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Las parafilias de Armie Hammer para explicar cuándo son un crimen sexual
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Las parafilias de Armie Hammer para explicar cuándo son un crimen sexual

'Los Crímenes Sexuales. Psicopatología del Delito' hace un recorrido histórico por las conductas sexuales a lo largo de la historia. Publicamos parte del capítulo dedicado a las parafilias.

Foto: El actor Armie Hammer en 2018, antes de las acusaciones (EFE EPA NINA PROMMER)
El actor Armie Hammer en 2018, antes de las acusaciones (EFE EPA NINA PROMMER)

Armie Hammer saltó a la fama en 2017 al protagonizar el drama romántico Call me by your name, estrenado en España como Llámame por tu nombre. Pero rápidamente hundió su carrera cuando en 2020 se revelaron sus acusaciones de violaciones y tendencias caníbales.

Estuvo 9 meses ingresado en una exclusiva clínica de Florida para tratar sus problemas con el alcohol, las drogas y el sexo; perdió a su esposa y a sus hijos, y migró a las Islas Caimán para trabajar como vendedor inmobiliario. Sin pretender el perdón de la opinión pública que le había juzgado, condenado y sentenciado, en la era más dura de las campañas del #MeToo, sí ha querido romper su silencio publicando una entrevista en el diario digital AirMail.

Uno de los motivos que relaciona con su comportamiento indeseable son los abusos sexuales que sufrió con 13 años por parte de un cura protestante, "por lo que la sexualidad entró en mi vida de una forma en la que estaba completamente fuera de control". Ya de adulto, Hammer se reconoce como adicto al masoquismo, la dominación, la sumisión y la disciplina base del BDSM.

Hammer relaciona su comportamiento indeseable con los abusos sexuales que sufrió con 13 años por parte de un cura protestante

Amparándose en su estatus de celebridad a varias de sus amantes les hizo de todo. A la influencer Paige Lorenze le dibujó la letra A con un cuchillo cerca de su vagina; la desarrolladora de aplicaciones de belleza Courtney Vucekovich relató que a Hammer "le gustaba mucho decir que quería romperme una costilla y comérsela en una barbacoa" además de practicar todas las variantes del BDSM, bondage, disciplina, sadismo y masoquismo "donde dejó bastante claro que es algo que le interesaba desde el principio de la relación". Una joven con el seudónimo de Effi e que mantuvo durante 4 años una relación intermitente con él confesó que sufrió alguna violación agresiva y abusos físicos. Un chico de Bogotá explicó que el actor le había violado salvajemente con el argumento de que "los chicos podían soportar más el dolor" —según las propias palabras de joven—, y alegó que la estrella le "cortó con papel y cristal para luego chuparme la sangre".

En la entrevista publicada describe cómo, cuando en febrero de 2021 sintió que todo se le venía abajo, pensó en suicidarse en las islas Caimán: "Me adentré en el océano y nadé todo lo que pude con la esperanza de ahogarme, de que me arrollara un barco o de que me devorara un tiburón. Pero entonces me di cuenta de que mis hijos seguían en la orilla, y que no podía hacerles eso a ellos".

En esa publicación digital Hammer explica que no espera ni desea que se le absuelva de sus pecados y de la culpa, ya que "estoy aquí para asumir mis errores, responsabilizarme del hecho de que fui un gilipollas, de que fui egoísta, de que utilicé a la gente para sentirme mejor y, cuando acabé, seguí adelante. Traté a la gente peor de lo que debería". Sin embargo, sí hizo un llamado a cuestionar la cultura de la cancelación consciente de que: "Nadie me contratará. Nadie me asegurará. No puedo conseguir una fianza para un proyecto. Y nadie me contrata porque, si lo hacen, dirán que son personas que apoyan a los maltratadores. Y entonces se arriesgan a que les cancelen a ellos también (...)".

placeholder Armie Hammer, en una imagen de archivo. (Reuters)
Armie Hammer, en una imagen de archivo. (Reuters)

Hammer en todo momento niega las acusaciones de violación. Los psicólogos que estudiaron su caso en el juicio de su divorcio aseguraron que está en sus cabales, defendiendo que podía responsabilizarse de parte de la custodia de sus hijos, ya que no corrían ningún peligro de sufrir abusos. Además, matizaron que la práctica de BDSM ya no se considera anormal ni una desviación sexual porque se ha eliminado del Manual de Diagnóstico y Estadística de los trastornos mentales. En definitiva, "lo que tiene el señor Hammer son fetiches, pero no delitos".

