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Las 10 mejores películas de 2019: payasos asesinos, feministas ultraviolentas y parásitos
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Las 10 mejores películas de 2019: payasos asesinos, feministas ultraviolentas y parásitos

En un año que ha visto estrenar lo último de Scorsese, Tarantino, Bong Joon-ho y Pedro Almodóvar, ha sido difícil reducir a 10 las mejores películas del año

Foto: Fotograma de una de las diez mejores películas del año. (La Aventura)
Fotograma de una de las diez mejores películas del año. (La Aventura)

2019 quedará como una buena cosecha de cine. Un año en el que incontestables como Tarantino o Scorsese han estrenado sus respectivas elegías a un mundo en extinción. En el que Bong Joon-ho ha reclamado su lugar en la primera liga tanto de festivales como de público. En el que Von Trier ha resucitado a Matt Dillon con 'La casa de Jack' y Clint Eastwoodha demostrado que a pesar de los achaques de la edad todavía puede rodar una película al año sin perder relevancia. Un año con dos grandes clásicos instantáneos del terror como 'Nosotros' y 'Midsommar' y en el que los remakes o secuelas de Disney —'El rey león', 'Aladdin', Toy Story 4', 'Frozen II'— y los superhéroes —'Vengadores', 'Spiderman', 'Capitana Marvel' y 'Joker'— se han repartido, otra vez, el pastel de la taquilla. Y un año en el que Netflix se ha vengado de los remilgos de la Academia y ha producido films en una cantidad y de una calidad inédita en la plataforma.

Entre tantas opciones, El Confidencial presenta su lista navideña de las diez grandes películas estrenadas en España en los últimos doce meses. Faltará alguna, pero no sobrará ninguna.

10. 'Border', de Ali Abbasi

placeholder Eero Milonoff y Eva Melander disfrutando de la naturaleza en 'Border'. (Karma)
Eero Milonoff y Eva Melander disfrutando de la naturaleza en 'Border'. (Karma)

La película fantástica del año. Del lustro. De la década. Una propuesta imprevisible basada en un relato de John Ajvide Lindqvist, autor del cuento que originó 'Déjame entrar', la revisión del mito vampírico que trascendió las fronteras y la versión original en sueco. En su segundo largometraje, el director Ali Abbasi propone esta revisión del mito del folclore que es 'Border', un film a la vez orgánico y etéreo, tan en contacto con los exteriores naturales como con la revolución interior de dos seres extraños que se encuentran en un aeropuerto.

'Border' es tan marciana como tierna, un cuento moderno en forma de un oasis de originalidad y encanto alejado de las fórmulas manidas y con un mensaje muy necesario hoy sobre lo que deberían significar la identidad, la pertenencia a un grupo y la empatía.

Foto: Eero Milonoff y Eva Melander, en 'Border', la última película de Ali Abbasi. (Karma)
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Marta Medina

9. 'High Life', de Claire Denis

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Robert Pattinson, el convicto-astronauta de 'High Life'. (Karma)

Han pasado tres décadas desde su iniciación en el largometraje con 'Chocolat' (1988) y la francesa Claire Denis se ha construido poco a poco, desde la humildad y los márgenes, un estatus de cineasta de culto. Siempre arriesgada y algo imbricada, Denis se mantiene fiel a un estilo radical tanto en la forma como en el fondo y en 'High Life' es la primera vez que lleva a actores de peso en Hollywood a uno de sus relatos desdeñosos de todo convencionalismo. Lo hace con un film de ciencia ficción que utiliza el espacio como excusa para empujar al borde del abismo a un grupo de personajes extremos que permiten a la directora explorar el lado más violento y destructivo del ser humano.

Monte (Robert Pattinson) es el último superviviente de una misión espacial compuesta por criminales convictos. Con él viaja un bebé, fruto de los experimentos de fertilidad de una científica de moral laxa interpretada por Juliette Binoche. ¿Qué ha pasado con el resto de la tripulación? Denis lo cuenta a través de un 'flashback' en el que recuerda los primeros tiempos de la tripulación en la nave. El encierro y las condiciones extremas provocarán que la salud mental y las relaciones entre los pasajeros de la nave se vuelvan insoportables y acaben en un delirio sangriento.

Foto: 'High Life'.

