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Estos jóvenes sin hogar consiguieron un techo, pero temen volver a la calle en diciembre
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Estos jóvenes sin hogar consiguieron un techo, pero temen volver a la calle en diciembre

Madrid es la tercera comunidad con más sinhogarismo juvenil en España, con 565 jóvenes. Future & Co consiguió viviendas para casi una centena de chavales en la capital, pero ahora buscan fondos para mantenerlos dentro de los pisos

Foto: Voluntarios de la Fundació Arrels ayudan a los sintecho en medio de la pandemia. (EFE/Enric Fontcuberta)
Voluntarios de la Fundació Arrels ayudan a los sintecho en medio de la pandemia. (EFE/Enric Fontcuberta)

Paula (nombre ficticio) cruzó el desierto huyendo de Mali hace dos años. Llegó a Argelia, donde atravesó el estrecho hasta la ciudad de Almería. Meses después se trasladó a Madrid con una mano delante y una mano detrás. Este viernes empezó a trabajar en su primer empleo en la capital: la joven de 23 años forma parte de un proyecto piloto llamado Futuro&Co. Lleva viviendo en un piso compartido cerca del barrio de Colombia desde abril: en estos meses ha conseguido ser solicitante de asilo y firmar un contrato de trabajo. Este caso de éxito es la cara amable de quienes consiguen salir adelante al poner un pie en España, pero los números son mucho más crudos.

Las cifras de jóvenes sin hogar en España migrantes y nacionales están al alza. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el porcentaje de población de entre 18 y 29 años que vive en la calle se ha incrementado en la última década. En 2012, se contabilizaron 4.434; en 2022, 6.036, un 36% más que hace diez años. Uno de cada diez está en la Comunidad de Madrid. Para tratar de paliar el problema, y gracias a los fondos Next Generation, el Ministerio de Asuntos Sociales financió varios proyectos piloto como Futuro&Co (donde participan 11 entidades) y Hay Futuro (con Hogar Sí y Provivienda). Durante tres años, estas organizaciones han conseguido dar techo a unos 200 jóvenes sin hogar en España, pero el futuro es difuso: los planes de financiación de los pisos, según la organización, terminarán en diciembre.

Foto: Manifestación convocada por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. (EFE/Víctor Lerena)

¿Qué pasará ahora con los chavales?

"Sienten incertidumbre", señala Isabel Galván, educadora social en uno de los pisos donde conviven varias chicas. Todos los jóvenes son conscientes de que el proyecto tenía una duración de tres años, pero la educadora asegura que no saber qué pasará el 1 de enero les provoca malestar. "Lo saben desde el principio, pero por eso estamos trabajando para buscar soluciones", explica. El 31 de diciembre termina el proyecto piloto y 2024 será dedicado a analizar los resultados. Profesionales de la Universidad Complutense de Madrid estudiarán si este puede convertirse en un modelo de ayuda válido a poner en marcha. Los organizadores temen que una vez iniciado el proceso de análisis, cese el grifo de ingresos destinados a la manutención en los pisos. ¿Qué pasará ahora con los chavales?

Foto: Eduard Mendiluce, consejero delegado de Anticipa y Aliseda. (Isabel Blanco)

Desde la entidad San Juan de Dios, una de las que participa en Futuro&Co, acogen a 22 de las 85 personas dentro de esta red en la Comunidad de Madrid. Asumen que los fondos propios no son suficientes, por lo que barajan varias opciones. Miguel Ángel López, director del albergue, explica que "el proyecto oficial termina el año que viene, pero la financiación del piloto, que es donde viven ahora los chicos, termina en tres meses". Descartan renovar los Next Generation porque tienen una "duración concreta", por lo que plantean otras líneas de trabajo.

O bien conseguir presupuesto local a través de Faciam (Federación de Asociaciones y Centros de Ayuda a Marginados) firmando un convenio con el ayuntamiento, o solicitar la financiación a través de la dirección general de la juventud de la Comunidad de Madrid. "Estamos esperanzados y lo estamos peleando", explica a este diario. Además, el Consejo de Ministros aprobó en julio la Estrategia nacional para la lucha contra el sinhogarismo en España 2023-2030.