Entonces, ¿dónde está la frontera entre la sexualidad normal y la desviada y el límite con los delitos? ¿Qué entendemos como desviaciones de la conducta sexual, las también llamadas parafilias? ¿Las desviaciones sexuales se consideran enfermedades mentales? Vamos a ello.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, parafilia se define como desviación sexual y se refiere a los casos en que las personas presentan intereses sexuales atípicos. Desde el siglo XIX se han consideraban como "perversiones sexuales" el incesto, la homosexualidad, la zoofilia, la pedofilia, el sadomasoquismo, el autoerotismo, el voyerismo, el fetichismo, el travestismo, la coprofagia, las mutilaciones sexuales, etc. Sin embargo, el término perversión sexual fue sustituido por el de parafilia en el año 1987, cuando la Sociedad Americana de Psiquiatría (American Psychiatric Association) publicó la versión revisada de su tercera edición del Manual Diagnóstico y estadístico de los Trastornos Mentales, el DSM- III-R, coincidente con la modificación clínica de la 9.a edición de la CIE (CIE9MC) que es el manual diagnóstico de la Organización Mundial de la Salud. Estos dos manuales, aunque mantienen algunos matices discordantes, se consideran los estándares de referencia para los profesionales de la salud mental en todo el mundo y especifican los criterios para considerar cada uno de los trastornos mentales.

Sin embargo, el concepto de "normal" en sexología tiene más que ver con criterios estadísticos (lo que es frecuente en un grupo social), filogenéticos (si son conductas que también desarrollan los primates superiores), morales (de acuerdo con los preceptos de un grupo cultural en un momento histórico), legales (lo que contraviene la legislación vigente), o sociales.

placeholder Portada de 'Crímenes sexuales. Psicopatía del delito'.
Portada de 'Crímenes sexuales. Psicopatía del delito'.

Así, por ejemplo, vemos cómo la masturbación en algún momento histórico pudo ser considerada "anormal" social y moralmente, o bien la homosexualidad, que además en algunos países hoy en día es considerada ilegal. En contrapartida vemos cómo tanto el incesto y la violación han estado fuera de todas las normas en todos los tiempos, excepto en términos etológicos. En nuestro país la conducta sexual está basada en la capacidad de consentir, y la consideración de trastorno se basa en la disfunción que pueda generar la conducta, la incapacidad para adaptarla a las circunstancias sociales y el malestar psicológico causado por sus tendencias, y no solamente como resultado de la reprobación o repudio social.

En nuestro país la conducta sexual está basada en la capacidad de consentir

De la incapacidad (o involuntariedad) para reprimir la conducta cuando implica a terceras personas que no consienten en llevarla a cabo se derivan los delitos sexuales. Las parafilias que suelen darse con más frecuencia son:

—El exhibicionismo: consistente en el placer de exponer los genitales a desconocidos de forma imprevista. Esta práctica conlleva necesariamente un delito, y se ha relacionado con estructuras inmaduras de personalidad con dificultades para la interacción social asertiva.

—El fetichismo: definido como las conductas, fantasías y necesidades sexuales en las que se requiere el uso de un objeto inanimado para sentir placer. Entre los objetos más empleados por los fetichistas están los zapatos, la lencería, el cuero y la goma. Esta parafilia es tan común que existen webs especializadas en donde adquirir los objetos fetiche. En ocasiones el placer sexual tiene que ver con tocarlo o simplemente verlo, pero en otros puede ir asociado a robarlo y masturbarse con él. Una variante del fetichismo puede ser el fetichismo travestista, en el que pueda sentirse placer sexual al vestirse con ropas del otro género. Es más común en hombres heterosexuales y no debe confundirse con el travestismo.

—La pedofilia se considera una desviación de la conducta sexual y quien la experimenta asocia el placer sexual a las conductas sexuales con menores, que ya sido abordado en otro capítulo de este libro exhaustivamente.

—El froteurismo implica rozar los genitales con alguna persona desconocida sin su consentimiento. Es más común en hombres que en mujeres y es una conducta que implica acoso sexual y que veremos más adelante.

—Los masoquistas sexuales sienten placer en situaciones en las que se les humilla física y/o psicológicamente. La cruz de la misma moneda es el sadismo sexual, que implica sentir gratificación sexual al ejercer control, dominación o humillar a su pareja sexual. Los masoquistas pueden satisfacer su placer en prácticas consentidas como pueden ser las conocidas como BDSM (boundage, dominación sumisión masoquismo) o bien pueden requerir de la violencia y la involuntariedad de la víctima para la excitación sexual.

—El voyerismo es el disfrute sexual al observar una persona desnuda sin que ella sea consciente de que está siendo espiada. Esta parafilia implica un delito contra la intimidad de los demás. Para considerarlo voyerismo es necesario que haya sido planeado y que sea una conducta recurrente, no un hecho accidental.