8. 'Joker', de Todd Phillips

placeholder Joaquin Phoenix pone a prueba su mirada turbia en 'Joker'. (Warner)
Joaquin Phoenix pone a prueba su mirada turbia en 'Joker'. (Warner)

El gran taquillazo de la lista. Una de las películas que más ha dado que hablar este año, hasta la náusea. Después del fiasco Joker-Leto, que Todd Phillips, responsable de 'Road Trip (Viaje de pirados)' (2000) y la saga 'Resacón', fuera el encargado de darle un nuevo aire al villano de DC hizo levantar muchas cejas. Y resulta sorprendente que un director curtido en la comedia haya firmado uno de los retratos más oscuros del personaje. Además de una puesta en escena tan efectiva como sugerente, su gran acierto: llevarse al Joker al terreno del realismo sucio y —aunque ambigua— la crítica social. Aunque, probablemente, si el papel protagonista hubiera caído en manos de un actor diferente a Joaquin Phoenix, el resultado de la propuesta no hubiese sido tan doloroso y perturbador.

El Joker de Phoenix es la consecuencia del derrumbe del estado del bienestar, particularmente en Estados Unidos. Arthur Fleck representa el paradigma de los desheredados: un tipo con problemas mentales que termina explotando contra el sistema que lo abandona. Phillips, a través del discurso final de Fleck incide en el nihilismo de un terrorista sin ideología, pero que acaba erigiéndose en líder de la masa social desencantada por una carambola. Con su violencia explícita y un protagonista mentalmente inestable, 'Joker' es el heredero de 'Taxi Driver' para una generación tan ambigua y contradictoria como el mensaje de la película, objeto de las interpretaciones más antitéticas. Eso sí, pocos 'blockbusters' tan incendiarios e incómodos como 'Joker' en una taquilla tomada por 'Vengadores' y compañía.

Foto: Joaquin Phoenix regala una dolorosa interpretación del Joker. (Warner)

7. 'Tres idénticos desconocidos', de Tim Wardle

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David, Eddy y Bobby, los trillizos separados al nacer. (Versus)

La vida de Bobby Shafran cambió drásticamente el primer día de universidad. Todo el mundo le recibió con los brazos abiertos. Los desconocidos lo saludaban efusivamente. Las mujeres le guiñaban el ojo. Hasta que le llamaron Eddie y le contaron que un año anterior había pasado por la facultad un alumno exactamente igual que él. Exactamente. Mismos rasgos. Mismos gestos. Misma voz. Cuando los dos alumnos se encontraron frente a frente, quedó patente que allí había algo más que un parecido razonable. Tenían que ser gemelos.

Lo que comienza como dos hermanos separados al nacer que se encuentran por casualidad, en 'Tres idénticos desconocidos' evoluciona a una especie de sitcom increíble cuando encuentran un tercer hermano gemelo y se convierten en estrellas 'freaks' de la televisión y, después, a una historia de terror a medida que la investigación del director Tim Wardle descubre los secretos que hay detrás del pasado de los trillizos. Cualquier concreción en este sentido arruinaría la conmoción del espectador al descubrir que a ningún guionista de ficción se le ocurrirían tantos puntos de giro y tramas secretas perversas como a la propia realidad.

6. 'Largo viaje hacia la noche', de Bi Gan

placeholder Wei Tang y Jue Huang se buscan en la oscuridad de la noche. (Surtsey)
Wei Tang y Jue Huang se buscan en la oscuridad de la noche. (Surtsey)

En su segundo largometraje, el cineasta chino Bi Gan ha demostrado ser el digno heredero de Wong Kar-Wai —que, por cierto, ¿dónde estás?—, con una parsimonia menos afectada pero con la misma minuciosidad en el uso del color, de los detalles, de los gestos y los movimientos de cámara suntuosos. 'Largo viaje hacia la noche' es, sobre todo, un film seductor, que atrapa en ese baile de silencios y travellings hacia ninguna parte. Todo en ella es color y textura, hasta el rostro picado del protagonista. Todo se queda a media luz, entre el misterio y la revelación. El cine de Bi Gan es fantasmagoría: rostros en las tinieblas, lugares vacíos, palabras ambiguas, imágenes irreales.

'Largo viaje hacia la noche' comienza con la vuelta de Luo (Jue Huang) a la ciudad china de Kaili tras la muerte de su padre. Kaili se presenta como un paisaje industrial, un lugar inhóspito y desconcertante, en el que el humo y la lluvia son una constante. Luo decide buscar a Wan Qiwen (Wei Tang), la novia de un mafioso peligroso y violento, una mujer salida de un 'thriller noir' clásico y trasladada al siglo XXI. A partir de aquí, la película mezcla la memoria con la búsqueda, en una propuesta interesante sobre lo cerca que están las proyecciones futuras de las evocaciones pasadas. Un recorrido a pie, en moto y, sobre todo, a ojo, con un final virtuoso e inolvidable.

