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Jony, el 'streamer sin techo' que gana 1.000 € al mes haciendo directos en plena calle
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Acumula más de 450 subscriptores

Jony, el 'streamer sin techo' que gana 1.000 € al mes haciendo directos en plena calle

Desde un 'set up' plegable colocado en el umbral de una puerta del centro de la capital, el canal de Twitch de este madrileño de 41 años no para de crecer en los últimos meses

Foto: Jony con su 'set up' plegable y retransmitiendo en 'viviendoenlacalle'. (Isabel Blanco)
Jony con su 'set up' plegable y retransmitiendo en 'viviendoenlacalle'. (Isabel Blanco)

Son las 10:30 de la mañana de un jueves de octubre y Jony despeja sus ideas en una plaza del centro de Madrid acompañado de su perra Duna. Acaba de tomarse su primer café del día e imagina mentalmente cómo será su próximo directo mientras repasa sus redes sociales en el móvil. Un guion, el tema del día, quizá alguna entrevista... Este 'streamer' madrileño da vueltas a su siguiente programa en su despacho, como lo haría Ibai o cualquier otro famoso creador de contenido, porque él lo es. La diferencia es que la oficina de Jony, la mansión en la que se genera su creatividad, está en plena calle, como el resto de su hogar.

Esta nueva estrella de Twitch en España, que no para de crecer desde que se puso frente a la cámara hace solo unos 6 meses, está detrás del canal 'viviendoenlacalle' y no es un nombre figurado. Desde su pequeño 'set up', como él mismo lo denomina, situado en la puerta cegada de un hotel y montado con una mesa plegable, un portátil de 'gaming' y un asiento improvisado, acumula más de 19.000 seguidores y casi 500 suscriptores que siguen a diario sus programas. Unos directos convertidos en una especie de 'magazine' en el que se debaten los temas más candentes, se sacan asuntos que interesan a la comunidad, se trae a invitados de honor e incluso se cocina en directo. El estilo funciona, o eso muestran los números de un Jony que ya sueña con su próximo paso: "Con 700 'subs', según dicen todos los grandes, podría convertirme en profesional y hacer de esto algo mucho más serio", señala en conversación con Teknautas.

Foto: Foto: YouTube.

En pleno 'boom' de la plataforma de Amazon en la que triunfan y revolucionan todos los sectores españoles como Ibai, El Xokas, Auronplay o The Grefg, este antiguo camarero de 41 años, que acabó en la calle en 2015 por problemas con la droga (ya está rehabilitado tras una mala experiencia con su perra y la ayuda de la Cruz Roja) y diversos delitos que le llevaron a pasar hasta 3 veces por la cárcel, se ha hecho un nombre como 'partner' oficial de Amazon. Con 300 espectadores de media en sus directos, a los que trata con total transparencia y sinceridad, es un símbolo de este crecimiento fuera de los nombres más habituales.

Él muestra la llegada de la plataforma de 'streaming' hasta los lugares más insospechados, incluso mundos 'underground' que no suelen aparecer frente a los focos y generan debate y choques de realidad. Todo tiene su hueco aquí, si hay un nicho que lo acompañe. Desde su poyete y rodeado de transeúntes que miran extrañados cómo le grita a una pantalla "la gente flipa cuando me ve, aunque muchos ya me conocen", ha conformado una gran comunidad digital, asegura, "sana" e hiperactiva, que ya es su ingreso principal y va camino de volverse su trabajo, o esa es la idea.