Necrofilia. Los necrofílicos sienten atracción sexual por los cadáveres, tanto humanos como animales. Esta práctica se considera altamente patológica e implica un delito al ser realizada.

—El scat es un tipo de fetichismo consistente en la excitación sexual producida por las heces. Implica la atracción por ver, oler, tocar o saborear las heces y todo lo que está relacionado con ellas. También se conoce como coprofilia y en ocasiones se practica junto a la urofilia, en cuyo caso el objeto del deseo es la orina, ya sea ingiriéndola o siendo mojado con ella en la llamada lluvia dorada.

—La zoofilia es la fantasía de realizar actos sexuales con animales. En el ámbito rural puede estar bastante extendida y normalizada socialmente.

—Las personas gerontofílicas sienten preferencia por las personas de edad avanzada o de edad significativamente mayor que la del gerontofílico.

—La hipoxifilia consiste en sentir placer cuando se restringe intencionadamente la respiración.

En relación con esta última parafilia mencionada, se publicó no hace mucho en Santiago de Chile el fallecimiento de una joven de 16 años mientras mantenía relaciones sexuales con otro adolescente de su misma edad. El estudio de la autopsia de su fallecimiento generó diversas conjeturas.

Para sus parientes resultaba extraño que una joven padeciera un infarto, por lo que se tejió la hipótesis de que su muerte pudiera ser a consecuencia de una asfixia erótica, un juego sexual que ha costado la vida a miles de personas en todo el mundo. Este juego consiste en apretar la tráquea por parte de la pareja para sentir mayor placer sexual o cubriendo la cabeza con elementos plásticos o de látex para evitar la respiración, y también puede practicarse en modo autoerótico.

placeholder '50 sombras de Grey'
'50 sombras de Grey'

En junio del 2023 fue encontrado un hombre de 66 años, muerto, de rodillas, semidesnudo y rodeado de juguetes sexuales en la azotea de su casa de la bella ciudad de Besalú en la provincia de Gerona. La víctima había fallecido unos días antes y todo apunta a que falleció de manera accidental por asfixia mientras realizaba una práctica sexual en solitario. Cuando le encontraron tenía correas que le rodeaban el cuello y los genitales.

En Houston, en un caso similar al primero, el novio de la víctima fue acusado de estrangular a su novia con los cargos de homicidio involuntario, después de que trasladaron a la chica a urgencias, ya sin signos vitales y sin que pudieran hacer nada por salvar su vida.

Las prácticas de este tipo pueden considerarse juegos al límite o juegos arriesgados o edgeplay y, como vemos en estos casos, efectivamente los riesgos pueden acabar con la vida de los participantes.

Las conductas sexuales que pueden generar daño no necesariamente son consideradas delictivas.

En el año 2023, finalmente la Fiscalía de EEUU decidió no acusar a Armie Hammer de ningún cargo de agresión, violencia o delitos sexuales. Esto fue así porque las conductas sexuales sadomasoquistas requieren explícitamente el consentimiento de las partes para ser llevadas a cabo, a diferencia de otras conductas sexuales que requieren la violencia y el abuso de la víctima sin contar con su consentimiento, y que sí se encuadran en los delitos sexuales tipificados.

Las prácticas BDSM (bondage y disciplina, dominación y sumisión, sadismo y masoquismo) fueron popularizadas por el best seller literario 50 sombras de Grey. Pueden ir desde los golpes, azotes (el llamado spanking), insultos, quemaduras, penetraciones anales, prácticas en las que se implican las heces y la micción, en definitiva, cualquier actividad que suponga un control del sumiso/a. Una variante es el wrestling BDSM, en el que los hombres pagan para que las mujeres les muelan a palos, y en esta línea, las víctimas, que suelen ser hombres, son quienes deciden qué quieren que les haga su dominante.

En el año 2023, finalmente la Fiscalía de EEUU decidió no acusar a Armie Hammer de ningún cargo de agresión, violencia o delitos sexuales

Es importante reseñar que en el BDSM los roles de dominador y sumiso no están vinculados al género. Tanto el hombre como la mujer pueden ejercer los papeles de control, poder y agresión, como de ser quien padece las vejaciones. La persona dominante obtiene placer principalmente del dominio psicológico, no solo de la relación sexual. La excitación sexual viene derivada del ejercicio de la violencia excusada mediante el consentimiento y la existencia de una víctima voluntaria. Por ello no puede existir sentimiento de culpa en el/la agresor/a porque cuenta con la aceptación de la víctima, lavándose cualquier responsabilidad. Es interesante, desde el análisis psicopatológico, no solo profundizar en el perfil de los practicantes de BDSM que tienden al rol de dominación, sino también en el de los/las sumisas que acceden a someterse voluntariamente a vejaciones.

