntamiento de Taramundi, Trini dedica tres tardes a la semana a recorrer la comarca, seleccionando cada treinta días nuevos títulos con los que conquistar a los lectores. Unas visitas que dan lugar a una relación "muy familiar" algo que la creadora del progama cree vital para combatir la soledad en las zonas rurales. "Se trata de que la vida en los pueblos no se convierta en una pasividad total y una soledad total. Porque al final se empobrece la calidad de vida de las personas, y eso termina siendo un problema de salud".

El 23 de enero de 1939 el vehículo que desde mayo del año anterior se encargaba de transportar los libros del Servicio de Bibliotecas del Frente cambió su ruta habitual. A pesar de que había sido acondicionado con estanterías especiales y disponía de un espacio interior amplio, aquel día la biblioteca móvil no cargaba con los ejemplares que entretenían a los soldados en sus escasos momentos de ocio. El avance de las tropas fascistas parecía definitivo, y nombres tan ilustres de las letras catalanas como Mercé Rodoreda, Francesc Trabal, Armand Obiols o Joan Oliver entre otros decidieron utilizar el bibliobús con el que la literatura había llegado a cada rincón del frente para alcanzar el exilio y ponerse a salvo.

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