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La abogada que llevó el consentimiento sexual al teatro y triunfó en todo el mundo
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La abogada que llevó el consentimiento sexual al teatro y triunfó en todo el mundo

Tras Sídney, Londres y Nueva York, se ha estrenado en Madrid 'Prima Facie', de Suzie Miller, un texto que aborda las agresiones sexuales y que ya es un fenómeno con todas las entradas vendidas

Foto: 'Prima Facie', con Vicky Luengo, hasta el 17 de septiembre en los Teatros del Canal de Madrid.
'Prima Facie', con Vicky Luengo, hasta el 17 de septiembre en los Teatros del Canal de Madrid.

Todo empezó en las antípodas y ha dado la vuelta al mundo. El consentimiento sexual, la relación consensuada, el sí es sí, es el fantasma veloz que recorre los rincones de la tierra y está en boca de conversaciones, abre telediarios —de aquí y de allá— y, por supuesto, también ha llegado a la cultura. El último ejemplo, la obra Prima facie, de la dramaturga australiana Suzie Miller. Se estrenó en 2019 en Sídney con un aplauso abrumador; en 2022 pasó al West End de Londres con el mismo resultado; en 2023 cruzó el charco a Nueva York y también se llenó de éxito. Ahora está en Madrid, en los Teatros del Canal —teatro público de la Comunidad de Madrid—, y tras su estreno el pasado jueves ya ha agotado las entradas. En definitiva: también en España será una de las obras del año.

Miller, hoy reconocida dramaturga con premios tan importantes como el Lawrence Olivier, además del puñado que se llevó por este texto hace cuatro años en Australia, su país natal, sabía bien de lo que hablaba cuando lo escribió. Antes de lanzarse al teatro, había estudiado la carrera de Derecho —además de alguna incursión en la ciencia con cursos de microbiología, si bien finalmente tiraron más las leyes— y se había convertido en abogada especializada en derechos humanos, derechos del niño y personas más vulnerables. Y en no pocas ocasiones le tocó defender a víctimas de agresiones sexuales. Ahí fue cuando, según ha asegurado después en numerosas entrevistas, se dio cuenta de que el sistema judicial en su país no estaba bien.

placeholder La abogada y dramaturga Suzie Miller. (C. C.)
La abogada y dramaturga Suzie Miller. (C. C.)

“Todas las mujeres que conozco han tenido una experiencia que estuvo a punto de ocurrir, una experiencia que estuvo realmente en el límite, o una experiencia en la que luego se dieron cuenta de que no habían dado su consentimiento. Realmente es endémico. ¿Cómo es posible que más del 50 por ciento de la población esté sometida o amenazada por esto con tanta frecuencia y no se hable de ello para que cambie?”, relató también en The Guardian cuando se estrenó en Australia.

Tras su etapa como (muy buena) abogada, en 2010 se mudó a Londres y se lanzó a la escritura de obras dramáticas. Escribió sobre el racismo, sobre jóvenes sin hogar… hasta que en 2017, tras el estallido del movimiento #MeToo, sintió que había llegado el momento de escribir sobre el consentimiento. Y salió Prima Facie, una locución latina que se utiliza en el ámbito jurídico y que significa algo así como “a primera vista”, “en principio”. Es decir, lo que parece, pero luego igual no es. Un muy buen título para el caso que ocupa.

De defensora a víctima

Prima Facie es un monólogo cuya escenografía es mínima. Una mesa y una silla sirven para todo: una plataforma para bailar, una cama, el asiento del tren, de un taxi y la camilla donde exploran la vagina para detallar las agresiones sexuales. No es teatro verbatim, no es un caso real, no es la transcripción de un juicio. Utiliza los mecanismos puramente teatrales y dramáticos: la actriz maneja diferentes voces, acentos (la jerga pija del bufete en el que trabaja, la jerga judicial, la jerga del barrio obrero del que proviene) y el texto salta en el tiempo y en el espacio. Nada de lo que ocurre es real, pero sí es muy realista.

La protagonista es Tess, una abogada que se encarga de defender a los hombres acusados de violación. En España está interpretada por Vicky Luengo, actriz que ha aparecido en series como Antidisturbios o La reina roja y que, por cierto, para 2024 se convertirá en otra abogada, Manuela Carmena, en la serie Flores de hierro sobre la matanza de los abogados de Atocha en 1977. Tess aparece en el escenario como una arrogante penalista. Vestida elegante, seductora, defiende hasta la médula el sistema, la verdad legal por encima de todo. Cuenta cómo gana los casos, cómo interroga a las víctimas de agresión sexual hasta que consigue que, por cualquier detallito, su defendido salga libre. Es su trabajo y es buena.

