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'Antidisturbios' (Movistar+) es con permiso de 'Patria' la mejor serie del año

Rodrigo Sorogoyen firma un excelente thriller policiaco cargado de tensión, violencia al límite y corruptelas dentro de las altas esferas de la policía

Foto: 'Antidisturbios' (Movistar )
'Antidisturbios' (Movistar )

Tras siete años de éxitos incontestables con películas tan redondas como 'El Reino' o 'Que Dios nos perdone', el director Rodrigo Sorogoyen y la guionista Isabel Peña han vuelto a dar el golpe con la historia que narran en su primera serie de televisión, 'Antidisturbios'. La nueva apuesta de Movistar+, ya disponible, es un thriller de seis tensos y frenéticos episodios sobre el drama judicial, personal y profesional que sacude a seis agentes de este cuerpo de intervención policial, tras un fallido desahucio.

El director madrileño, una vez más, se encarga de dejar sin aliento y conmocionado al espectador con la que, sin ningún género de duda, es la mejor serie estrenada este año en España. Nunca antes en televisión, ni en cine, unos policías habían estado tan al límite en su vida y en su delicada profesión.

Nunca una serie con un arranque tan potente mantuvo, bajo una realización tan envolvente, un nivel tan trepidante y frenético de principio a fin

Todo es real, veraz, tenso y frenético desde un primer momento en 'Antidisturbios'. La puesta en escena de ese lanzamiento en medio del madrileño barrio de Lavapiés, que da origen a toda la trama, no puede ser más tumultuosa y electrizante. Todo suma y nada resta en esos 40 minutos de alta tensión en los que seis agentes antidisturbios, dejados de la mano de dios, intentan hacer frente a una veintena de antisistemas que se niegan a desalojar un piso ocupado.

placeholder Imagen de la serie 'Antidisturbios'. (Movistar+)
Imagen de la serie 'Antidisturbios'. (Movistar+)

A medida que el tiempo avanza, lo único que crece en el interior del espectador es la desazón y la angustia, alimentadas ambas por un excelente trabajo de montaje en el que abundan los planos cortos y continuos movimientos de cámara que no hacen sino caldear el ambiente, agitar la atmósfera y hacernos intuir que algo muy grave está a punto de ocurrir. De repente, nos topamos de bruces con la muerte accidental de un joven inmigrante. Así arranca 'Antidisturbios'.

Esta tensión comprimida y carga emocional, que tan bien aparecen condensadas en ese primer episodio, no decaen conforme avanza este impactante thriller. Sorogoyen nunca da tregua. Al contrario, el desaliento va a más en medio de una creciente intriga, cuando esos seis policías con las mismas penas, zozobras y dramas personales que cualquier persona son acusados por Asuntos Internos de homicidio imprudente.

placeholder Imagen de 'Antidisturbios'. (Movistar+)
Imagen de 'Antidisturbios'. (Movistar+)

Bajo la imperturbable mirada de la obstinada inspectora Laia Urquijo (Viki Luengo), la otra gran joya de la serie, los agentes se convertirán sin comerlo ni beberlo en cabeza de turco de toda una trama corrupta de la política y la justicia. La misma justicia que ellos han intentado hacer cumplir se les vendrá en contra injustamente, pasándoles por encima como una apisonadora.

El furgón 93 de la Unidad de Intervención Policial, popularmente conocidos como antidisturbios, lo componen una panda de 'machirulos' con todos los tópicos propios del cuerpo, pero que en el fondo no son sino un puñado de infelices, a los que tanto el poder político como el de las alcantarillas aledañas utilizan sin miramientos. Son, en total, seis agentes con todo tipo de cargas emocionales y personales a sus espaldas: un desgastado y ajado policía, encarnado por Hovik Keuchkerian; un niñato inconsciente, interpretado por Patrick Criado; un depresivo Roberto Álamo; un guaperas y golfo Alex García; un acosador de mujeres, al que da vida Raul Prieto; y el más sensato y honesto consigo mismo de todos los implicados, el gran Raúl Arévalo. Cada uno de ellos está enorme en la piel de unos personajes tan distintos como perfectamente trazados y dibujados.

Más allá de malos o buenos, la serie describe cómo afecta al policía de la calle el funcionamiento de determinados estamentos policiales en despachos

'Antidisturbios' es tan valiente como el propio Sorogoyen nos tiene acostumbrados. Denuncia, sin miramientos, de qué manera determinadas órdenes policiales, dictadas al amparo de la precariedad y la falta de recursos de la policía, afectan considerablemente al ejercicio de la violencia represiva en según qué situaciones.

Nunca antes, al menos en televisión, se había abordado desde dentro de la policía la violencia, los desequilibrios que hay dentro del cuerpo armado, y, sobre todo, cómo las cloacas del Estado salpican y se aprovechan gratuitamente de las fuerzas y la seguridad del Estado. Y menos todavía a través del día a día de un cuerpo tan denostado, degradado y poco querido como el de los antidisturbios.

Tras siete años de éxitos incontestables con películas tan redondas como 'El Reino' o 'Que Dios nos perdone', el director Rodrigo Sorogoyen y la guionista Isabel Peña han vuelto a dar el golpe con la historia que narran en su primera serie de televisión, 'Antidisturbios'. La nueva apuesta de Movistar+, ya disponible, es un thriller de seis tensos y frenéticos episodios sobre el drama judicial, personal y profesional que sacude a seis agentes de este cuerpo de intervención policial, tras un fallido desahucio.

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