"Los recursos son muy escasos", explica Sergio García, integrador social

Esta realidad viene de largo. Quienes llevan años dedicándose al sector percibieron que cada vez acudían más jóvenes a los albergues y recursos públicos. “Esto no es de ahora. Yo ya lo notaba cuando empecé a trabajar en el sector en 2018, pero estaban en la sombra. Luego fue a peor. Y lo que no había son proyectos y planes concretos para ellos”, explica Sergio García, un integrador social de Madrid que dedicó su investigación académica al estudio de los jóvenes en situación de calle. “Los recursos son muy escasos. Se les ve menos porque terminan en parques o en casas y centros okupados”, señala García.

Foto: Ursula von der Leyen junto (c) junto al canciller alemán, Plaf Scholz (i) y el primer ministro de Suecia, Ulf Kristersson, durante el Consejo Europeo. (EFE/Olivier Hoslet)

El equipo que coordina el proyecto H4Y FUTURO también se encuentra manos a la obra para buscar otros fondos. Fuentes de la organización aseguran que la intención es conseguir que las administraciones públicas se hagan cargo, al menos, de una parte. De no ser así, algunos jóvenes podrían ser trasladados (si hay plazas) a otro proyecto de la misma entidad llamado Housing Led, aunque no es específico para chavales de esa edad. No obstante, su proyecto se amplía a 2024, por lo que cuentan con 12 meses más para buscar otras fuentes de ingresos.

¿Quiénes son estos jóvenes sin hogar?

La organización Hogar Sí —dedicada a la búsqueda de recursos para personas sin hogar— recopiló datos del perfil genérico de los más de 6.000 jóvenes en situación de calle en España. El 82,15% son hombres, destacando el aumento desproporcionado de mujeres desde hace una década. En su caso, H4Y FUTURO acoge a 105 chavales entre Madrid y Mallorca.

El 76,7% tienen nacionalidad extranjera. “Tenemos un chico que salió de su país con 14 años. Atravesó el continente desde el sur durante meses y permaneció en el monte Gurugú de Marruecos durante tres años, superviviendo como pudo. Después cruzó el estrecho, llegó a Italia, y ahora con 25 está en uno de los pisos”, continúa López.

Foto: Un edificio en construcción, en San Sebastián. (EFE/Javier Etxezarreta)
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El principal desafío al que se enfrentan los menores no acompañados es que, al cumplir la mayoría de edad, dan la bienvenida a la vida adulta en una odisea de dificultades habitacionales, laborales y administrativas. "Los menores españoles que tienen la tutela, cuando cumplen los 18 años, deciden regresar con sus familias a pesar de todo. Los migrantes, en cambio, no tienen donde ir. Esos son quienes en muchas ocasiones terminan en la calle y los que han entrado en la red de estos proyectos", explica Isabel Galván. Madrid es la tercera comunidad con más sinhogarismo juvenil de España, con 565 jóvenes.

El 43,1% de personas sin hogar de este colectivo que declaran no tener ninguna fuente de ingresos y solo en 1,9% recibe el Ingreso Mínimo Vital. En España continúa la percepción de que los jóvenes extranjeros con pocos recursos no cesan de recibir ayudas públicas. "Cuando oigo esas idioteces, me preocupa más el que se lo cree que el que lo dice", señala el director del centro.

Foto: Una familia pasea por la Ciudadela de Pamplona. (EFE/Jesús Diges)

"Es falso", apostilla Fernando Relinque, profesor de Trabajo Social en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla. Desde que se aprobase la primera ley de Extranjería en España en 2008, la norma se ha hecho cada vez más restrictiva. "Conseguir un empleo si entras sin papeles es imposible. Tendrás que volver al país de origen a por un visado y en España conseguir un contrato de un año, de esta forma, quizá te den el permiso de residencia. Hablamos de que muchos de estos jóvenes vienen de países conflictivos. Tramitar así un visado a distancia no es muy factible", sentencia.

Paula (nombre ficticio) cruzó el desierto huyendo de Mali hace dos años. Llegó a Argelia, donde atravesó el estrecho hasta la ciudad de Almería. Meses después se trasladó a Madrid con una mano delante y una mano detrás. Este viernes empezó a trabajar en su primer empleo en la capital: la joven de 23 años forma parte de un proyecto piloto llamado Futuro&Co. Lleva viviendo en un piso compartido cerca del barrio de Colombia desde abril: en estos meses ha conseguido ser solicitante de asilo y firmar un contrato de trabajo. Este caso de éxito es la cara amable de quienes consiguen salir adelante al poner un pie en España, pero los números son mucho más crudos.

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