"Yo empecé con el móvil y si ves los primeros vídeos, el cambio... es tremendo. Pero yo dejo claro que no empecé aquí con idea de ganar dinero, de verdad, sabía que llegar a vivir de esto lo consigue uno entre un millón, llevaba mucho tiempo siguiendo Twitch en mis noches aquí y quería probar. Decía, oye, lo mismo se me da bien y me gusta. Ahora, el problema es que he crecido tan rápido que no sé muy bien cómo tomarlo. Normalmente se crece de forma mucho más pausada y vas consiguiendo objetivos, a mí me ha venido tan de repente que no hay una guía en la que fijarme", confiesa Jony.

placeholder Retrato de Jony con su perra Duna. (Isabel Blanco)
Retrato de Jony con su perra Duna. (Isabel Blanco)

De momento, gracias casi todo a la iniciativa sus fans, se ha puesto unos objetivos claros. Si llega a los 700 subs, aproximadamente, intentará encontrar un techo al que mudarse y buscará convertir su canal en una empresa, pero por ahora mantiene los pies en el suelo y no se hace ilusiones. "Tengo muchísima gente que me ayuda, y sin ellos no podría estar aquí. Ahora quiero devolverles una parte de esa ayuda, pero sé que esto puede ser que se acabe mañana. Gano unos 1000 euros con esto al mes, que sé que es dinero, pero no tengo ni idea de si el mes que viene lo que haga va a seguir gustando y no me puedo endeudar y volver a tener problemas", asegura.

Sobre el secreto de su éxito, Jony no sabe muy bien cómo explicarlo, ni tiene un argumento para hablar de por qué de repente en el tiempo que pasa de abril a octubre su canal se ha convertido casi en un negocio, pero se basa en lo que le dice la gente. "Creo que es porque hablo con naturalidad, sin barreras y siempre tratando temas que generen debate, pero sin ser demasiado duros ni generan choques. Aporto valor, que para mí es la clave junto a la naturalidad y, además, me parece que acompaño y no solo a los chavales, eh, que tengo seguidores de hasta 60 o 65 años. Es más, uno de mis primeros suscriptores es un señor de Mallorca que vino a verme en verano, y cuando sale del taxi veo que es un tío de 59 años con una ensaimada. Imagina mi cara", comenta entre risas.

Este hombre acostumbrado a buscarse la vida "he vivido y vivo en la calle, pero siempre he encontrado lo necesario para comer y me he ganado la vida", dice no haber trabajado nunca en el mundo audiovisual, pero tiene trucos de profesional y no intenta dar falsas esperanzas. "Lo más normal es que esto me hubiera salido mal, ya ves lo que decía Ibai hace unos días sobre que vivir de Twitch es algo raro no, rarísimo, pero ya que llevo un tiempo he cogido algunos trucos. Sé que la barra de sonido nunca puede estar parada, que no puede haber silencios y que hay que evitar los temas que generen más tensiones o choques. Sé bien cuál es mi público o al que me quiero dirigir".

"Todo lo he aprendido en YouTube"

Su historia desde el pasado abril es un auténtico choque de trenes entre la dureza de la calle y el show de internet, pero lo toma con bastante naturalidad, sin trampa ni cartón y como una etapa más de su vida. "Obviamente la gente te juzga mucho al mostrar que vives en la calle. Durante un tiempo sufrí ataques de otros 'streamers' que decían que me lo estaba inventando todo, que era todo un montaje y que estaba intentando estafar a la gente. Vamos, a uno de ellos lo tengo denunciado porque vino a acosarme con la cámara aquí y, bueno, fue muy duro. También debes ser intachable o enseguida te tildan de todo. Pero la verdad que con la comunidad que tengo es genial. Twitch te permite una interacción brutal con la gente y todos esos seguidores luego te ayudan de forma desinteresada con todo. De verdad, creo que eso no ve lo suficiente".

¿Cómo acaba una persona que vive en la calle convirtiéndose en un 'streamer' callejero? Pues, según explica, todo se debe a su interés constante por aprender, su gusto por la plataforma y a la ayuda de otras personas. "Como te decía empecé con el móvil porque me flipaba la plataforma. Me vi mil tutoriales y vídeos. Todo lo he aprendido en YouTube y lo que sé de audiovisual y de cómo hacer directos lo cogí de El Xokas. Pero el empujón final me lo dio otro 'streamer' que vi que hacía IRL (In Real Life, gente que va retransmitiendo en directo todo lo que hace por la calle) y descubrí que no había que jugar a videojuegos para poder estar ahí".