Foto: Un momento de 'Largo viaje hacia la noche'. (Surtsey)

5. 'Donbass', de Sergei Loznitsa

placeholder Todo puede ocurrir en la frontera ucraniana cuando Rusia se mete de por medio. (Alfa Pictures)
Todo puede ocurrir en la frontera ucraniana cuando Rusia se mete de por medio. (Alfa Pictures)

Antes de 'Donbass', solo se había distribuido en España una película del ucraniano Sergei Loznitsa: 'En la niebla'. Nada más, a pesar de la larga trayectoria de un cineasta —más enfocado al documental que a la ficción— habitual de Venecia y Cannes. Precisamente con 'Donbass', Loznitsa ganó el premio a Mejor dirección de Un certain regard. En esta ocasión, Loznitsa se mete de lleno en el conflicto entre Rusia y Ucrania en la frontera de Donetsk. Y lo hace con un film bélico nada al uso: con una estructura de 'sketches', el cineasta recurre a la farsa para explicar la complejidad de una situación tan trágica como absurda, en la que los personajes son el ejemplo de la degeneración moral más absoluta.

'Donbass' es trepidante e hilarante en su drama. Hasta que el espectador se da cuenta de que lo que en la ficción puede resultar gracioso, en la vida es un acto de crueldad. Sobre todo, cuando el director revela la intrahistoria de un guion basado en vídeos de YouTube grabados por testigos de la guerra. 'Donbass' denuncia la barbarie, la destructividad de la masa, el abuso estatal y lo dañino de los nacionalismos radicales. Rodada en planos secuencia, denuncia la pantomima en la que se ha convertido la política internacional, donde es difícil distinguir la verdad del teatrillo.

Foto: Una imagen de 'Donbass', de Sergei Lonitza. (Alfa Pictures)

4. 'Nación salvaje', de Sam Levinson

placeholder Bella Thorne no sale mucho, pero el plano mola. (Versus)
Bella Thorne no sale mucho, pero el plano mola. (Versus)

Desfase lisérgico y ultraviolento. Reivindicación feminista ligera de ropa. Mirada sucia. Caza de brujas. Adulterio. Hombres frustrados y disminuidos emocionales. Un manifiesto a favor de la libertad sexual contra los pacatos, los envidiosos, los pollaviejas, los pollaflojas y los señores y señoras de genital rancio. 'Nación salvaje ' es, ¡oh, sorpresa!, salvaje. Y también superficial. Y reivindicativa en el plano de la diversidad racial y de género. Y cuyas protagonistas viven todas en casoplones y tienen las carnes prietas y las faldas cortas y el DNI poco gastado. Es el perfecto resumen y producto del año 2019.

En una ciudad suburbial estadounidense un grupo de chicas son las reinas 'trash' del instituto. Porque el 'trash' es la nueva cumbre de la pirámide social de la educación obligatoria. Cuando un 'hacker' empieza a hacer pública información privada comprometida de la gente del instituto, comienza una caza de brujas que afectará a una de las chicas, a la que le descubren una relación con un hombre casado. Las ganas de encontrar un chivo expiatorio, de dejarse llevar por la histeria colectiva, de verse más puros y limpios de pecado en el espejo hará que la ciudad entera las persiga para acabar con ellas en una ejecución pública. Sam Levinson mezcla sangre, purpurina y estética videoclipera en este Salem del siglo XXI.

Foto: Bella Thorne, en un momento de 'Nación salvaje'. (Versus)

3. 'El irlandés', de Martin Scorsese

placeholder Robert de Niro y Al Pacino y su lifting digital. (Netflix)
Robert de Niro y Al Pacino y su lifting digital. (Netflix)

Si existen las antípodas cinematográficas, probablemente 'El irlandés' se encontrase en el extremo opuesto de 'Nación salvaje'. O quizás no. Porque ambas comparten un sentido macabro de la ironía. Porque Scorsese, a pesar de su imagen solemne preconcebida, es un tipo muy divertido. Si no, pregunten por la metacualona de Wall Street. O a cada uno de los mafiosos muertos fuera de cámara que se pasean ajenos a su desenlace fatal. Porque 'El irlandés', a pesar de estar impregnada por una melancolía de fin de etapa, no se deja lastrar por la gravedad.

La última película de Scorsese es un compendio de todo su cine. Del noir de mafiosos italoamericanos que tan bien ha sabido retratar. De los amigos y compañeros junto a los que ha crecido en Hollywood. De la historia de Estados Unidos resumida en suceso tan puntual como trascendental. Porque del asesinato del sindicalista Jimmy Hoffa (Al Pacino), un crimen sin resolver que conmocionó al país —pero que las nuevas generaciones han olvidado—, es el resultado de un sistema corrupto que unió a los bajos fondos del hampa con las altas esferas del Capitolio. Robert De Niro y Joe Pesci —en el mejor papel de su vida— interpretan a Frank Sheeran y Russell Bufalino, los principales implicados en la desaparición de Hoffa. Un film bellísimo y monumental ambientado en tres épocas fundamentales de la vida de Sheeran y que es el máximo aspirante a llevarse este año el Oscar a Mejor película.