En este sentido, la fina línea marcada por el consentimiento puede llegar a difuminarse mucho.

En el año 2021, fueron juzgados dos hombres de 68 y 59 años en Palma por humillar, amenazar y lesionar a una mujer. Ellos alegaron que la chica quería conocer lo que era el bondage y ellos eran expertos. Los procesados negaron en todo momento haberse excedido físicamente con la mujer, que reconoció en la vista que era adicta a las drogas en el momento de los hechos y por ello permaneció durante cuatro días en casa de uno de los hombres y accedió a sus deseos. Una noche le robó cocaína al dueño de la casa y este le amenazó de muerte a la vez que le obligó a escribir un copiado con la frase "No volveré a robar la coca a mi amo". El juicio quedó visto para sentencia.

Desde el punto de vista del derecho penal, en caso de que se haya producido una lesión y la víctima tenga que acudir a un servicio médico, este puede llegar a actuar de acuerdo a su obligación de dar parte facultativo a la justicia, que activará el Ministerio Fiscal incluso si quien ha recibido los daños no quiera denunciar. La jurisprudencia dice que se trataría de un delito de lesiones con una conducta claramente dolosa, esto es, que cuando se llevó a cabo, tenía intencionalidad de dañar y con conocimiento del riesgo del daño por parte de quien lo provocó. Podrían además estar encuadradas en el tipo agravado del artículo 148.1 si se hubieren utilizado objetos para intensificar el daño, como una fusta o unos grilletes. El consentimiento podría considerarse un atenuante, pudiendo beneficiarse del artículo 155 del Código Penal, siempre que dicho consentimiento sea válido y se trate de una persona mayor de edad y plenamente capacitada.

En el 2019 el Tribunal Supremo eliminó la perversión como eximente en los delitos sexuales

Respecto a las consideraciones jurídicas de las perversiones, en la historia de España es importante el punto de inflexión que supuso una sentencia del año 2019. El padecimiento de algún tipo de trastorno que esté afectando a la capacidad de entender o a la capacidad de tomar decisiones libremente puede ser considerado como atenuante o eximente cuando se demuestre que ha estado implicado en la comisión de un delito. En el 2019 el Tribunal Supremo eliminó la perversión como eximente en los delitos sexuales.

En la costa valenciana, entre los municipios de Sueca y Cullera, en un tramo aún sin construir, en una zona de dunas y casi siempre vacío de bañistas, un hombre pertrechado con un sombrero de paja y unas gafas de sol negras abusó y agredió sexualmente entre 2014 y 2016 a 11 mujeres. En otoño de 2015, el hombre se masturbó, tapado con una toalla, delante de una embarazada; y le dijo "vamos a follar", a lo que ella le dijo "degenerado, no ves que estoy embarazada", y el acusado le contestó "gírate porque si estás embarazada aún me pones más cachondo". El 6 de junio del año siguiente, aprovechó que una mujer paseaba con auriculares por la playa para acercarse a ella, agarrarla por la cintura, tocarle el culo y meterle "la mano por el interior de la parte inferior del bikini hasta introducirle un dedo en la vagina". Solo cuatro días después, "se colocó de pie justo detrás de ella a la altura de su cabeza [cuando estaba tumbada] y comenzó a masturbarse mientras la miraba, llegando a eyacular sobre su bolso", según consta en la sentencia.

La Audiencia Provincial de Valencia lo condenó por abuso sexual, agresión sexual en grado de tentativa, agresión sexual y violación. El acusado recurrió, entre otras razones, alegando una parafilia, en su caso un trastorno de exhibicionismo. La cuestión pasó al Supremo, que ha desestimado su recurso y ha confirmado la condena de la Provincial, incluyendo por primera vez un informe sobre la "incidencia de la parafilia en la imputabilidad del sujeto autor del delito contra la libertad sexual". El Supremo rechazó tajantemente la consideración de las parafilias como causa de inimputabilidad: "Ello no puede en modo alguno, por sí mismo, anular la conciencia y voluntad del mal que se está haciendo. Se sabe y conoce lo que se hace. Se sabe que es incorrecto, y pese a ello persiste en su conducta".

*Blanca Navarro es doctora en Medicina, especialista en Psiquiatría y con máster en Psiquiatría Legal y Forense. Alicia Romero Fernández es psicóloga forense, licenciada en Psicología y máster en Psicopatología Clínica, Legal y Forense. Juntas acaban de publicar 'Los Crímenes Sexuales. Psicopatología del Delito' (Sekotia).

Armie Hammer saltó a la fama en 2017 al protagonizar el drama romántico Call me by your name, estrenado en España como Llámame por tu nombre. Pero rápidamente hundió su carrera cuando en 2020 se revelaron sus acusaciones de violaciones y tendencias caníbales.

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