Marjane Satrapi, autora de 'Persépolis', Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades

En el año 2000, la autora iraní Marjane Satrapi (1969) lanzó al mundo uno de esos libros que lo cambian todo. Además, no era una novela sino un cómic. Se llamaba Persépolis y narraba la historia de la escritora en los años finales del régimen autoritario del Sha y la llegada del totalitarismo teocrático de los ayatolás con la Revolución de 1979. Con un trazo inolvidable en blanco y negro, sus cuatro tomos se convirtieron en superventas, más tarde en una película y elevaron a Satrapi al nivel más alto del activismo contra el régimen iraní.

Hoy ha sido galardonada con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades por ser "una voz esencial para la defensa de los derechos humanos y la libertad. Satrapi es un símbolo del compromiso cívico liderado por las mujeres. Por su audacia y producción artística, está considerada una de las personas más influyentes en el diálogo entre culturas y generaciones". El jurado también ha recordado la importancia de este cómic: "El premio desea poner de relieve el talento de Marjane Satrapi para reinventar las relaciones entre arte y comunicación, como en su novela gráfica Persépolis, en la que plasma ejemplarmente la búsqueda de un mundo más justo e integrador".

La escritora ha querido dedicar el premio a "Toomaj Salehi, artista de rap, condenado a muerte hace unos días por cantar a la libertad"

En sus primeras declaraciones tras aceptar el premio, Satrapi ha señalado que es “un gran honor y un inmenso placer recibir este premio, aunque, sin falsa modestia, no sé realmente si lo que he hecho por la humanidad es tan notable. Pero dado que ustedes, honorables miembros del jurado, me han elegido, aprovecho esta oportunidad para celebrar la feroz lucha de mi pueblo por los derechos humanos y la libertad. Hoy se honra a todos los jóvenes que perdieron la vida y a los que continúan el combate por la libertad en Irán". La escritora, además, ha querido dedicar el premio a "Toomaj Salehi, artista de rap, condenado a muerte hace unos días por cantar a la libertad".

Criada en una familia progresista y acomodada —ella estudiaba en el Liceo francés de Teherán—, el libro cuenta muy bien cómo en un primer momento hasta vieron con buenos ojos la caída del Sha. Sin embargo, pronto las restricciones de libertades, la imposición del velo y el fin de los colegios bilingües, entre otras medidas dictatoriales impuestas por Jomeini, cambiaron por completo la visión de la familia. Satrapi fue enviada a estudiar a Viena en los ochenta para tener una educación laica y años después, tras una temporada en Irán estudiando Bellas Artes (y donde vio con horror lo que habían hecho los ayatolás con su país) acabó instalándose en París donde vive actualmente y donde ha desarrollado toda su carrera profesional.

Persépolis fue el disparadero para su fama mundial —lo cual es bastante inaudito en una historietista—, y después le siguieron Bordados, sobre las mujeres iraníes (2003), y pollo con ciruelas (2006), historia de un pariente durante la época del Sha en los cincuenta y con el que ganó el premio al mejor álbum en el Festival del Cómic de Angulema, el más prestigioso para esta disciplina.

Además de la novela gráfica, Satrapi también ha incursionado en el cine y ya ha dirigido varias películas. Junto a Vincent Paronnaud se puso al frente de las cintas de animación Persépolis y Pollo con ciruelas y en solitario dirigió Las voces (2014), curiosamente una película con toques de terror sobre un hombre que sufre esquizofrenia, y Radioactive (2020), una biografía de la química Marie Curie.

Revolución feminista

Después de la muerte de la joven Mahsa Amini bajo custodia policial —la tristemente famosa policía de la moral— por no llevar adecuadamente el velo el 16 de septiembre de 2022, Satrapi publicó junto a otros autores el cómic Mujer Vida Libertad. Hacía tiempo que no volvía a la historieta, pero como dijo en entrevistas, “ahora había algo importante que decir”. Para la autora, con todas las manifestaciones que trajo consigo el caso Amini, Irán estaba por fin viviendo su revolución feminista.

Pero ya en ese momento mostraba su descontento con respecto a la poca colaboración que había vivido por parte de la izquierda, incluso en 1979, cuando llegaron los ayatolás. Según manifestó en una entrevista en El País en noviembre pasado, “la izquierda revolucionaria decía: ‘El velo no es nuestro problema porque estamos ante un problema de clases sociales” (…). “No nos apoya ni la izquierda ni las feministas en Occidente, porque se les ha metido en la cabeza que islamismo y musulmanes era lo mismo: si ataca el islamismo ataca a los musulmanes”.

Finalmente, en cuanto al influjo de su libro Persépolis, a día de hoy cree que, como dijo en aquella entrevista, “hay que ser humilde sobre la influencia de un libro, una canción o una película. Vendí millones con Persépolis y no sé cuántos centenares de conferencias di. ¿Cambié algo? Qué sé yo. ¿Desperté la curiosidad de la gente? Sí. Contribuí un poquito. Solo un poquito, aunque solo así se cambia el mundo”. Los libros sí cambian cosas.