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Vivir bajo los puentes de la M-30: "La sociedad los ha excluido de la ciudad"
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Vivir bajo los puentes de la M-30: "La sociedad los ha excluido de la ciudad"

En Madrid capital, viven al menos 2.772 personas sin hogar, 650 de ellas en situación de calle. El 50,1% tiene nacionalidad española, y el 49,9% extranjera, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE)

Foto: Chabolas construidas bajo un puente en Madrid. (Ana Beltrán)
Chabolas construidas bajo un puente en Madrid. (Ana Beltrán)
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Madrileños invisibles. En los márgenes de la gran ciudad, viven decenas de personas que han decidido construir su casa con plásticos y pedazos de madera debajo de los puentes de la M-30. Un colchón y una pequeña maleta donde cabe toda su vida es suficiente para llamar hogar a cualquier sitio. La mayoría del tiempo pasan desapercibidos, aunque de vez en cuando algún curioso los observa desde su coche en el trayecto de ida o de vuelta al trabajo. Otros intentan ignorarlos cuando se los encuentran pidiendo alguna moneda en la calle.

Un hombre camina a mediodía por el puente de Conde de Casal sobre la M-30 con un sombrero en una mano y un rodillo en la otra. Antes de que se acabe el puente, da un salto sobre la valla y desaparece de la vista de los transeúntes. Brek, de 25 años, ha construido su casa por encima de la carretera, entre los pinos y el hormigón. Llegó de Nigeria hace dos años en busca de un mejor futuro, pero no lo ha tenido fácil. Tras muchos rechazos, ha decidido vivir al margen, a su manera. "No me gusta la gente ni la ciudad. Todo es muy hostil", asegura.

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Tras pasarse toda la mañana pintando casas en Vallecas, se dispone a comerse un pollo. Todavía lleva la ropa del trabajo: camisa de rayas, unos vaqueros negros, reloj y joyas, muchas joyas plateadas y doradas. Brek llegó al puente después de que la exvicealcaldesa de Madrid Begoña Villacís desmantelara decenas de chabolas el año pasado en este mismo lugar.

"En lo que llevamos de 2023, la Red Municipal de Atención a Personas sin Hogar ha atendido a 1.500 personas diferentes"

Su realidad encaja en el perfil medio de las personas sin hogar de la capital: un hombre con una media de edad de 45 años, soltero y de origen extranjero, según un estudio sobre los sin hogar realizado por las universidades Complutense, Pontificia Comillas y la UNED. Cada año, en Madrid aumenta el número de personas en esta situación. En la capital, hay 2.772 personas sin hogar, y 650 de ellas en situación de calle, según datos del ayuntamiento de 2019, último año en que se llevó a cabo el censo.

placeholder Brek, de 25 años, ha construido su casa por encima de la carretera, entre los pinos y el hormigón. (A. B.)
Brek, de 25 años, ha construido su casa por encima de la carretera, entre los pinos y el hormigón. (A. B.)

"En lo que llevamos de 2023, la Red Municipal de Atención a Personas sin Hogar ha atendido a 1.500 personas diferentes, lo que no significa que sean personas en situación de calle, son personas que en un momento puntual (por la razón que sea) han requerido la intervención de los servicios municipales, pero no que vivan en la calle de manera continuada", aseguran desde el consistorio. Desde el Área de Políticas Sociales, Familia e Igualdad, explican que están trabajando en actualizar el censo de personas sin hogar y el objetivo es que esté acabado a finales de este año.

Ayuda de voluntarios

En una ruta de norte a sur por los puentes de la M-30, desde la calle San Pol de Mar sobre el río Manzanares hasta el puente de Vallecas, pasando por el puente de Conde de Casal, se puede tomar un pulso de las realidades de estas personas. "La sociedad los ha excluido de la ciudad y a veces solo se necesita un bocadillo para acercarnos a ellos y entender su realidad", explica Cristina Prieto, presidenta de Asociación Bokatas, que lleva cuatro años haciendo rutas para dar comida a personas sin hogar en la zona de Chamberí.

