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Carles Sans (ex Tricicle): "Ahora te planteas esto lo digo, no lo digo y decirlo así o asá"
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Estreno el 6 de septiembre

Carles Sans (ex Tricicle): "Ahora te planteas esto lo digo, no lo digo y decirlo así o asá"

Después de cuarenta años de éxitos con el Tricicle, el cómico estrena en el teatro Reina Victoria de Madrid '¡Por fin solo!', un compendio de anécdotas que vivió con sus compañeros de escena durante estas cuatro décadas

Foto: El cómico Carles Sans, miembro de Tricicle durante cuarenta años. (Cedida)
El cómico Carles Sans, miembro de Tricicle durante cuarenta años. (Cedida)

Durante más de cuarenta años, Carles Sans (Badalona, 1955) disfrutó del éxito por teatros de todo el mundo junto a sus compañeros de Tricicle Paco Mir y Joan Gracia. Finalizada aquella extraordinaria aventura que llevó a miles de espectadores a ver obras de mimo y gestos, se subió de nuevo a los escenarios para contar las anécdotas más divertidas de aquellas cuatro décadas. El montaje se llama ¡Por fin solo! y recala ahora en el Reina Victoria de Madrid tras dos años de gira —y lo que le queda— durante 2024. El estreno es este miércoles 6 de septiembre.

Sans, que esta vez habla, practica un humor poco corrosivo y provocador, pero señala en esta entrevista que "ha cambiado el arco de lo que antes nos reíamos y de lo que nos reímos ahora”. Nada tiene que ver ese humor que había cuando Chicho Ibáñez Serrrador los llevó al Un, dos, tres en los ochenta con los últimos tiempos. Sin embargo, eso le ha llevado a ir adaptándose a los nuevos tiempos. Y todavía disfruta sobre el escenario con este espectáculo que es para los muy tricicleros, pero que, como insiste, también puede gustar a quien nunca vio a los Tricicle.

PREGUNTA. Después de cuarenta años con sus compañeros de Tricicle ya está solo en el escenario… ¿Cómo se lleva eso?

RESPUESTA. Al principio fue un poco extraño, pero ya llevo dos años con este espectáculo… Al principio sí daba un poco de cosa porque cuarenta años en compañía de mis colegas y de repente tener que defender un texto de hora y media solo pues daba un poco de miedo. Pero ya una vez comprobado que en el espectáculo la gente no para de reír y funciona muy bien ya he empezado a pasármelo genial.

P. Cuarenta años, doce espectáculos más otros tantos programas de televisión, cortos… Todo eso tuvo que generar muchas anécdotas. ¿Cómo se eligen y se llevan ahora a otro espectáculo?

R. Josep Pla decía que al ser humano lo que más le gusta de la historia es la anécdota, y la verdad es que es así. Las anécdotas gustan y si conoces al que le ha ocurrido y es absolutamente loca, inverosímil y divertida, que es el caso de todas las que cuento en Por fin solo, pues entonces a la gente le gusta mucho. Hice un listado de anécdotas que fui guardando durante tantísimos años porque habiendo viajado tanto y habiendo visto tanto, al final reúnes muchas situaciones que van más allá… No se trata de batallitas sino de anécdotas muy potentes que había que contar en un escenario. Pero ya no es solo lo que cuentas sino cómo lo cuentas. Ahí sí que hay público triciclero que descubre mucho a Tricicle porque el gesto, la gestualidad, lo llevo en la sangre.

"Creamos una manera de expresarnos sin palabras que llegó muy fácil al público. Nadie del teatro salía diciendo, oye, no he entendido nada"

P. Ahora que dice lo de la gestualidad… En Tricicle llenaron los teatros con un teatro de gestos, de mimo, que, a priori, no parece tan asequible como el de texto. ¿Por qué cree que fueron tan rompedores?

R. A nosotros enseguida nos cautivó la expresión corporal por encima del texto hablado. Y a partir de ahí empezamos a trabajarlo. Pero con todas las dudas del mundo, porque el mundo del mimo, entendido como aquel de cara blanca y malla negra, era muy denostado. Pero lo que hizo Tricicle estuvo muy bien porque creó su propio género. Creamos una manera de expresarnos sin palabras que, además, llegó muy fácil al público. Nadie del teatro salía diciendo, oye, no he entendido nada. Era perfectamente asequible. Creamos un género propio, muy personal y llegó al público enseguida. Y además encontramos un hueco en el espectro teatral muy particular lo cual nos dio ese sello tan inconfundible.