placeholder Jony en pleno directo. (Isabel Blanco)
Jony en pleno directo. (Isabel Blanco)

Conectado a internet con su tarifa de datos ilimitada "es esta de Yoigo, solo pago 35 euros, es la caña" se tiró a probar y muchos 'influencers' empezaron a recomendarlo, incluso el periodista Nacho Abad. "Empecé a crecer y crecer, conocí a 'streamers' geniales que me ayudaron y hasta me vinieron a ver y me invitaron a grabar con ellos. De todos ellos he ido aprendiendo cómo hacer las cosas, a mejorar el canal, a ajustar los detalles técnicos...", comenta. Con el primer sueldo que tuvo de Twitch se compró el portátil que tiene ahora y es su herramienta principal de trabajo. "Tuve suerte, me fui al MediaMarkt que hay aquí cerca y el tío que atendía me conocía por el canal. Fue flipante y hasta me hizo un regalo".

Acompañado solo de Duna, que aguarda tumbada mientras su dueño retransmite, cada vez más personas le reconocen por la calle, y sorprende el paralelismo que puede llegar a tener con cualquier gran 'streamer'. A día de hoy realiza dos directos diarios, uno a mediodía (3 horas de 13 a 16 aproximadamente) y uno nocturno "más golfo y con temas más adultos" a la hora de la cena. En ellos habla y cuenta su historia, pero también cocina en el 'camping gas' que tiene todo tipo de recetas, invita a especialistas de los temas a través de su canal de Discord o se va a pasear por el barrio o a tomar un café al bar de confianza. Además, hace cebos en todas sus redes, pide ayuda o recomendaciones, hace campañas para interactuar con su comunidad e interactúa con otros 'streamers'. "Uno va cogiendo trucos, va aprendiendo, incluso a respirar con el diafragma. Que te reirás, pero es clave".

"La verdad que lo mejor es que se pasa el día volando. Ya ni veo series ni películas ni me da tiempo a nada. Vivo en un miércoles constante en el que tengo que preparar los guiones, producir el programa, documentarme, leer los periódicos sobre el tema que tengo que hablar, mejorar cosillas, hablar con mi comunidad que me ayuda con las diferentes redes... De verdad que paso todo el día con esto. Y es duro, eh, que al final no sabes si lo que vas a hacer va a gustar ni por dónde va a tirar. No es abrir la cámara y ale a ganar visitas. Menos mal que está el chat", comenta.

Además, cuenta con otros hándicaps, porque todo cuesta más sin casa. "Tengo la suerte que llevo muchos años aquí, unos 5 aproximadamente. La gente del hotel me ayuda y me deja estar por aquí sin problemas y tengo un portero en un edificio de aquí al lado que me guarda las cosas porque yo no me puedo quedar con el ordenador y eso en la calle. El tío hasta me carga las baterías por las noches que luego uso al día siguiente para el ordenador, y me recoge los paquetes de Amazon. Yo intento tener detalles con él después, le regalo alguna cosa y le ayudo en lo que puedo", explica Jony. Pero claro, ahora viene el gran dilema: ¿cuándo cambiar de plan?

El gran dilema: ¿cuándo dar el siguiente paso?

Jony, igual que ha ido amoldando su vida a su éxito en Twitch no es tonto, y ve cerca un cambio. El problema que ve es cuándo. En qué momento dejar la calle mudarse a una casa y convertir esto en un trabajo. "El otro día en el directo estuvimos mirando casas por Madrid, pero es que no hay nada, pero nada, por menos de 450 euros en casi toda la Comunidad de Madrid donde me pueda meter. Claro, hay gente que te dice de todo, que qué haces en la calle ganando más dinero que sus padres, que por qué no coges cualquier cosa, que en qué estás gastando el dinero, que por qué no me voy a otra ciudad. Yo ya me lo tomo bien y lo entiendo, eh, pero siempre digo que hay que tener los pies en la tierra".