Foto: Al Pacino y Robert De Niro en 'El irlandés'. (TriPictures)

2. 'La favorita', de Yorgos Lanthimos

placeholder Kate Winslet y Emma Stone a tortas por los favores de Olivia Coleman. (Fox)
Kate Winslet y Emma Stone a tortas por los favores de Olivia Coleman. (Fox)

Yorgos Lanthimos es un provocador obstinado. Siempre rascando, ñiquiñiqui, en los sarpullidos del alma humana. Y muchas de sus películas giran en torno al deseo de posesión que carcome las relaciones, ya sean familiares o eróticas. El padre de 'Canino' prefiere destruir a su familia antes de perderles en sus respectivas libertades individuales. Las autoridades de 'Langosta' prefieren y convierten en animales a los solteros porque son de su propiedad. Y, en 'La favorita', el director griego retuerce los tiras y aflojas de un triángulo amoroso hasta el más barroco de los absurdos.

Desde la misma puesta en escena —con lentes angulares extremas y movimientos de cámara súbitos— Lanthimos avisa de que la historia que va a contar habrá pasado primero por el filtro aberrado de la exageración. Tan extravagante como divertida, 'La favorita' se centra en un romance apócrifo de Ana de Gran Bretaña, una de las reinas menos glamurosas de la historia de Inglaterra, con la duquesa Sarah Churchill, por un lado, y la sirvienta Abigail Hill, por otro. Lanthimos —y el público— se divierte expectante del nivel de indignidad y de bajeza moral al que llegarán las combatientes por el corazón de la reina, que más que ser tonta se lo hace. Un placer perverso que podría pasar por vástago ilegítimo de un matrimonio Greenaway-Serra, pero que a su vez es el film más disfrutable del rajavenas de Lanthimos.

Foto: Rachel Weisz y Olivia Colman, en un momento de 'La favorita', de Yorgos Lanthimos. (Fox)

1. 'Parásitos', de Bong Joon-ho

placeholder Familia pija, familia feli,z en 'Parásitos'. (La Aventura)
Familia pija, familia feli,z en 'Parásitos'. (La Aventura)

Que una película asiática rebase los prejuicios del occidentalismo hegemónico, ya no solo con el premio gordo de un Festival como Cannes —antes hubo otros, pero contados—, sino también del público de las salas comerciales es, prácticamente, un milagro. Bong Joon-ho es, junto a Park Chan-wook, el cineasta más exportable fuera de las fronteras de Corea del Sur. Sobre todo cuando ha decidido volver a traspasarlas hacia dentro. Porque, después de una etapa mejorable coqueteando con el cine estadounidense —'Snowpiercer' y 'Okja' son sus trabajos más contestados—, Bong ha vuelto al nivel de 'Memories of Murder', y lo ha hecho con una comedia social negrísima e imprevisible: el que pestañee se queda rezagado.

En 'Parásitos', el coreano ha apelado al síndrome de nuestros tiempos: la impostura aspiracional. Por un lado, los Kim, una familia muy pobre que tiene que conformarse con trabajos de mierda y mal pagados, que vive en un piso minúsculo y que parece abocada a perpetuar su miseria. Por otro, los Park, una familia rica y pija y cuyo principal problema es comer orgánico y celebrar la fiesta infantil perfecta. Cualquiera querría intercambiar su vida por la de los Park. Los primeros los Kim. Y la oportunidad les llega cuando al hijo mayor de los Kim le surge el trabajo de profesor de clase particulares de la hija mayor de los Park. Y, a partir de aquí, el desastre para las dos familias y el deleite del espectador, que jamás podría predecir cómo va a acabar este relato espídico y desquiciado.

Foto: La familia protagonista de 'Parásitos'. (La Aventura)

2019 quedará como una buena cosecha de cine. Un año en el que incontestables como Tarantino o Scorsese han estrenado sus respectivas elegías a un mundo en extinción. En el que Bong Joon-ho ha reclamado su lugar en la primera liga tanto de festivales como de público. En el que Von Trier ha resucitado a Matt Dillon con 'La casa de Jack' y Clint Eastwoodha demostrado que a pesar de los achaques de la edad todavía puede rodar una película al año sin perder relevancia. Un año con dos grandes clásicos instantáneos del terror como 'Nosotros' y 'Midsommar' y en el que los remakes o secuelas de Disney —'El rey león', 'Aladdin', Toy Story 4', 'Frozen II'— y los superhéroes —'Vengadores', 'Spiderman', 'Capitana Marvel' y 'Joker'— se han repartido, otra vez, el pastel de la taquilla. Y un año en el que Netflix se ha vengado de los remilgos de la Academia y ha producido films en una cantidad y de una calidad inédita en la plataforma.

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