P. Uno de vuestros primeros descubridores fue Chicho Ibáñez Serrador, que además os llevó a la tele.

R. Sí, sí. Estábamos actuando en un teatro alternativo, en una sala a la que nos venían a ver en Madrid cuatro gatos porque éramos unos perfectos desconocidos. Pero alguien le diría a Chicho que valía la pena lo que estábamos haciendo porque un buen día apareció en la sala, lo cual nos sorprendió muchísimo. Y le gustó muchísimo, especialmente el número de Soy un truhan, soy un señor, esa canción que se hizo tan icónica con nosotros. Y nos propuso participar en el Un, dos, tres. Nosotros en un principio dijimos que en absoluto porque nosotros éramos gente de teatro y un programa tan comercial como el Un, dos, tres no era para gente de teatro… Imagínate. Pero el hombre fue muy persuasivo y al final dijimos que sí y aquello fue un bombazo.

placeholder Carles Sans en 'Por fin solo!'. (Cedida)
Carles Sans en 'Por fin solo!'. (Cedida)

P. Ahora también te ve mucha gente, pero salir en la tele en los ochenta sí que era que te viera toda España.

R. Fíjate, 22 millones de personas veían el Un, dos, tres cada viernes. Es que eso no lo ve hoy ni un Madrid-Barça. Sí, aquello fue… A ver, podía haber salido mal, hubiera podido no gustar, pero gustó tantísimo que de un día para otro…

P. El éxito. Viendo los espectáculos con perspectiva, ¿con cuál se queda? ¿Cuál es el más Tricicle?

R. Es muy difícil porque todos representaron en su momento un escalón en nuestra carrera. El primero fue el gran descubrimiento, Manicomic, un espectáculo sencillo, pero muy impactante y sorprendente. Más adelante vino Slastic sobre el mundo del deporte y la publicidad y que también tenía sketches muy sorprendentes. Es decir, cada uno ha tenido su valor.

Siempre nos hemos jactado de que el humor no tiene barreras y que a través del humor se puede decir todo… ahora a lo mejor no tanto

P. Como decíamos al principio, fueron cuarenta años de Tricicle… En estos cuarenta años la sociedad también ha evolucionado y hemos visto cómo ha cambiado el humor. ¿Cómo ve cómo nos tomamos ahora el humor, lo que nos hace gracia?

R. Es evidente que ha habido esa evolución. Los tiempos cambian, los hábitos se transforman, la moral fluctúa, a veces para arriba y otras para abajo… Ahora estamos en un momento conflictivo y peligroso para según qué tipo de cuestiones, de temas… Hay una sensibilización muy potente con respecto a algunos aspectos y por tanto aquellos que nos dedicamos al humor… Nosotros siempre nos hemos jactado de que el humor no tiene barreras, no tiene censura y que a través del humor se puede decir y hacer todo… pero ahora a lo mejor no tanto.

P. ¿Se toma con más cuidado tocar ciertos temas?

R. ¡Naturalmente! Sí, sí. Las personas de mi generación… Yo he visto todo este arco de lo que antes nos reíamos y ahora de lo que nos reímos y de lo que ya no se puede reír. Yo lo veo muy claramente y uno ha de adaptarse a los tiempos. Hay que saber qué es lo que puede herir o no. Cuidado, eso algunos, porque hay otros a los que no les importa en absoluto hacer un humor más corrosivo, más hiriente, más provocador que, por supuesto, nunca fue el caso de Tricicle ni ahora el mío con Por fin solo, pero hay otros humoristas que en este sentido probablemente no les importe. Es más, lo busquen. Ahí ya cada uno que se atenga a lo que considere.

P. Se lo preguntaba sobre todo porque no sé si en su caso ve para bien o para mal que haya temas en los que mejor no entrar.

R. Pues te lo planteas claro. Esto lo digo, esto no lo digo, lo digo así, lo digo asá…, pero hay que hacerlo, sí.

placeholder Carles Sans contando una de las anécdotas de la época de Tricicle.
Carles Sans contando una de las anécdotas de la época de Tricicle.

P. Bueno, otra cosa. Estrena ahora en Madrid, en el Reina Victoria. Por supuesto, aunque Tricicle empezó en Barcelona, luego vinieron muchísimo a Madrid con bastante éxito. ¿Cómo ve ahora el puente aéreo con respecto al teatro? ¿Se va más? ¿Se viene menos?

R. Yo creo que el teatro entre Madrid y Barcelona siempre ha funcionado mejor en una dirección que en otra. En los años ochenta las compañías catalanas copábamos las carteleras del teatro madrileño porque había grandísimas compañías… Desde Comediants, Joglars, Dagoll Dagom, La Fura dels Baus, Tricicle… Costaba más, por cuestiones idiomáticas, según qué éxitos de Madrid fueran a Barcelona. Porque hubo una época que en Barcelona, en los ochenta, se apostaba muchísimo por el teatro catalán por aquello de apoyar mucho el idioma. Pero esto se ha ido relajando muchísimo… Ahora en Cataluña hay muchos espectáculos que son en castellano. Pero sigue costando un poco el traspaso… Quizá porque en Madrid las compañías catalanas pueden venir traduciendo sus espectáculos al castellano, pero a la inversa es más difícil, y a veces cuesta más. Y luego en Madrid ahora hay más teatros que en Barcelona, por tanto, hay más posibilidades de ocupación.