placeholder Jony revisa sus redes sociales. (Isabel Blanco)
Jony revisa sus redes sociales. (Isabel Blanco)

El objetivo de los 700 suscriptores tiene un razonamiento detrás. "Los grandes dicen que esa es la cifra que te permite tener un mes malo y volver a remontar. Básicamente si los tienes, y te va mal un mes, se te pueden ir unos 300 y aún tener el colchón salvavidas. Pero si con 400 te pasa eso lo mismo se te acaba la idea. Además, esos 700 te permiten seguir hablando con naturalidad y siendo tú, sin la presión de que como se te vaya alguna persona tu sustento peligra. Creo que si llego a ese punto todo lo que gusta de mi se acabaría", comenta Jony.

Sobre si algún seguidor le ha ofrecido ayuda o alguna casa en la que poder quedarse asegura que sí, pero eran casos imposibles para su situación. "Me ofrecieron una opción por 700 euros. Si gano 1000, imagina cómo iba a poder vivir, pues ahogadísimo. Que además es que esto no es un ingreso continuo, no tengo una nómina como la de otra persona. Además, ¿qué pasa con el resto de gastos? Nada, hay que tenerlo muy claro antes de poder irme".

placeholder Jony en directo habla con algunos transeúntes mientras Duna persigue su pelota. (I. Blanco)
Jony en directo habla con algunos transeúntes mientras Duna persigue su pelota. (I. Blanco)

Se da la paradoja de que Jony incluso está pagando a alguien para que le ayude con el canal, mientras se decide a cambiar de sitio. "Necesitaba a alguien que me ayudase con los vídeos para YouTube, una versión de mis directos que quedasen guardados con los mejores momentos, como hace Ibai y el resto. Pues pedí ayuda y se ofreció un editor que es fan de mi canal. Es un currazo lo que hace con las miniaturas y todo, así que le pago lo que puedo. No es mucho, pero me sabía mal no hacerlo. Además, quiero empezar a dar algo de dinero también a la gente que modera el chat y me ayuda con Discord. Es que se pasan horas y horas dedicados a esto. La idea es que cuando sea profesional, si llego, pueda darme de alta de autónomos y montar todo esto de forma seria", termina el 'streamer'.

Mientras acaba la entrevista, varias personas pasan junto a Jony y uno de ellos se para al lado: "¿Qué, ya estáis con la superestrella?", comenta entre risas. Saluda y se lanza a hablar con el creador de contenido. Le comenta que él también es 'streamer', de fotografía, pero que solo lo hace de vez en cuando y que no termina de conseguir visualizaciones. "Ya, es que es un nicho pequeño ese. Pero ¿conoces Twitch Strike? Es una página que te dice cuándo es la mejor hora para hacer directo según tu categoría y dependiendo de la gente que haya, échale un ojo", le recomienda Jony. Cruzan sonrisas y le agradece la recomendación.

Este madrileño se ha convertido en una imagen extrañísima del cruce entre la realidad más dura y la fantasía de la red que huye de los conceptos que hablan de la toxicidad del mundo digital, si cortas por lo sano en tu comunidad, mientras sonríe e intenta ayudar en el mundo real con los mismos principios. "Sabes, sigo con estas ganas y esta actitud porque en la vida me he encontrado más gente buena que mala y esa es mi filosofía".

Son las 10:30 de la mañana de un jueves de octubre y Jony despeja sus ideas en una plaza del centro de Madrid acompañado de su perra Duna. Acaba de tomarse su primer café del día e imagina mentalmente cómo será su próximo directo mientras repasa sus redes sociales en el móvil. Un guion, el tema del día, quizá alguna entrevista... Este 'streamer' madrileño da vueltas a su siguiente programa en su despacho, como lo haría Ibai o cualquier otro famoso creador de contenido, porque él lo es. La diferencia es que la oficina de Jony, la mansión en la que se genera su creatividad, está en plena calle, como el resto de su hogar.

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