Al igual que Brek, en España más de 28.552 personas sin hogar han sido usuarias de centros asistenciales de alojamiento y restauración en el año 2022. La mayor parte de las personas sin hogar son hombres (76,7%) y tienen menos de 45 años (51,1%). El 50,1% tiene nacionalidad española, y el 49,9% extranjera, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) de 2022.

placeholder Una persona sin hogar, en su chabola. (A. B.)
Una persona sin hogar, en su chabola. (A. B.)

El 89,2% de las personas sin hogar pernocta todas las noches en el mismo lugar. Es el caso de Amine, de 31 años. Vive bajo el viaducto del puente de Segovia. Llegó hace seis meses a la chabola de dos hombres que conoció en Lavapiés y a los que unió la droga. "Prefiero dormir en la calle. En los albergues me siento en la cárcel", asegura. A la pregunta de cómo terminó viviendo en la calle, tiene la respuesta clara: "Es culpa del crack y de España". Para probar lo que dice, enseña en su móvil su antiguo perfil de Facebook, en donde sale en traje trabajando en firmas de moda en París tan solo hace un año. Hoy, se conforma con dos colchones debajo de un puente y pincharse con sus amigos, con los que habla en francés.

En la encuesta del INE, las personas destacaron como principales motivos por los que se quedaron sin hogar el tener que empezar de cero tras llegar desde otro país (28,8% del total), la pérdida del trabajo (26,8%) y el desahucio de su vivienda (16,1%). Por nacionalidad, el motivo principal por el que se quedaron sin hogar los extranjeros fue tener que empezar de cero tras migrar (54,1%). En el caso de los que tienen nacionalidad española, porque perdieron el trabajo (26,7%).

"Lo peor de vivir en la calle es el clima, lo duro del suelo y la sensación de soledad"

"Lo peor de vivir en la calle es el clima, lo duro del suelo y la sensación de soledad", asegura María, de 54 años, que pasa sus días en el Parque de la Bombilla y come y duerme en el albergue de San Isidro después de que la desahuciaron de su casa en Carabanchel hace años. "Mi familia me dejó al margen y me quedé en la calle, viviendo en la gasolinera de plaza Elíptica", cuenta. Ahora recibe 450 euros de pensión no contributiva cada mes.

Las principales fuentes de ingresos de la población sin hogar son las prestaciones públicas como la renta mínima de inserción y el ingreso mínimo vital, que son percibidas por el 32,6% de las personas, según la tercera edición de la encuesta del INE, que se llevó a cabo por primera vez en 2005 y por segunda vez en 2012.

placeholder Pertenencias de una de las personas sin hogar que viven al lado de un puente en Madrid. (A. B.)
Pertenencias de una de las personas sin hogar que viven al lado de un puente en Madrid. (A. B.)

Mohamed, de 42 años, está esperando que lo recojan para llevarlo a trabajar a la cosecha de Valdivia. Mientras tanto, duerme en una chabola que le dejaron en el Puente de Vallecas. "A mí me gusta trabajar en el campo, acabo de venir de la cosecha de cerezas, pero estuvo muy mala", asegura.

Lleva 25 años en España, sobreviviendo en los márgenes de ciudades en donde no se siente bienvenido. "Prefiero estar solo y no tener problemas con nadie", cuenta mientras vigila cómo duerme su compañero sobre un colchón improvisado en cajas de madera. Cientos de coches pasan a su lado, pero no existen para casi nadie.

Madrileños invisibles. En los márgenes de la gran ciudad, viven decenas de personas que han decidido construir su casa con plásticos y pedazos de madera debajo de los puentes de la M-30. Un colchón y una pequeña maleta donde cabe toda su vida es suficiente para llamar hogar a cualquier sitio. La mayoría del tiempo pasan desapercibidos, aunque de vez en cuando algún curioso los observa desde su coche en el trayecto de ida o de vuelta al trabajo. Otros intentan ignorarlos cuando se los encuentran pidiendo alguna moneda en la calle.

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