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Historias de la Feria: este año debuta la librería madrileña más antigua e Iceta lo paga todo
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Se inaugura la 82 edición

Historias de la Feria: este año debuta la librería madrileña más antigua e Iceta lo paga todo

Comienza la Feria del Libro de Madrid bajo amenazas de lluvia pero con los ánimos, como siempre, muy arriba. Hasta el 11 de junio

Foto: Iceta inaugura la Feria del Libro de Madrid. (EFE)
Iceta inaugura la Feria del Libro de Madrid. (EFE)

Esta mañana se ha inaugurado la 82.ª edición de la Feria del Libro de Madrid, pero siempre hay historias que nunca han ocurrido. Como que en 2023 debute Pérgamo, la librería más antigua de la ciudad —abrió en 1945 en la frontera norte del barrio Salamanca— y que casi cierra sus puertas hace siete meses. La salvó Jorge Fernández, un mecenas gallego-mexicano que compraba allí sus libros de niño y hoy la llevan como dos personajes de Wes Anderson su hijo Santi y Pablo. Y este año, por fin, Pérgamo sí está en la feria: “Sí, los anteriores dueños no habían venido nunca y teníamos muchas ganas. Hemos hecho una réplica de lo que puedes encontrar en la librería, con una mezcla de clásicos y contemporáneos, porque lo que buscamos es una librería de autor a través de los clubs de lectura”, cuenta Santi a El Confidencial.

No solo este debut sorprende este año. También hay un cambio de diseño: hay una numeración más llamativa y clara de las casetas, hay unos toldos para protegerse del sol —o de la lluvia, las predicciones dicen que estas semanas va a llover más de un día—, hay casetas en el centro, abiertas por los dos lados, y una mayor transparencia en los pabellones. Es una feria más clara y más cómoda. “Son cambios que facilitan el tránsito, una nueva tipografía, está dividida en bloques… Es más transparente, queremos que se vea lo que pasa dentro de los pabellones”, señala la directora de la feria Eva Orúe que admite que su idea de feria ya se acerca más a lo que ella pretende desde que cogió el mando el año pasado. “Esta ya se parece bastante, pero todavía nos falta”, asegura.

placeholder Vista general de la Feria del Libro este viernes, que celebra su 82.ª edición en Madrid. (EFE/Javier Lizón)
Vista general de la Feria del Libro este viernes, que celebra su 82.ª edición en Madrid. (EFE/Javier Lizón)

Había ya multitud de visitantes esta mañana, aunque había también sería amenaza de lluvia. Llovizna hubo. Pero algunos libreros como Laura, de la veteranísima librería Miraguano que tuvo su primera caseta por primera vez en 1977, hace 45 años, y cuya librera Pepa se jubiló el año pasado —“pero todavía ha estado este año montando”, afirma Laura—, lo de la lluvia es hasta un factor bueno. “A mí me alegra, porque el año pasado es que ni una gota en las dos semanas. Es mejor que haga más fresco”, comenta. Y recuerda que, claro, la feria no tiene nada que ver a cuando Pepa y José María Arizcun vinieron por primera vez allá por el 77. “Qué va, se colocaba al lado de la casa de fieras, las casetas eran de madera y no es una zona asfaltada, todo se llenaba de barro. Imagínate cuando llovía”, manifiesta. Era una feria de pueblo total.

Ahora no. Este año, que está dedicada a la Ciencia, hay hasta un cerebro enorme. Y hay una gran caseta —Indómitas— dedicada a editoriales minúsculas, pero hipercreativas. El encaje de bolillos para que puedan estar los máximos posibles sin romper las costuras del parque de El Retiro. Lo que ha intentado la feria para contentar a todos.

"En 1977 se colocaba al lado de la casa de fieras, las casetas eran de madera y no es una zona asfaltada, todo se llenaba de barro"

Algunos editores, que ya saben lo que es estar en una isleta central en la que apenas se para la gente, se han organizado para estar todos juntos en casetas de corrido (pero en uno de los lados de la feria). Ahí encontramos a editoriales —con espíritu punki— como Hoja de lata, Tránsito, Lengua de Trapo, Fulgencio Pimentel, Libros del KO, Pepitas de Calabaza. Víctor, de esta última, comenta que le parecen muy bien los cambios introducidos este año, como las nuevas numeraciones. “Eran peticiones de hace mucho tiempo, así que está muy bien que las hayan llevado a cabo”, sostiene. No ve con tan buenos ojos lo de la lluvia. “A ver qué pasa, porque esa sensación de venir al parque como en verano se pierde. Y nosotros, además de para vender, estamos para que nos vea y nos conozca el que no es el lector fiel”.

placeholder El día de los políticos. El ministro de Cultura, Miquel Iceta (2i); el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida (3d), y la vicealcaldesa, Begoña Villacís (2d), en la inauguración oficial de la Feria del Libro en Madrid este viernes. (EFE/Javier Lizón)
El día de los políticos. El ministro de Cultura, Miquel Iceta (2i); el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida (3d), y la vicealcaldesa, Begoña Villacís (2d), en la inauguración oficial de la Feria del Libro en Madrid este viernes. (EFE/Javier Lizón)

Por supuesto, hoy también era el día de los políticos. A la inauguración vinieron el ministro de Cultura, Miquel Iceta; el alcalde de Madrid, José Luis Martínez Almeida; la vicealcaldesa Begoña Villacís, la delegada de Cultura, Andrea Levy, y la consejera de Cultura, Marta Rivera de la Cruz. Iceta se hizo con un buen número de libros como las cartas de Pérez Galdós a Emilia Pardo Bazán, El ángel rojo, de Alfonso Domingo o las Memorias de abajo, de Leonora Carrington, entre otros muchos. La anécdota: “Yo lo pago”, dijo el ministro, que no quiere que la cultura sea algo que se hace solo por amor al arte.

Y así acabó esta primera mañana de feria. Hasta el 11 de junio pueden pasarse cuando quieran.

Esta mañana se ha inaugurado la 82.ª edición de la Feria del Libro de Madrid, pero siempre hay historias que nunca han ocurrido. Como que en 2023 debute Pérgamo, la librería más antigua de la ciudad —abrió en 1945 en la frontera norte del barrio Salamanca— y que casi cierra sus puertas hace siete meses. La salvó Jorge Fernández, un mecenas gallego-mexicano que compraba allí sus libros de niño y hoy la llevan como dos personajes de Wes Anderson su hijo Santi y Pablo. Y este año, por fin, Pérgamo sí está en la feria: “Sí, los anteriores dueños no habían venido nunca y teníamos muchas ganas. Hemos hecho una réplica de lo que puedes encontrar en la librería, con una mezcla de clásicos y contemporáneos, porque lo que buscamos es una librería de autor a través de los clubs de lectura”, cuenta Santi a El Confidencial.

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