P. Entrando más en el espectáculo. ¿Alguna anécdota ha decidido no contarla por si le podían decir algo sus compañeros Joan Gracia y Paco Mir?

R. No, no, aparte a Paco y Joan no les he consultado nada. Primero, porque lo que quería plantear no suponía ningún conflicto. No cuento nada ni morboso ni que pueda resultar hiriente para nadie. Son anécdotas divertidas. Yo me planteé el espectáculo como si estuviéramos en una sobremesa con los espectadores y empiezas a contar porque estás relajado cosas divertidas. Y es increíble ver como enseguida el público se engancha a las historias que cuento… Y entramos en una especie de cuentacuentos en el que público me va siguiendo. Técnicamente es un monólogo porque estoy yo solo el espectáculo, pero es bastante teatral porque no es lo típico del que se sienta en un taburete y empieza a contar sino que es muy teatral, hay personajes, tiene sus luces, sus proyecciones…

En los ochenta, se apostaba muchísimo por el teatro catalán por apoyar mucho el idioma. Pero esto se ha ido relajando muchísimo

P. ¿Y es para muy tricicleros o también para alguien que no haya visto nada de Tricicle?

R. Para tricicleros desde luego porque muchos recordarán aspectos, algunas cosas…, pero aquellos que no han visto jamás Tricicle se ríen absolutamente igual porque las historias por sí mismas son muy divertidas. Son todas reales y son una locura. Hay historias personales, profesionales y el público las disfruta.

P. Son cuarenta años haciendo reír… ¿Qué siente un cómico cuando ve que el espectador se ríe?

R Para el cómico la risa es el alimento espiritual, profesional… Tú haces toda y cada una de las cosas para que el público se ría. Y si obtienes ese resultado es casi orgásmico. Es como decir, guau, todo lo que he ensayado en silencio y en soledad resulta que sí hace reír. Un gag para un cómico es como una pepita de oro y cuando ya la tienes la tienes que conservar y cerrar bien el puño porque es un tesoro.

placeholder Carles Sans durante '¡Por fin solo!'.
Carles Sans durante '¡Por fin solo!'.

P. También se ha recorrido toda España. Dígame el público con la risa más floja y el que es un poco más durillo.

R. No… Quizá hay algunos matices… En el norte al principio son un pelín más fríos, pero luego ya se entregan y se ríen como en cualquier otro sitio. Quizá el público mediterráneo, especialmente el levantino, es muy fiestero, muy entregado y con una risa muy abierta. El de Sevilla al principio también es un poco más a verlas venir… Pero en realidad no nos diferenciamos. España es un país con comunidades muy variadas y diversas afortunadamente, pero al final todos nos reímos de lo mismo. Una caída de culo bien hecha en un momento determinado e inesperada se ríe todo el mundo. Un niño y un señor de 80.

"Estoy en un momento en el que digo que me estoy dando una propina profesional. No tengo el agobio de tener que seguir trabajando"

P. Para terminar. Lleva dos años con este espectáculo, ¿va a seguir más? ¿Qué va a hacer después?

R. Yo ahora sigo con la explotación de este espectáculo y a partir del éxito que espero en Madrid continuaré por toda España durante todo el año 24. Pero ya después... estoy en un momento en el que digo que me estoy dando una propina profesional a mí mismo. No tengo el agobio de tener que seguir trabajando en esto. Yo ya las cosas las hago para disfrutar. Tengo proyectos sí, me gustaría hacer algunas cosas de proyectos en varios ámbitos, pero poco a poco.

P. Igual llega el momento en el que uno dice, voy a descansar ya.

R. Pues es que a veces descansar… no tiene por qué ser sinónimo de no hacer nada. Yo puedo hacer un trabajo que no me suponga un estrés y que disfrutes, pero tampoco te agobie. Encontrar eso me encantaría porque dejar de hacer, de trabajar, de momento no me seduce.

Durante más de cuarenta años, Carles Sans (Badalona, 1955) disfrutó del éxito por teatros de todo el mundo junto a sus compañeros de Tricicle Paco Mir y Joan Gracia. Finalizada aquella extraordinaria aventura que llevó a miles de espectadores a ver obras de mimo y gestos, se subió de nuevo a los escenarios para contar las anécdotas más divertidas de aquellas cuatro décadas. El montaje se llama ¡Por fin solo! y recala ahora en el Reina Victoria de Madrid tras dos años de gira —y lo que le queda— durante 2024. El estreno es este miércoles 6 de septiembre.

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