Después vuelve a casa en un tren de Cercanías —no todo es tan glamuroso— y va a casa de su madre y sus hermanos. Familia obrera, pobre, clase baja. La actriz juega ahí con esos distintos acentos y expresiones que se sueltan en el extrarradio y que son muy distintas a las del bufete. Como también ha contado, Miller creció en una familia de clase trabajadora en Melbourne. Fue la primera de su familia en ir a la universidad, por lo que también quería mostrar lo difícil que puede ser para alguien que no es rico y elegante trabajar en el ámbito jurídico y triunfar. “Jodie Comer [la actriz que interpretó a Tess en Londres y Nueva York] y yo asistimos a muchas audiencias judiciales para investigar y notamos cómo una abogada defensora escocesa cambió su acento ante el tribunal. Ni siquiera se dio cuenta de que lo estaba haciendo”, manifestó en una entrevista.

placeholder Vicky Luengo como Tess, la abogada triunfadora en 'Prima Facie'. (EFE)
Vicky Luengo como Tess, la abogada triunfadora en 'Prima Facie'. (EFE)

No obstante, esto en la adaptación española de Juan Carlos Fisher no se nota tanto. Hay que decir también, y ese es uno de los (pocos) fallos en esta adaptación, que han mantenido bastante del texto original, por lo que los personajes tienen nombres anglosajones y el sistema judicial tampoco es el español, lo que a veces chirría (en el texto de Prima Facie no hay ninguna ley como la del sí es sí).

En la siguiente parte del monólogo todo cambia. Tess liga con un compañero de trabajo, medio se enamora de él y tienen relaciones consentidas. Pero un día algo no va bien y acaba en comisaría poniendo una denuncia por agresión sexual. A partir de ahí el calvario y el infierno porque no es la típica víctima. Nadie salió de un callejón oscuro para violarla. No era un desconocido. Había sido su ligue. Y un ligue, además, bien visto, educado, bien vestido, bien todo.

En España, aunque Luengo está pletórica, el texto chirría por mantenerse demasiado apegado al original en cuanto a nombres y sistema judicial

Esa era la dificultad del texto y lo que cambia todo con respecto a otro tipo de obras, películas o libros que hayan abordado la violación como, por ejemplo, Acusados, la que protagonizó Jodie Foster a finales de los ochenta con una de las escenas del cine más impactantes de aquellos años (y todavía hoy). Sin embargo, Miller sí había visto muchos de estos casos como abogada en la vida real y también había visto cómo este tipo de ataques el acusado no los percibía nunca como una agresión. De ahí otra de las razones para escribir el texto, ya que pensaba que las cosas no solo podían cambiar con una reforma legal, sino que era necesario algo mucho más profundo en la sociedad.

De hecho, en el texto, Tess señala con bastante claridad: “Hubo un tiempo, no hace mucho, en que los tribunales como este no veían que el sexo no consentido en el matrimonio era una violación, no veían que las mujeres maltratadas se defienden de una manera distinta a la de los hombres. Sin embargo, una vez que vemos, ya no podemos dejar de ver, ¿no es cierto?”.

Cuando se estrenó la obra en Sídney, corrieron a verla muchos miembros de la judicatura. También políticos. La función acababa cada día con aplausos de varios minutos. En Londres ocurrió lo mismo. Y en Madrid, a cuyo estreno acudió Yolanda Díaz, Vicky Luengo, que está inmensa —le caerán muchos premios—, recibe cada día entre lágrimas una ovación como se ven pocas en el teatro con todo el público en pie y muchas personas gritando "¡gracias!". Es, sin duda, uno de los fenómenos del año.

Todo empezó en las antípodas y ha dado la vuelta al mundo. El consentimiento sexual, la relación consensuada, el sí es sí, es el fantasma veloz que recorre los rincones de la tierra y está en boca de conversaciones, abre telediarios —de aquí y de allá— y, por supuesto, también ha llegado a la cultura. El último ejemplo, la obra Prima facie, de la dramaturga australiana Suzie Miller. Se estrenó en 2019 en Sídney con un aplauso abrumador; en 2022 pasó al West End de Londres con el mismo resultado; en 2023 cruzó el charco a Nueva York y también se llenó de éxito. Ahora está en Madrid, en los Teatros del Canal —teatro público de la Comunidad de Madrid—, y tras su estreno el pasado jueves ya ha agotado las entradas. En definitiva: también en España será una de las obras del año.

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